FUNDACIÓN DE LA ORDEN S.D.A. Texto referencia del libro "LA HISTORIA SECRETA DE LA THULEGESELLCHAFT" de NIMROD DE ROSARIO.

 FUNDACIÓN DE LA ORDEN S.D.A.


ESTRATEGIA ELABORADA

POR JOHN DEE Y WILHELM VON ROSEMBERG

EN 1587 DENOMINADA “ESTRATEGIA A1” 1

I – OBJETIVOS DECLARADOS

a – Preservar la Sabiduría Hiperbórea.

b – Procurar que además de conservar el conocimiento actual (1587), el mismo pueda también incrementarse

a través del tiempo con nuevos aportes.

c – Preservar la lengua enoquiana.

d – Actualizar en cada siglo, en el mayor secreto, la Sabiduría Hiperbórea al nivel intelectual de la época y elaborar vías de mutación individual y racial para ser empleadas en el momento en que se cumpla la pauta  H.H.H.

e – Mantener una permanente observación sobre el devenir de la Historia, registrando todos los sucesos importantes de cada siglo desde la perspectiva hiperbórea, prestando especial atención a los desplieguestácticos de las fuerzas demoníacas de Chang Shambalá (Sinarquía), pero sin intervenir jamás ni permitir que dicha observación sea notada por el enemigo, salvo la excepción de la pauta H.H.H.

f – A pesar de las dificultades que pueda presentar cumplir con estos objetivos, los mismos serán llevados a cabo indefectiblemente por viryas entrenados para tal fin, quienes se desplazarán por el mundo en cumplimiento de su misión, pero estarán previamente dispuestos a morir POR SÍ MISMOS en el momento que lo crean oportuno, si con ello contribuyen a mantener el secreto.

g – Los objetivos se considerarán alcanzados y los fines para los que fue elaborada la Estrategia A1 cumplidos, cuando se produzca la pauta H.H.H., única condición impuesta por los Siddhas a los FUNDADORES, John Dee y Wilhelm von Rosemberg.

PAUTA H.H.H.:

Es un tiempo por venir, en el cual la misión encomendada se considerará cumplida cuando la Sabiduría Hiperbórea sea confiada a una élite predestinada para su empleo en bien de la humanidad, la cual girará en torno del ENVIADO DE WOTAN, EL SEÑOR DE LA GUERRA, EL JEFE QUE CONDUCIRÁ A LOS PUEBLOS HIPERBÓREOS A LA VICTORIA, EL PORTADOR DE LA CRUZ POLAR DE CRISTO LÚCIFER. Es éste un misterio que nadie logrará descifrar antes del tiempo justo.

-(1) Se transcribe la Estrategia de JD y WvR en lenguaje moderno para facilitar su lectura y comprensión. En nada se ha alterado el criterio original de 1587, aunque se han actualizado algunos conceptos para que sean fácilmente identificados con otros correspondientes dentro del contexto de esta obra.-

77II. ANÁLISIS DE FACTIBILIDAD Y POSIBLES CURSOS DE ACCIÓN

(a) Para desarrollar una Estrategia destinada a cumplir los objetivos anteriormente expuestos, debe

partirse de tres elementos rigurosamente necesarios:

1 – Los HOMBRES capaces de llevar a cabo la Estrategia A1.

2 – Los MEDIOS necesarios para que los hombres adecuados puedan llevar a cabo la Estrategia A1.

3 – El MÉTODO para que los hombres, en posesión de los medios necesarios, cumplan los pasos justos que les permitan llevar a cab la Estrategia A1.

(b) ANÁLISIS DEL ELEMENTO (1)

Los hombres capaces de cumplir los objetivos propuestos deben reunir ciertos requisitos indispensa-

bles:

- Pureza racial “nórdica” (germana, anglosajona, danesa, etc.) rigurosamente demostrable.

- Lealtad absoluta a los principios declarados; deben responder con su cabeza por ello.

- Poseer vínculos exotéricos entre sí para que las reuniones secretas que debiesen hacerse con el fin de

cumplir los objetivos, no den jamás lugar a sospecha alguna.

- Los hombres que lleven adelante la Estrategia A1 deben ser capaces también de detectar con la debida antelación y absoluta seguridad quiénes habrán de ser sus seguidores. Éstos serán seleccionados con tal precisión que llegado el momento de ser iniciados en los Misterios de la Sabiduría Hiperbórea jamás deberán retroceder. Si ocurriese un caso semejante, EL INICIADO SERÁ EJECUTADO JUNTO CON SU INICIADOR.

- etc.

Por estos y otros muchos requisitos por el estilo es que la única alternativa posible, para asegurar la

provisión de los hombres adecuados, parece ser la de formar una casta cosanguínea depositaria del secreto, es decir, una auténtica aristocracia de sangre, guardiana y regente de la Sabiduría Hiperbórea.

CURSO DE ACCIÓN

Este problema fue solucionado de la siguiente manera por John Dee y Wilhelm von Rosemberg. Entreambos eligieron ocho nobles pertenecientes a los más puros y antiguos linajes de Austria, Bohemia, Baviera, Sajonia, Mecklemburgo y Brandenburgo, iniciándolos en la Sabiduría Hiperbórea e incorporándolos al Gran Combate.

Estos príncipes iniciados firmaron con su sangre un pergamino, en el año 1589, por el que se comprometían a cumplir los objetivos y a respetar y hacer respetar la ley del secreto, estableciendo además una alianza perpetua entre sus estirpes de tal modo que los descendientes estuviesen siempre ligados por lazos de cosanguineidad y parentesco. Se fijaron asimismo, en dicho protocolo, las normas precisas que se deberían seguir en materia de convenios matrimoniales, quedando totalmente excluido del secreto familiar cualquier descendiente que no lograse acreditar, en toda época posterior a 1589, la única herencia sanguínea de los ocho linajes pactantes. Es decir, que si algún descendiente NO INICIADO decidía unirse en matrimonio con una persona ajena a los ocho troncos de la Dinastía, NO SERÍA MOLESTADO; pero su progenie quedaría definitivamente excluída de acceder a la Sabiduría Hiperbórea. Para cumplir estas normas y evitar errores irreparables entre los miembros iniciados de la familia, se comprometerían a llevar cuidadosamente libros genealógicos que indefectiblemente deberían ser consultados al celebrarse una boda o en el momento de elegir a aquellos afortunados parientes merecedores de conocer el secreto familiar.

Sería largo enumerar las formidables previsiones tomadas por los ocho príncipes para asegurar el elemento (1), los hombres capaces de llevar adelante la Estrategia de John Dee y Wilhelm von Rosemberg.

Sólo agregaremos, para finalizar este análisis, que como el número de miembros iniciados (por razones esotéricas que analizaremos más adelante) jamás debería ser mayor de 16 ni menor de 8, quedaba convenido desde el principio que se procuraría completar estos números AUN CON MUJERES, las cuales tendrían los mismos derechos a la iniciación hiperbórea que sus parientes masculinos. También se introdujeron cláusulas que contemplaban la posible extinción de alguna de las estirpes y discurrían sobre la manera de proceder en tales casos. El pergamino, en el que se documentaba este pacto de sangre, fue depositado, junto a la Esteganografía y a los tratados en lengua enoquiana, en el antiguo baúl reforzado con flejes de acero que perteneciera a Cornelio Agrippa von Nettesheim y que John Dee transportara hasta Praga. Justamente dicho baúl constituyó durante trescientos años el símbolo mismo del secreto familiar legado por aquellos ocho príncipes esotéricamente conjurado.

A pesar de los recaudos que se tomaron para velar por la seguridad futura de la Sociedad Secreta familiar, a los cien años de su fundación ya se sospechaba que la misma existía. Ello resultó inevitabledebido a ciertas operaciones financieras realizadas por los iniciados, que comentaremos en el siguiente análisis. En el siglo XVIII se habló de una “Sociedad de Alquimistas” que funcionaría en el mayor secreto e integrada exclusivamente por miembros de la nobleza protestante de Alemania, y hasta se especuló con que podría tratarse de los misteriosos Rosacruces o de una sociedad de francmasones. Quien primero sospechó y realizó indagaciones, aunque sin mayores consecuencias, fue la Iglesia Católica. Sin embargo, en el siglo XIX se investigó seriamente tratando de descubrir y destruir a la Sociedad Secreta familiar. El ataque no provenía ahora de la Iglesia Católica, que por el contrario poseía intereses comunes con la Dinastía, sino del ILUMINISMO, la Secta fundada en Baviera por ADAN WEISHAUPT en 1776. Esta sociedad paramasónica fue uno de los motores ocultos que impulsaron a los movimientos revolucionairos que asolaron Europa a partir del siglo XVIII y de hecho constituyó una pieza importante en la gran ofensiva sinárquica del siglo XIX. El Iluminismo era el primer intento serio de destruir la civilización cristiana; empleaba tácticas subversivas y revolucionarias y proponía liquidar a las aristocracias de sangre para repartir el poder entre ricos comerciantes y burgueses, y no menos ricos judíos. Se comprende, entonces, que los iluministas considerasen como enemigos mortales a los miembros de una Sociedad Secreta como la que estamos comentando, portadora de la Sabiduría Hiperbórea, es decir, poseedora del conocimiento necesario y suficiente como para contrarrestar la ofensiva sinárquica. Y aunque sólo se disponía de la sospecha de su existencia, podemos decir que una terrible guerra secreta fue librada durante todo el siglo XIX contra la Dinastía; de la cual no daremos los detalles para no prolongar demasiado el relato, salvo uno que consideramos altamente significativo: fueron los iluministas quienes denominaron S.D.A., a falta del nombre verdadero, a la Sociedad Secreta familiar. El nombre lo tomaron de la antigua divisa “SAPIENS DONABITUR ASTRIS”, del blasón de uno de los ocho príncipes que fundaron la Dinastía, dado que el escudo heráldico correspondiente se hallaba a la vista en un castillo prusiano adonde los iluministas suponían que funcionaba la Sociedad Secreta. Como nadie desmintió jamás esta cuestión, se la continuó denominando S.D.A., criterio que seguiremos nosotros también de aquí en adelante; pero no sin antes aclarar que los miembros iniciados de la Dinastia empleaban entre ellos un nombre para referirse a la Sociedad Secreta Familiar.

En efecto, el hombre secreto de la S.D.A. era EINHERJAR1, vocablo que alude a la élite de ODIN y que, desde hace miles de años se emplea para señalar a las sociedades de guerreros-iniciados.

De cualquier manera, como por S.D.A. fue conocida en el mundo, S.D.A. la seguiremos llamando a lo largo del relato.

(c) ANÁLISIS DEL ELEMENTO (2)

Considerando la solución dada al problema de hallar los hombres capaces de llevar adelante la Estra-

tegia –mediante una Dinastía iniciática- el segundo elemento, LOS MEDIOS necesarios para que los iniciados cumplan sus objetivos, puede reducirse a dos aspectos principales: “MEDIOS FINANCIEROS” y “MEDIOS LOGÍSTICOS” (o de “infraestructura”).

CURSO DE ACCIÓN

Los MEDIOS FINANCIEROS, tratándose de una Sociedad Secreta familiar, podrían cubrirse con el

patrimonio personal de los miembros iniciados de la Dinastía. Sin embargo, esta solución no pareció satisfactoria a los ocho príncipes pues generaba demasiadas alternativas probables y, consecuentemente, pocas garantías de seguridad. Por ejemplo, ¿qué ocurriría si determinadas circunstancias produjesen la quiebra personal de algunos de los miembros? ¿arrastraría en su ruina a la Sociedad Secreta familiar sellando así la suerte de la Sabiduría Hiperbórea? Esta posibilidad, o cualquier otra por el estilo, resultaba inaceptable para los príncipes, de modo que optaron por una solución diferente. Decidieron dotar a la S.D.A. de un tesoro propio, el cual, a fin de independizarla de toda suerte de contingencias, debería obrar como una reserva extraordinaria de la que sólo se podría echar mano en casos excepcionales. Prácticamente el tesoro consistía en un arca de seguridad en la que se había depositado, EN METÁLICO, una importante cantidad de oro y plata a la que contribuyeron los ocho por igual. A este fondo de reserva los iniciados denominaban tradicionalmente: LEGATUM AUREUS.

Por MEDIOS LOGÍSTICOS se entiende: “todos aquellos elementos materiales que contribuyen al desarrollo de la Estrategia A1 y aseguren su ejecución”. De aquí que los medios variasen, naturalmente, con el correr de los años de acuerdo a las necesidades, y no puedan describirse fuera del contexto histórico. Por ejemplo, en el tiempo de la fundación, se estimó como medios logísticos fundamentales: la disposición de un sitio libre de miradas inquisidoras para efectuar los estudios de la Sabiduría Hiperbórea y otorgar la (1) EINHERJAR: término obtenido por la contracción de las palabras AINA-HARIJA de origen escandinavo. La segunda de ellas, HARIJA, se refiere a los legendarios HARII, los guerreros-iniciados cuyo indómito valor infunde el terror en los enemigos.

(imagen)  Iniciación Hiperbórea; y una cámara secreta, lo suficientemente segura para guardar el Legatum Aureus y los baúles con manuscritos en lengua enoquiana, la Esteganografía, etc. La infraestructura inicial con que se contó para cumplir estas necesidades, consistió simplemente en un castillo amurallado, al cual se le construyeron sectores secretos a los que sólo tenían acceso los iniciados. Sin embargo, como se verá más adelante, estas medidas resultaron insuficientes en corto plazo a causa de la Guerra de los Treinta Años y, luego de concluida esta contienda, a raíz de diversas razones históricas, los medios logísticos fueron requiriendo de distintos elementos no previstos en la planificación inicial de la Estrategia A1.

Para conocer con cierta precisión la suerte corrida por la S.D.A. entre los sigls XVII y XX, y evaluar parte de lo hecho en materia de medios financieros y logísticos, daremos al final de estos análisis un ESQUEMA HISTÓRICO DE LA ESTRATEGIA “O”.

(d) ANALISIS DEL ELEMENTO (3)

El método debe cumplir, entre otras cosas, las siguientes condiciones principales:

1o tiene que dar, en cualquier época, una indicación OBJETIVA de la situación propia y de la posición

enemiga.

2o determinará con absouta seguridad el momento en que la PAUTA H.H.H. “SE ESTÉ POR CUMPLIR”.

3o permitirá a la S.D.A. RECONOCER INEQUÍVOCAMENTE AL ENVIADO DE WOTAN, ese jefe

germano invencible de quien depende la pauta H.H.H.

CURSO DE ACCIÓN

Como método general, en tiempos de la fundación, John Dee y Wilhelm adoptaron una de las siete vías secretas de liberación espiritual que enseña la Sabiduría Hiperbórea. Con esta vía, llamada “DE LA OPOSICIÓN ESTRATÉGICA”, fueron iniciados exitosamente los ocho príncipes de la Dinastía; decidiéndose que, en lo sucesivo, la S.D.A. se consagrase a cultivar la TÉCNICA SECRETA correspondiente, cuyo nombre (actualizado) es : TÉCNICA ARQUEMÓNICA.1 Para cumplir con las condiciones antes mencionadas se procedió de la siguiente manera: empleando técnicas hiperbóreas antiquísimas (que sin embargo puede conocer siempre un iniciado hperbóreo) John Dee diseñó un DETECTOR SINCRONÍSTICO DE ESTADO, instrumento que permite conocer en cualquier momento la situación estratégica propia y la posición enemiga.2

El Detector presenta el aspecto exterior de un juego de azar, lo que no debe sorprender dado que numerosos “juegos” tales como el I-CHING de los chinos, el juego de porotos pallares inca, el juego de dados greco-romano, el ajedrez hindú, el go chino-japonés, etc., son todos la expresión profana de antiguos detectores cuyo uso esotérico se perdió y a los que, luego de una “caída exotérica”, se destinó para “pasatiempo” o “entretenimiento”. La ciencia actual sólo pudo cuantificar el “azar” a partir de las “matemáticas discretas”, pero sin llegar a resultados significativos por haberse perdido la relación entre el sentido metafísico del número y su realidad óntica. Es decir, se desconoce la relación acausal que existe entre los arquetipos colectivos del inconsciente humano, de los cuales los números forman parte, y los arquetipos colectivos psicoideos que soportan las formas del mundo concreto, matemáticas reductibles. Por este motivo, la IGNORANCIA DE PRINCIPIOS ESENCIALES, ni aun contando con la extraordinaria ciencia de la CIBERNÉTICA, es posible todavía comprender y explicar el “funcionamiento” de un “juego” tan sencillo como el I-CHING. Éste es uno de los llamados “juegos adivinatorios” cuyo aparente poder es el de “detectar” “lo que va a ocurrir” en “respuesta” a preguntas formuladas previamente por el jugador. Se arrojan AL AZAR los palillos o las monedas SIMULTÁNEAMENTE con la formulación de la pregunta. A continuación se INTERPRETA la POSICIÓN de los palillos (o monedas), de acuerdo al “hexagrama” obtenido, empleando un PROCEDIMIENTO ANALÓGICO DE REDUCCIÓN SIMBÓLICA basado en la Tradición, en la consulta de “libros sagrados” o “manuales filosóficos” dictados para tal fin por sabios que vivieron hace milenios.

Aquí es donde se aprecia la “caída” del juego; pues LOS DETECTORES SINCRONÍSTICOS DE ESTADO NO EMPLEAN REGLAMENTO. Todo reglamento o regla formal es ajena a su sentido, contraria a su naturaleza y segura muestra de que se desconoce (sea porque se “olvidó”, sea porque el iniciado que lo diseñó no lo reveló) su uso.

Por último, cualquier detector sincronístico constituye un ELEMENTO TÁCTICO, tal como un radar, una alarma o un atalaya, diseñado exclusivamente para su empleo en una estrategia determinada. En el detector lo más importante es su función táctica, a la cual se ha “ajustado” la construcción del mismo, de  modo que fuera de su estrategia no posee utilidad alguna ni sus “resultados” pueden ser razonables para nadie. Es lo que ocurre con los juegos mencionados, en verdad detectores, que son residuos de remotas estrategias cuya clave se perdió hace milenios y con ella su significado, debiéndose adosar un “reglamento” para forzar una significación que, desde luego, ya no es la misma ni jamás lo será.


Al instrumento diseñado por John Dee, Wilhelm von Rosemberg lo denominó irónicamente JUEGO DEL MESÍAS; dado que el mismo permitiría descubrir aquel tiempo final en que habría de manifestarse el enviado ... de los Siddhas Hiperbóreos.1 Pero no era éste el único motivo de tal denominación. Para prevenir la posible caída del detector en manos profanas (cosa que no ocurrió nunca), se lo construyó disimulado en una “MAQUETTE” de pesebre navideño, de suerte tal que nadie que no estuviese en el secreto podría ver en él otra cosa que una bella representación del “nacimiento del niño Jesús”. El detector en sí consistía en un tablero y en tres cuerpos que se debían arrojar sobre él. El tablero exhibía en su superficie hábilmente dibujadas una cantidad de signos y runas, las cuales guardan una cierta relación con las construcciones megalíticas de Europa.2; los cuerpos eran tres diferentes poliedros, también con signos grabados en las caras. Como “CAMOUFLAGE” se procedía a colocar sobre el tablero, una “cabaña” de reducidas dimensiones a modo de establo, rodeada por infinidad de pequeñas figuras exquisitamente talladas: la cunita con el niño Dios; la virgen madre; los reyes magos, José el carpintero; diversos animales como el caballo, el burro, la cabra; algunos árboles y matorrales; relieves de roca; etc. Entre tantas miniaturas nadie hubiese podido descubrir a los poliedros, perfectamente ensamblados en algunas estatuillas, ni es probable que prestase atención al tablero que servía de piso pues, por menos fe que tuviese el observador, seguramente quedaría maravillado al comprobar la minuciosidad evangélica con que se había logrado representar el sagrado nacimiento.

Pero dejemos por un momento de lado las medidas de seguridad tomadas por John Dee y Wilhelm von Rosemberg; despojemos al “juego del mesías” de sus elementos accesorios y preguntemos: ¿de qué manera podía este juego cumplir con las condiciones expuestas en el análisis del elemento (3)? La respuesta es que el detector sólo satisfacía (lo que es realmente mucho) a las dos primeras condiciones: daba una indicación objetiva de la situación propia y de la posición enemiga EN CUALQUIER MOMENTO, CON SÓLO ARROJAR LOS CUERPOS SOBRE EL TABLERO. Y también permitiría conocer el Tiempo en que EL ENVIADO DE LOS SIDDHAS habría de manifestarse, atendiendo a la POSICIÓN GANADORA de los poliedros sobre el tablero. En efecto, si bien no existe reglamento para el juego del mesías, sí está bien determinada la única posición de las piezas que indica EL FIN DE LA ESTRATEGIA PROPIA, es decir, LA CONCLUSIÓN DE LOS OBJETIVOS FIJADOS, con lo cual se torna inútil toda acción ulterior pues carecería de motivación estratégica. Del mismo modo, al desaparecer la estrategia que le dio lugar, se anula el sentido del Juego ya que, al no existir conflicto (OPOSICIÓN), no hay posiciones estratégicas que detectar. Por eso es que se ha determinado una posición ganadora: para indicar que ha terminado el juego.

Por supuesto, esta ingenua afirmación oculta la terrible consecuencia real que se desprende de la “posición ganadora”, o sea de la finalización del juego: que el Tiempo del mesías ha llegado ...

Se comprende que un instrumento de esta naturaleza debe ser manipulado con extremo cuidado; pero seguramente el lector desprevenido se sorprenderá al saber el modo riguroso en que era operado por los iniciados de la S.D.A. y el tiempo que transcurría entre cada “tirada”. Para dar una idea de lo primero basta considerar que el tablero debía “orientarse” geográficamente y que el iniciado que arrojaba los poliedros debía proceder de acuerdo a una forma ritual, en la que era necesario atender a la posición del cuerpo y durante la cual se pronunciaban temibles palabras en lengua enoquiana. Sobre lo segundo, quizá lo más sorprendente lo constituya el hecho de que el Juego del Mesías debía ser jugado cada treinta y cinco años. Es decir: el “Juego” como detector, podía “consultarse” en el momento en que las circunstancias lo requiriesen, por ejemplo durante una crisis o para evaluar alternativas. Pero, salvo casos de extraordinaria necesidad, el método fijado por los fundadores establecía que la “tirada normal” se realizaría cada treinta y cinco años, a partir de 1589, en día y hora a determinar cada vez según pautas astrológicas impuestas desde un principio por John Dee.

De este modo resultó que el Juego del mesías era operado por los iniciados de la S.D.A. sólo dos veces por siglo, en ocasiones que revestían la máxima importancia para ellos. Como otras pautas dadas por los fundadores en materia de incorporación de nuevos miembros de la Dinastía a la S.D.A, establecían que las iniciaciones debían practicarse en fechas fijas, cada diecisiete años y medio, se comprende que cada dos ceremonias iniciáticas se producía la coincidencia con la fecha en que se operaba el juego del mesías. Era en (1) También alude al mito del MESÍAS IMPERIAL, tan caro a los alemanes. Sin embargo, todo mito está simbólicamente referido a hechos verdaderos: “Algún día Federico, el emperador dormido, volverá para restaurar el Imperio Universal”.

(2) Tal relación quedará de manifiesto en otra parte de esta obra, cuando se estudie el origen y significado de las construcciones megalíticas.

81estas oportunidades cuando el ritual cobraba mayor trascendencia pues, luego de las nuevas iniciaciones (si había candidatos para ello) se procedía a operar el detector en presencia de la totalidad de los miembros de la S.D.A. Esto último no ocurría en las ceremonias iniciáticas intermedias, donde era posible que sólo se hallara presente la mitad de los iniciados. Pero durante las fechas dobles, cuando se practicaban las ceremonias de iniciación y luego se realizaba la “tirada normal”, el climax carismático logrado era sin duda superior. En esas ocasiones podía afirmarse que la Presencia de los Siddhas constituía una realidad percibida por todos, aunque sería tarea inútil intentar reproducir aquí, con meras palabras, lo que sentían interiormente los iniciados. Debemos hacer notar, para que se aprecie debidamente, el carácter exclusivo y particular de tal experiencia, que la mayoría de los iniciados sólo lograba asistir una vez en la vida a una “tirada normal” y, de hecho, en trescientos años, fueron muy pocos los que presenciaron dos veces la operación.

En estas extraordinarias oportunidades, cuando exactos y minuciosos cálculos astrológicos confirmaban el momento elegido, un BERSERKIR1, es decir, un KAMERAD iniciado, procedía a preparar el Juego del Mesías para su operación. Se adoptaban para el caso las máximas medidas de seguridad, siendo normal que la reunión se realizase en las profundas cámaras secretas de algún castillo inexpugnable. Tratemos, sin embargo, de presenciar una de tales ceremonias, en las que los miembros iniciados de la S.D.A., descendientes todos de los ocho príncipes fundadores, se aprestaban a “consultar” al detector sincronístico de estado. Podemos imaginarlos fácilmente recurriendo al Misterio de la Sangre Pura, remontando el sutratma carismático, sincronístico y acausal de la aurea catena, la cual nos une, en tanto que viryas hiperbóreos, con quienes HAN VISTO.

Acerquémonos, entonces, a una de aquellas ceremonias secretas de la S.D.A. y observemos atentamente cuanto allí ocurría. Para recreo del lector, solamente agreguemos que nos hallamos en un lugar del norte de Alemania, a fines del siglo XVII, bajo la bóveda de piedra de una pieza subterránea que hace las veces de cripta iniciática.

El recinto posee en el centro un patio circular, embaldosado con lajas de basalto “trapp” anaranjado, traídas de Islandia especialmente por miembros iniciados de la Dinastía. Rodeando completamente a este patio y formando una celeste circunferencia, un pequeño canal de cuatro pulgadas de ancho, completamente lleno de agua, da la impresión de que un anillo líquido ha sido dispuesto en torno. Para acceder al patio hay que atravesar necesariamente el hilo de agua; pero al no existir puente en parte alguna, los iniciados cuidadosamente lo saltean mientras pronuncian una palabra de contraseña.

En el interior del anillo de agua, según dijimos, se halla el patio, de unos treinta pies de diámetro. En el centro de éste, una columna de piedra negra y base octogonal soporta, a unos cinco pies del suelo, una primorosa reproducción del milagro navideño. La “maquette”, que oculta en su seno al Juego del Mesías, se encuentra en ese sitio desde muchas décadas atrás, cuando otros iniciados, antepasados de los presentes, la transportaron al edificio recientemente construido.

El recinto adonde se halla el patio con su anillo de agua, está justo debajo de la sala principal de un imponente castillo. Para llegar hasta él es necesario penetrar por una entrada secreta, disimulada en uno de los muros de la sala, y descender más de ochenta pies por una escalera en espiral que parece perderse en las profundidades de la tierra. El último escalón permite ingresar a una galería que circunda a ocho enormes columnas de arco ojival, las cuales se hallan dispuestas alrededor del recinto iniciático y soportan indudablemente parte de la estructura del castillo. Es posible pues recorrer la galería y penetrar al recinto desde distintos ángulos, con sólo atravesar cualquiera de los ocho arcos ojivales cuya altura triplica fácilmente al más alto de los hombres presentes.

A cortos trechos en la escalera, y a ambos lados de las columnas, sendas antorchas de aceite brindaban una iluminación más que aceptable para aquellas misteriosas personas que, curiosamente, se encontraban acostumbradas a mirar de frente a unos demonios ígneos cuya falsa luz, material y térmica, es mil veces más fuerte que el más brillante de los soles del cielo.

Hemos visto que atravesando cualquiera de los arcos es posible introducirse al recinto iniciático. Éste consiste en una amplia estancia octogonal de unos sesenta pies entre columnas opuestas, es decir, el doble de diámetro que el patio central. El mobiliario aquí es escaso, contrastando enormemente con la suntuosidad de los ambientes superiores del castillo, pues consta solamente de dos baúles al pie de cada columna y una pequeña mesa frente a cada baúl.

Aprestémonos ahora a presenciar la llegada de los iniciados.


Son quince personas las que descienden por la sinuosa y pétrea escalera. Lo hacen de a uno, respetando las reducidas dimensiones de los escalones; y, aunque las antorchas encendidas previamente ofrecen abundante luz, el hombre que rompe la marcha transporta en sus manos una lámpara romana con dos mechas de amianto encendidas, de las llamadas “candiles de aceite”.

El primero que arribó a la galería, el hombre de la lámpara, tomó hacia la derecha y comenzó a transitar a buen paso hasta detenerse delante de uno de los arcos. Quienes le preceden continúan transitando en su misma dirección, aunque algunos se detienen frente a los arcos por los cuales tienen asignado ingresar al recinto iniciático.

Van estas personas vestidas de un modo tal que se diría más propio de las fastuosidades de una corte francesa que de aquel secreto y solitario ambiente. En realidad, pocos minutos atrás se hallaban todos en situación más acorde con sus vestimentas pues acababan de cenar en la sala superior del castillo, rodeados de las comodidades y lujos que esa época tenía reservados para las altas dignidades de la nobleza y el clero.

Quien hubiese presenciado el anterior festín, sin duda sacaría apresuradamente la conclusión de que los viandantes constituían un grupo familiar en nada diferente a cuantos en aquellos días se hallaban entregados a las nobles tareas de su clase y condición: yantar, beber, hacer la guerra, administrar el patrimonio de la tierra o los bienes de la Iglesia, etc. Sí; aquéllos que habían cenado en el castillo correspondían perfecta mente a esa imagen frívola; y no debe sorprender que lograsen engañar a cualquier observador. Porque en realidad, como ya hemos visto, estas personas eran los miembros iniciados de la Dinastía, custodios de la Sabiduría Hiperbórea y ejecutores de la Estrategia A1. Justamente de la adaptación e integración simulada a las costumbres de la época dependía en gran parte la seguridad de su misión.

Pasemos revista a los quince parientes que aquella noche cenaban alegremente, y preguntémonos:

¿qué sería de ellos si alguien sospechase de sus actividades secretas? Pero ya hemos tenido oportunidad de comprobar con qué celo los fundadores se preocuparon por evitar males futuros, y los presentes se hallaban magníficamente a la altura de las circunstancias. En primer término estaban allí dos representantes de la Iglesia: un arzobispo de una importante ciudad sobre el Rin y un obispo proveniente de la Alta Baviera. Las dos únicas damas contrastaban entre sí a pesar de su parentesco: la de más edad era la castellana, una condesa viuda que en su juventud cobró celebridad por su belleza, pero que ahora lucía no menor resolución, energía y majestad, al punto tal que sus solos gestos imponían particular respeto en todos los presentes.

La segunda dama, prima segunda de la castellana, era una joven y bella princesa, de carácter tan alegre y despreocupado que sería del todo imposible sospechar siquiera su participación en el más ingenuo de los secretos. Había llegado al castillo acompañada de su esposo, un joven príncipe, el cual era también primo de ella e iniciado “berserkir”, además de Señor de un pequeño país al este de Mecklemburgo. Los diez caballeros restantes, cuyas edades oscilaban entre los veinte y los sesenta años, eran todos Señores Territoriales y, del mismo modo que los otros presentes, vasallos del emperador. Entre los diez se destacaban un príncipe elector, un duque, dos condes y dos margraves. Se comprende que a estas personalidades no les resultaba tarea sencilla reunirse sin despertar sorpresa o curiosidad; y aquí sin duda se ponía en evidencia el acierto del parentesco, que descartaba por sí mismo muchos interrogantes. Sin embargo, existían un sinnúmero de dificultades fáciles de imaginar: varios de los iniciados provenían de estados lejanos y habían debido preparar sus viajes anticipadamente, enviando mensajeros como se estilaba entonces, a los numerosos territorios que habían de atravesar para prevenir a sus Señores. No había pues manera de guardar el secreto del viaje; aunque esta desventaja se compensaba con las excusas bien urdidas que se esgrimían como motivo del mismo. Había dispuesto de diecisiete años para planearlo o “crear” la necesidad del mismo. Otro problema, por ejemplo, lo constituía en este caso el hecho de que, en tanto uno de los presentes era un gran arzobispo, otro de ellos, el príncipe elector, era un protestante que pasaba por enemigo declarado de la Iglesia; en la misma situación ambigua se hallaban los restantes iniciados en razón de sus distintas confesiones religiosas.

Se trataba de diferencias exotéricas con fines tácticos, por supuesto; pero de ser conocida la identidad de todos los partícipes de tan “familiar” reunión, podría ésta haber resultado fácilmente sospechosa. Para evitarlo, varios de los nobles declaraban destinos más lejanos que el castillo iniciático, de manera tal que en el curso de su ruta daban “casualmente” con él, se detenían allí lo necesario para cumplir con el ritual y luego partían inmediatamente.

Pero regresemos a la cripta. No bien los quince iniciados atravesaron los arcos ojivales, se encontraron en el recinto abovedado ya descripto, a la vista del patio iniciático con su anillo de agua. Sin embargo, ninguno de ellos pareció prestar mayor atención a tan extraño ambiente, quizá por conocerlo previamente; y, en cambio, cada uno se dirigió resueltamente hacia el baúl que le correspondía. Cada baúl contenía tres tipos de cosas: un trozo de piedra cortada de la misma montaña que las otras quince; un equipo completo de vestimenta guerrera; y dos armas: una moderna espada germánica, de rica empuñadura y temible hoja; un hacha de doble filo, que se diría tan antigua como aquéllas que emplearon hace milenios los guerreros cretenses en su particular estrategia del laberinto. Junto a estas armas había un escudo de tres lados convexos, construído hábilmente con un bastidor de acero remachado, al que se cubrió completamente de un grueso y duro cuero. En el centro exterior de los diez y seis escudos se hallaba grabado el mismo antiguo y prohibido Signo Hiperbóreo de los Señores de Venus. Todos estos objetos fueron rápidamente colocados sobre las mesas instaladas para tal fin frente a los baúles y, acto seguido, comenzaron los iniciados a cambiar sus ropas. Dejaremos por un momento a los iniciados en la cripta y haremos un paréntesis para analizar ciertas cuestiones teóricas, a la luz de la Sabiduría Hiperbórea.

La Orden Einherjar, o S.D.A., practicó siempre los ritos establecidos por los fundadores, John Dee y Wilhelm von Rosemberg. Para comprender la naturaleza de tales ritos y, fundamentalmente, el objetivo que perseguían, sería necesario ser Iniciado Hiperbóreo ... o conocer la Tesis Fundamental de la Sabiduría Hiperbórea. Esta tesis será expuesta en el libro 4; y no dudamos, al conocer la misma, muchas de las dificultades surgidas durante la lectura de la Historia Secreta de la Thulegesellschaft quedarán superadas definitivamente. Pero ahora nos hallamos en una cripta secreta de la S.D.A., a punto de asistir a un extraño espectáculo y sin poseer AÚN las claves para interpretarlo. Sin embargo, de mucho nos servirá recordar la ceremonia realizada por John Dee en la Torre de Praga, para iniciar al emperador Rodolfo II y al noble Wilhelm von Rosemberg, y algunos conceptos de la Sabiduría Hiperbórea que hemos expuesto anteriormente. Con dichos elementos y cierta simbología interna de la S.D.A. que explicaremos a continuación, nos hallaremos en condiciones, si no de penetrar en las profundidades del Misterio, por lo menos de vislumbrar la presencia del Misterio mismo, hacia el cual apuntaban los rituales.

Ya hemos hablado de los VIRYAS, hombres semidivinos que poseen en su sangre la herencia de los Divinos Hiperbóreos llamada, para simplificar, “Minne”. Dijimos también que los VIRYAS podían estar “perdidos” o “despiertos” y definimos al “virya perdido” como aquél que ha “extraviado el origen” merced a una “confusión de sangre”. La confusión sanguínea provoca un estado psicológico de gran extravío al que se denomina técnicamente “confusión estratégica”. Consecuentemente, la “purificación sanguínea” que facilita la Sabiduría Hiperbórea, por siete vías secretas, produce una “reorientación estratégica” en el virya perdido, posibilitándole emprender (o re-emprender) el regreso al origen y el abandono del mundo infernal de la materia. El “virya perdido”, ya lo hemos dicho, se halla en un abyecto estado de encadenamiento material que lo obliga a sujetarse a las leyes del Karma, a reencarnar periódicamente y vivir, o re-vivir, una eterna y miserable comedia signada por la ilusión siniestra del dolor, del miedo y de la muerte. En el “Gran Engaño” de la vida, el virya perdido puede ocupar cualquier puesto, e inclusive “colaborar” con el “Plan” “evolutivo” y “progresista” de Jehová-Satanás, o con su “sistema de control” social llamado, también para simplificar, “Sinarquía”. No conviene extenderse en el TYPO del “virya perdido” pues no presenta mayor misterio, dado que es posible observar concretamente al mismo en la mayoría de las buenas personas que habitan los diversos países de la tierra.

En cambio, el “virya despierto” merece nuestro mayor respeto. Él es quien se ha puesto en “alerta” al comprobar su “desorientación” y, con firme decisión, intrepidez y valor guerrero, ha comenzado a buscar el origen para, recién, emprender su regreso. Esta decisión, desde luego, no será respetada por el enemigo quien tratará por todos los infinitos medios a su alcance de confundir al osado desafiante, buscando impedir que descubra el MODO DE REGRESAR, induciéndolo, por la ilusión y el engaño, a quebrar su “alerta”. Es por eso que el virya despierto sólo podrá tener éxito si actúa EN EL MARCO DE UNA ESTRATEGIA HIPERBÓREA. Para ello, deberá asumir completamente su condición de guerrero, buscar en el recuerdo contenido de la sangre las potencias primordiales del espíritu inmortal, la fuerza del Vril, y, en un estallido gnóstico, recuperar la HOSTILIDAD ESENCIAL hacia el mundo material del Demiurgo, experimentar el FUROR BERSERKR. Entonces, ya dueño de una voluntad inquebrantable, inspirado en la Sabiduría Hiperbórea de la cual es portador por la herencia de los Siddhas Ancestrales, desplegará su ESTRATEGIA PROPIA concebida para OPONERSE a la ESTRATEGIA ENEMIGA y vencer. A partir de allí sólo realizará MOVIMIENTOS ESTRATÉGICOS, ACCIONES TÁCTICAS, dirigidas a NO PERDER DE VISTA EL ORIGEN, mientras se ejecutan los PASOS DEL RETORNO. Y, en medio del fragor del combate, o lo que es peor, en la espera del mismo, cuando las fuerzas enemigas enmascaradas en las formas ilusorias de éste y de los otros mundos dejan traslucir su amenaza diabólica, el virya despierto busca fríamente HACERSE DE UN TIEMPO, por mínimo que sea, para MOVERSE EN DIRECCIÓN AL ORIGEN. El derecho a disponer de ese TIEMPO PROPIO, quizá tan fugaz como el más pequeño instante, debe ser ganado en una lucha feroz contra las legiones demoníacas del Demiurgo, contra el hechizo poético que ejerce el mundo sensible (con sus mil concupiscencias posibles) que llamamos Gran Engaño, en fin, contra la Voluntad de El Uno.

Parece tarea imposible. La Sabiduría Hiperbórea, y aun la Tradición Gnóstica, afirman que sí es posible.

Pero, entonces, ¿cómo hacerlo?

Sobre la respuesta a esa pregunta tratan las siete vías secretas de la Sabiduría Hiperbórea. Y, ya dijimos al comienzo de este “curso de acción”, que el método de John Dee y, por consiguiente, los rituales de la S.D.A., se basaban en una de tales vías llamada “DE LA OPOSICIÓN ESTRATÉGICA y en su técnica secreta correspondiente (TÉCNICA ARQUEMÓNICA). Por lo tanto, es posible que al lector, si atiende a todo lo dicho hasta aquí sobre los viryas perdidos y escucha la voz de su sangre, LE RESULTE SIGNIFICATIVA la ceremonia que va a presenciar. Ella es parte de la respuesta que la Sabiduría Hiperbórea da a la pregunta antes planteada; pero NI NOSOTROS NI NADIE intentaría responder a dicha pregunta DIRECTAMENTE. Justamente, el ritual constituye una respuesta analógica, única posible durante el Kaly Yuga, y dependerá de la capacidad de inducción semiótica del lector el “conocimiento” que pueda obtener de una mera descripción.

Hemos puesto de manifiesto que, aun ignorando la Tesis Fundamental de la Sabiduría Hiperbórea, es posible que el ritual de la S.D.A. resulte significativo para nosotros si lo relacionamos analógicamente con “la búsqueda del virya despierto”, es decir, con su estrategia propia. Pero recordemos que los iniciados de la S.D.A. son viryas despiertos a quienes se ha encomendado una misión para ser cumplida en tanto alcanzan su purificación sanguínea; es decir, han ensamblado su estrategia propia, personal, con una estrategia racial, colectiva y totalizadora. Esto facilita las cosas pues, en el marco de semejante estrategia, es bastante fácil percibir al Siddha que ilumina el centro carismático de la Orden, o del “círculo cerrado”, y ser guiado por Él hasta el origen, logrando la mutación y transformándose también en Siddha, en Divino Hiperbóreo inmortal.

Pero en este caso el honor impide al virya abandonar la estrategia totalizadora aunque su estrategia propia haya concluido. Decide entonces continuar operando en el mundo para bien de la raza, preparando las condiciones para que puedan regresar los Antiguos Guías Hiperbóreos de la humanidad. Ésa es la única diferencia que debe tenerse en cuenta al observar a los viryas de la S.D.A.: que un virya despierto, al concluir la estrategia propia y alcanzar el Vril, abandona inmediatamente las regiones infernales; en cambio un iniciado de la S.D.A., virya despierto o Siddha inmortal, ha de continuar el combate durante un tiempo más en favor de sus camaradas perdidos.

Conviene ahora hacer una introducción elemental a la simbología interna de la S.D.A. para facilitar aun más la interpretación de la ceremonia.

Para los BERSERKIR, iniciados de la EINHERJAR o S.D.A., el “mundo” en el cual ocurre la vida cotidiana es simplemente un “campo de batalla”, una PALESTRA plagada de enemigos mortales a los que se debe combatir sin tregua pues ellos “cortan el camino de regreso”, “obstruyen la retirada” y pretenden “reducirnos a la más vil esclavitud” cual es “la sumisión del espíritu inmortal a la materia”, su “encadenamiento al Plan Evolutivo del Demiurgo y su corte de demonios”. El “mundo” es entonces, para los berserkir, 

EL VALPLADS1. ¿No existe pues un sitio adonde el guerrero pueda descansar sus armas, un lugar en el cual por un segundo siquiera sea posible distraer su atención del enemigo y fijarla en el origen dorado? Ni tal lugar ni tal tiempo existen por sí mismos, pero pueden ser creados estratégicamente. En el VALPLADS no cabe otra posibilidad más que combatir o rendirse, alternativa, esta última, que implica hundirse en la idiotez del virya perdido. Pero el que combate puede “liberar” un sitio y hacerse fuerte en él. Para ello la vía de la “oposición estratégica” enseña la “técnica arquemónica”, la cual incluye el importante concepto de la “función cerco”. Según la Sabiduría Hiperbórea, que dice “toda curva cerrada divide a su plano en dos partes”. Una curva cerrada puede tener cualquier forma, cuadrada, circular, elíptica, etc., pero siempre presenta el hecho cualitativo de que divide a su plano en dos partes. La propiedad geométrica que expresa este teorema, fácilmente intuible, nos importa porque la “curva cerrada” es el caso más abstracto de “cerco” y evidente punto de partida para la definición del concepto.

El hombre aplica “el principio del cerco” cuando efectúa la diferenciación formal y distingue entre “un afuera” y “un adentro”; pero tal propiedad no es exclusivamente humana, sino que otros animales también la poseen como se ha encargado de demostrar la etología. Los animales que presentan “noción de territorio” se valen también de la “función cerco” para delimitar su “espacio vital” o lebensraum. Pero la etología, al partir de premisas cientificistas propias del evolucionismo darwinista, no logra interpretar los datos obtenidos de la observación empírica, y sólo atina a definir una “función territorio” común a los “animales territoriales”, o sea a aquéllos que delimitan un área como propia y la defienden de cualquier intrusión enemiga.

Esto es ver sólo una parte del problema y, seguramente, la etología avanzaría mucho más si emplea el concepto de “función cerco” que enseña la Sabiduría Hiperbórea.

La técnica arquemónica permite a todo virya despierto aplicar la función cerco en el ámbito del VALPLADS y “dividir el espacio en dos partes”. La parte “interior” del cerco o “arquémona”2 será inmediatamente ocupada por el virya quien habrá CREADO así, ESTRATÉGICAMENTE, el lugar desde donde

(1) VALPLADS : En la mitología nórdica y en la EDDA es el campo de batalla adonde Wotan elige a los que caen luchando por

el honor o la verdad. La S.D.A., basándose en la Sabiduría Hiperbórea, extendía el concepto de VALPLADS a todo el “mundo”.

(2) La “técnica arquemónica” es la adaptación a la cultura moderna de una antiquísima técnica hiperbórea basada en la “función cerco”. Todos los sistemas mandálicos, de las distintas culturas post-atlantes, derian de esta técnica y puede afirmarse que el arquémona y la función cerco son los verdaderos fundamentos del mandala.

MIRARÁ hacia el origen. EL TIEMPO PROPIO necesario para ello, lo CREARÁ desde el arquémona por medio de la OPOSICIÓN ESTRATÉGICA, técnica que requiere LA DEFINICIÓN DE UN LUGAR, UN PUNTO, ETC., EN EL VALPLADS, es decir, “fuera” del arquémona. Este “punto” exterior suele consistir, a los fines prácticos, en una piedra, tal como operó John Dee en la Torre de Praga, realizando la “oposición” con el espejo de piedra de la princesa Papan. Los berserkir empleaban, según vimos dentro del baúl, cada uno una piedra sin pulir, cortadas de una misma montaña. Contra estas piedras realizaban la oposición estratégica que les permitía “desincronizarse” del tiempo del VALPLADS, es decir, del “tiempo del mundo” y crear un tiempo propio CON EL CUAL GANAR PASOS HACIA EL CENTRO.1

Conviene ahora detenernos un momento y realizar un resumen, muy breve, el cual nos permitirá sintetizar algunas conclusiones.

El principal objetivo del virya despierto es orientarse hacia el centro-origen. Sobre él actúa una poderosa Estrategia enemiga que tiene por fin mantenerlo en la confusión. La Estrategia enemiga domina el espacio y el tiempo. El “espacio” “es” del enemigo porque en la totalidad del universo material existe una difusión panteísta del Demiurgo y su Jerarquía dévica. El “tiempo” “es” del enemigo porque “el tiempo es el constante fluir de la conciencia del Demiurgo”. El cuerpo humano ocupa espacio y contiene materia de la manifestación panteísta. También posee funciones biológicas temporales (“relojes biológicos”) sincronizados con otros ritmos solares y lunares, aparte de que la principal función, la “conciencia”, ocurre en el tiempo.

Por lo tanto, si el espíritu inmortal que busca liberarse de las cadenas materiales, depende excesivamente del cuerpo físico, jamás podrá hallar la salida, nunca logrará “orientarse”. El cuerpo físico, por sí mismo, constituye la más pesada cadena si sólo “forma parte” del universo material, ya que entonces nos liga al espacio y al tiempo del enemigo.

Pero el cuerpo físico es también un microcosmos, expresión reflejada del macrocosmos del Demiurgo, y posee como tal la posibilidad de crear su propio espacio y su propio tiempo. Pero esta posibilidad sólo puede concretarse si antes se actualiza la condición de microcosmos, y para eso hay que AISLAR el cuerpo físico del restante orden material. Esto significa, entre otras cosas, alcanzar la inmortalidad física como consecuencia de la independencia con que el ciclo vital del microcosmos se desarrolla respecto del macrocosmos. Hacer del cuerpo físico, que hasta ahora sólo era “una parte del mundo”, un microcosmos autónomo, independiente del espacio panteísta y del tiempo kármico, es la posibilidad que brinda la Sabiduría Hiperbórea con sus siete vías secretas de liberación espiritual.

Pero “inmortalizarse en cuerpo físico” no representa ninguna solución al problema del encadenamiento espiritual. Esta “conquista” es sólo un paso en la búsqueda de “orientación”; la única, inclaudicable e insustituible meta del virya es alcanzar el origen y “abandonar” el orden material.

“Alcanzar el origen”, no lo olvidemos, significa “conquistar el Vril”, ser “posibilidad pura”, e implica el seguro abandono del infierno material, sublimo instante en el que el cuerpo físico, ahora inmortal, o microcosmos, se entrega para su fusión con el macrocosmos.

Se debe otorgar al cuerpo físico, entonces, su justa valoración como instrumento de extrema utilidad para los fines estratégicos del espíritu cautivo, en su marcha hacia el origen. Para ello, es necesario que el cuerpo físico actualice sus potencialidades espaciotemporales y se transmute en microcosmos. La “vía de la oposición estratégica” que seguía la S.D.A. hace posible dicha transmutación pues la “técnica arquemónica” AISLA al cuerpo físico del universo material, permitiéndole “ganar un espacio propio” sin impregnación panteísta. Dentro de ese espacio, que la S.D.A. denominaba “plaza”, la técnica de la “oposición estratégica” permite “crear” un tiempo propio, o sea, independizar la “conciencia del microcosmos” de la “conciencia del macrocosmos” o tiempo del mundo. Aquí podemos considerar concluido el resumen.

Para profundizar un poco más, ahora, en la técnica arquemónica debemos retomar el concepto de “cerco”. Hemos dicho anteriormente que la función cerco aparece como una “ley de la naturaleza”; y también afirmamos que EL PRINCIPIO DEL CERCO constituye una estructura de la mente humana, es decir, un arquetipo colectivo. Esta duplicidad no debe extrañarnos. Si aceptamos el principio hermético de equivalencia entre macrocosmos y microcosmos, nos resultará evidente que TODAS las leyes del macrocosmos se reflejan en leyes análogas del microcosmos y VICEVERSA. Pero esta correspondencia entre macro y microcosmos dista de ser un mero reflejo pasivo entre estructuras. El hombre, al DESCUBRIR y FORMULAR “leyes”, desequilibra esa relación y asume un papel destacado. Como consecuencia de esta actitud dominante aparece ahora, entre el macrocosmos y el microcosmos, un MODELO CULTURAL elaborado POR EL HOMBRE en base a leyes y conceptos. Es este “modelo cultural” el principal responsable de la visión deformada que tiene de sí mismo y del mundo, dado que “se interpone” entre el macrocosmos y el microcosmos. El modelo cultural contiene a la totalidad del conocimiento colectivo del mundo (estando en primer lugar las “leyes de la naturaleza”) y, por ser el hombre su gestor, queda planteado un “problema de la preeminencia de las premisas culturales”. Con el fin de dejar debidamente aclarado este problema, desarrollaremos previamente algunos conceptos de los cuales tendremos que valernos muy pronto.

Ante todo convendrá saber qué entendemos por “ley de la naturaleza”. Sin entrar en complicaciones, podemos afirmar que “una ley de la naturaleza es la cuantificación matemática de una relación significativa entre aspectos o magnitudes de un fenómeno”. Aclaremos esta definición. Dado un fenómeno, es posible que por la observación y por la experimentación empírica lleguemos a diferenciar ciertos “aspectos” del mismo. Si de entre los varios aspectos que se destacan, algunos de ellos resultan como “relacionados significativamente entre sí”; y si esta relación posee probabilidad estadística, es decir, se repite un número grande de veces o es permanente, entonces puede enunciarse una “ley de la naturaleza”. Para ello hace falta que los “aspectos” del fenómeno puedan reducirse a magnitudes, de tal modo que la “relación significativa se reduzca también a “relación entre magnitudes” o sea a función matemática. Las “leyes” de la fisica se han deducido de manera semejante.

El concepto de “ley de la naturaleza” que hemos expuesto es moderno y apunta a “controlar” el fenómeno antes que a explicarlo, siguiendo la tendencia actual que subordina lo científico a lo tecnológico.

Tenemos así fenómenos “regidos” por leyes EMINENTES a las que no sólo aceptamos como determinantes sino que las incorporamos indisolublemente al propio fenómeno, olvidando, o simplemente ignorando, que se trata de cuantificaciones racionales. Es lo que pasa, por ejemplo, cuando advertimos el fenómeno de un objeto que cae y afirmamos que tal cosa ha ocurrido porque “actuó la ley de gravedad”. Aquí la “ley de gravedad” es eminente y, aunque “sabemos que existen otras leyes” las que “intervienen también pero con menor intensidad”, creemos ciegamente que el objeto en su caída OBEDECE a la ley de Newton y que esta “ley de la naturaleza” ha sido la CAUSA de su desplazamiento. Sin embargo, el hecho concreto es que el fenómeno NO OBEDECE A LEY EMINENTE ALGUNA. El fenómeno simplemente OCURRE y nada hay en él que apunte intencionalmente hacia una ley de la naturaleza, y menos aún una ley eminente.1 El fenómeno es parte inseparable de una totalidad que llamamos “la realidad”, o “el mundo” y que incluye, en ese carácter, a TODOS los fenómenos, los que ya han ocurrido y los que habrán de ocurrir. Por eso en la realidad los fenómenos simplemente OCURREN, sucediendo quizá a algunos que ya han ocurrido, o simultáneamente con otros semejantes a él. El fenómeno es sólo una parte de esa “realidad fenoménica” que jamás pierde su carácter de totalidad; de una realidad que NO se expresa en términos de causa y efecto para sostener el fenómeno; en fin, de una realidad en la cual el fenómeno ACONTECE independientemente de que su ocurrencia sea o no significativa para un observador y cumpla o no con leyes eminentes.

Antes de abordar el problema de la “preeminencia de las premisas culturales” en la evaluación racional de un fenómeno, conviene despojar a éste de cualquier posibilidad que lo aparte de la pura determinación mecánica o evolutiva, según el “orden natural”. Para ello estableceremos, luego de un breve análisis, la diferencia entre fenómeno de “primer” o de “segundo” grado (de determinación), aclaración indispensable dado que las “leyes eminentes” corresponden siempre a fenómenos de primer grado. 

Para el gnóstico “el mundo” que nos rodea no es más que la ordenación de la materia efectuada por el Demiurgo en un principio y a la cual percibimos en su actualidad temporal. La Sabiduría Hiperbórea, madre del pensamiento gnóstico, va más lejos al afirmar que el espacio, y todo cuanto él contenga, se halla constituido por asociaciones múltiples de un único elemento denominado “cuanto psicofísico de energía” o “unidad de energía UEVAC.2 Las UEVAC, que son verdaderos átomos arquetípicos conformadores o estructuradores de forma, poseen, cada una, un PUNTO INDISCERNIBLE mediante el cual se realiza la difusión panteísta del Demiurgo. Es decir que, merced a un sistema puntual de contacto polidimensional, se hace efectiva la presencia del Demiurgo en toda porción ponderable de materia, cualquiera sea su calidad.

Esta penetración universal, al ser comprobada por personas en distinto grado de confusión, ha llevado a la errónea creencia de que “la materia” es la propia sustancia del Demiurgo. Tal las condiciones vulgares de los sistemas panteístas o de aquéllos que aluden a un espíritu del mundo o “anima mundi”, etc. En realidad la materia ha sido “ordenada” por el Demiurgo e “impulsada” hacia un desenvolvimiento LEGAL EN EL TIEMPO de cuya fuerza evolutiva no escapa ni la más mínima partícula (y de la cual participa, por supuesto, el “cuerpo humano”).

Hemos hecho esta exposición sintética de la “física” hiperbórea porque necesitamos distinguir dos grados de determinismo. El mundo, tal cual lo describimos recién, se desenvuelve mecánicamente orientado hacia una finalidad; éste es el PRIMER GRADO del determinismo. Con otras palabras: existe un Plan a cuyas pautas se ajusta y a cuyos designios tiende el “orden” del mundo; la materia librada a la mecánica de dicho “orden” se halla DETERMINADA EN PRIMER GRADO. Pero, como dicho Plan se halla sostenido por la Voluntad del Demiurgo, y Su Presencia es efectiva en cada porción de materia, según vimos, podría ocurrir que Él, ANORMALMENTE influyese DE OTRA MANERA sobre alguna porción de realidad, ya sea para MODIFICAR TELEOLÓGICAMENTE SU PLAN o para EXPRESAR SEMIÓTICAMENTE SU INTENCIÓN, o por MOTIVOS ESTRATÉGICOS1; en este caso estamos ante el SEGUNDO GRADO del determinismo.

Podemos ahora distinguir entre un FENÓMENO DE PRIMER GRADO y un FENÓMENO DE SEGUNDO GRADO, atendiendo al grado de determinación que involucra su manifestación. Debe comprenderse bien que en esta distinción el acento se pone sobre LAS DIFERENTES maneras con que el Demiurgo puede actuar sobre UN MISMO fenómeno. Por ejemplo, en el fenómeno de una maceta cayendo desde un balcón a la vereda, no podemos ver otra cosa que una determinación de primer grado; decimos: “actuó la ley de gravedad”. Pero si dicha maceta cayó sobre la cabeza del virya despierto, podemos suponer una segunda determinación o, con rigor, una “segunda intención”; decimos: “actuó la Voluntad del Enemigo”.

En general todo fenómeno es susceptible de manifestarse en primer o segundo grado de determinación. Atendiendo a esta posibilidad, convendremos lo siguiente: cuando no se indique lo contrario, por “fenómeno” se entenderá aquél cuya determinación es puramente mecánica, es decir, de primer grado; en caso contrario se aclarará, “de segundo grado”.

Sólo nos falta, ahora que sabemos distinguir entre “los dos grados del fenómeno”, aclarar la afirmación que hicimos al comienzo de este análisis de que toda ley de la naturaleza, inclusive aquéllas eminentes, describen el comportamiento causal de fenómenos de primer grado de determinación. Es fácil comprender y aceptar esto ya que cuando en un fenómeno interviene una determinación de segundo grado, el sentido natural del encadenamiento mecánico ha sido enajenado temporalmente en favor de una voluntad irresistible. En ese caso el fenómeno ya no será “natural”, aunque aparente serlo, sino que estará dotado de una intencionalidad superpuesta de neto CARÁCTER MALIGNO (para el virya).

Por otra parte, el fenómeno de primer grado se manifiesta siempre COMPLETO EN SU FUNCIONALIDAD, la cual es expresión directa de su esencia, y a la que siempre será posible reducir matemáticamente a un número infinito de “leyes de la naturaleza”. Cuando el fenómeno de primer grado es apreciado especialmente por UNA ley de la naturaleza, la cual es eminente para nosotros pues DESTACA CIERTO ASPECTO interesante, es evidente que no tratamos con el fenómeno COMPLETO sino con dicho “aspecto” del mismo. En tal caso, debe aceptarse el triste hecho de que del fenómeno sólo será percibida una ilusión. Mutilado sensorialmente, deformado gnoseológicamente, enmascarado epistemológicamente, no debemos extrañarnos que los indoarios calificaran de MAYA, ilusión, a la percepción corriente de un fenómeno de primer grado.

Plantearemos ahora un interrogante, cuya respuesta nos permitirá encarar el problema de la “preeminencia de las premisas culturales”, basándonos en nuestras últimas conclusiones: “si todo fenómeno de primer grado aparece necesariamente completo (por ejemplo: a las 6 A.M. “sale el sol”) ¿cuál es el motivo específico de que su aprehensión por intermedio del “modelo científico o cultural” nos impide tratar con el fenómeno en su integridad, circunscribiéndonos en torno de aspectos parciales del mismo? (por ejemplo cuando decimos: “la rotación terrestre es la CAUSA que ha producido el EFECTO de que a las 6 A.M. el Sol se haya hecho visible en el horizonte Este”). En este último ejemplo se hace evidente que al explicar el fenómeno por una “ley eminente” no hacemos más que referirnos a ciertos aspectos parciales (la “rotación terrestre”) dejando de lado –no viéndolo- al fenómeno mismo (“el Sol”). La respuesta a la pregunta planteada nos lleva a tocar un principio fundamental de la teoría epistemológica que dice: 

LA RELACIÓN EMINENTE QUE ADVERTIMOS ENTRE ASPECTOS DE UN FENÓMENO, CUANTIFICABLE MATEMÁTICAMENTE COMO “LEY DE LA NATURALEZA”, SE ORIENTA EN LA PREEMINENCIA DE PREMISAS CULTURALES A PARTIR DE LAS CUALES LA RAZÓN MODIFICA NUESTRA PERCEPCIÓN DEL FENÓMENO EN SÍ.

Cuando efectuamos una observación “científica” de un fenómeno, las funciones racionales se tornan preeminentes a cualquier percepción, “destacando” con eminencia aquellos aspectos interesantes o útiles y “desluciendo” en resto (del fenómeno). De este modo, la razón opera como si enmascarara al fenómeno, previamente arrancado de la totalidad de lo real, y presentará de él una apariencia “razonable” y siempre comprensible en el ámbito de la cultura humana. Por supuesto que a nadie le importa que los fenómenos queden, a partir de allí, ocultos tras su apariencia razonable; no si es posible servirse de ellos, controlarlos, aprovechar su energía y dirigir sus fuerzas. Al fin y al cabo una civilización científicotecnológica se edifica SOBRE los fenómenos y AUN CONTRA ellos. ¿Qué importa si una visión racional del mundo recorta los  fenómenos percibidos y nos enfrenta con una REALIDAD CULTURAL, tanto más artificial cuanto más ciegos estemos? ¿Qué importa, repetimos, cuando tal ceguera gnoseológica es el precio que debemos pagar para disfrutar de las infinitas variantes que, en términos de goce y confort, ofrece la civilización científica?

¿Acaso acecha algún peligro que no podamos conjurar técnicamente, nosotros que hemos eliminado muchas y antiguas enfermedades, que hemos prolongado la vida humana y creado un hábitat urbano con un lujo nunca visto?

El peligro existe, es real, y amenaza a todos aquellos miembros de la humanidad que poseen ancestros hiperbóreos; la Sabiduría Hiperbórea lo denomina FAGOCITACIÓN PSÍQUICA. Es un peligro de género psicológico y de orden trascendente que consiste en la aniquilación metafísica de la conciencia, posibilidad que puede concretarse en éste o en otro mundo, y en cualquier tiempo. La destrucción de la conciencia sucede por FAGOCITACIÓN DEMIÚRGICA, es decir, por asimilación del yo personal a la sustancia del Demiurgo. Cuando tal catástrofe ocurre, se pierde completamente toda posibilidad de transmutación y regreso al origen. Ya hemos hablado sobre la dramática alternativa que debe enfrentar el virya, y volveremos a hablar extensamente en el libro 4; sin embargo, conviene repetir que es la CONFUSIÓN el principal impedimento para la transmutación del virya en Siddha inmortal. Y, a la confusión permanente, contribuye la ceguera gnoseológica que mencionábamos antes, producto de nuestra moderna mentalidad racionalista.

Vivimos según las pautas de la “cultura” occidental, la cual es materialista, racionalista, científicotecnológica y amoral; nuestro pensamiento parte de premisas culturales preeminentes y condiciona la visión del mundo tornándola pura apariencia, sin que lo notemos o tengamos idea de ello. La cultura, entonces, nos mantiene en la confusión, nos impide orientarnos marchar hacia el centro de la reintegración psíquica, transmutándonos en Siddhas. ¿Es por casualidad que tal cosa sucede? Lo hemos dicho muchas veces: la cultura es un arma estratégica, hábilmente empleada por quienes desean la perdición de la Herencia Hiperbórea.

Cuando se realiza la crítica de la moderna cultura urbana del “Occidente cristiano”, suelen detallarse los “males” que ésta provoca en algunos individuos: la alienación; la deshumanización; la esclavitud alconsumo; la neurosis depresiva y su reacción, la dependencia a diversos vicios, desde la narcosis hasta la perversión del sexo; la competencia despiadada, motivada por oscuros sentimientos de codicia y ambición de poder; etc. La lista es interminable, pero todos los cargos omiten, deliberadamente, lo esencial, haciendo hincapié en males “externos” al alma del hombre, originados en “imperfecciones de la sociedad”. Como complemento de esta falacia, se argumenta que la solución, el remedio para todos los males, es “el perfeccionamiento de la sociedad”, su “evolución” hacia formas de organización más justas, más humanas, etc.

La omisión radica en que el mal, el único mal, NO ES EXTERNO al hombre, no proviene del mundo sino que radica en su interior, en la estructura de una mente condicionada por la preeminencia de las premisas culturales que sustentan el raciocinio y que le deforman su visión de la realidad. La sociedad actual, por otra parte, ha logrado judaizar de tal modo al hombre corriente que le ha transformado –milagro que no puede ni soñar la biología genética- a su vez en un miserable judío, ávido de lucro, contento de aplicar el interés compuesto y feliz de habitar un mundo que glorifica la usura. Ni qué decir que esta sociedad, con sus millones de judíos biológicos y psicológicos, es para la Sabiduría Hiperbórea sólo una mala pesadilla, la cual será definitivamente barrida al fin del Kaly Yuga por el WILDESHEER.1

Hemos puesto de manifiesto el hecho de que una “ley de la naturaleza” se origina en ciertas relaciones que el juicio racional establece entre aspectos significativos de los fenómenos. Nuestro propósito es dejar en laro que aunque dichos aspectos pertenecen verdaderamente al fenómeno, la relación que dio lugar a la ley eminente ha sido creada por la razón,y de ningún modo puede atribuirse al fenómeno mismo. La razón, apoyada en premisas culturales preeminentes, utiliza al mundo como MODELO PROYECTIVO o DE REPRESENTACIÓN, de modo tal que un fenómeno cualquiera exprese CORRESPONDENCIA con una concepción intelectual equivalente. De este modo, el hombre se sirve de conceptos racionales del fenómeno que guardan una débil vinculación con el fenómeno en sí, con su verdad.

Al efectuar razonamientos y análisis sobre la base de tales conceptos, se suma el error y el resultado no puede ser otro que la paulatina inmersión en la irrealidad y la confusión. Este efecto es buscado por el enemigo, lo hemos dicho. Veremos luego cuál es el modo de evitarlo que enseña la Sabiduría Hiperbórea.

Al mencionar anteriormente el principio hermético, dijimos que todas las leyes del macrocosmos se reflejaban en leyes equivalentes del microcosmos. Pero “las leyes de la naturaleza” del macrocosmos no son sino representaciones de un modelo matemático originado en la mente humana, es decir, en el microcosmos, según hemos analizado. En el proceso que da lugar a la “idea científica” de un fenómeno concurren elementos de dos fuentes principales: los “principios matemáticos” y las “premisas culturales preeminentes”. Los “principios matemáticos” son arquetípicos, provienen de estructuras psicobiológicas hereditarias (cuando “aprendemos matemáticas”, por ejemplo, sólo actualizamos conscientemente un número finito de sistemas formales que pertenecen al ámbito de la cultura; pero los “principios matemáticos” no son en verdad “aprendidos” sino “descubiertos”, pues constituyen matrices básicas de la estructura del cerebro). Las “premisas culturales preeminentes” surgen de la TOTALIDAD de los elementos culturales, aprendidos a lo largo de la vida, que obran como contenido consciente o inconsciente de las memorias y registros y a los cuales acude la razón para formular los juicios. (Por “razón” entendemos aquí a un OPERADOR que relaciona distintos elementos de acuerdo a una cierta “lógica”. El “operador” es HEREDITARIO; la “lógica”, es decir, el MODO CONVENIDO de operar, es CULTURAL: depende de reglas y principios sociales, éticos, morales, etc., y se halla muy ligada a la estructura lingüística propia, al idioma natal).

La distinción que hemos hecho entre “principios matemáticos” y “premisas culturales preeminentes”, como dos fuentes principales que intervienen en el acto mental de formular una “ley de la naturaleza”, nos va a permitir exponer una de las tácticas más efectivas que emplea el Demiurgo para mantener a los viryas en la confusión y la manera que los Siddhas tratan de contrarrestarla, induciendo carismáticamente a éstos a descubrir y aplicar la “ley del cerco”. Por eso hemos insistido tanto en el análisis: porque nos hallamos ante uno de los principios más importantes de la Sabiduría Hiperbórea y, también, uno de los secretos mejor guardados por el enemigo.

Cuando se conoce el principio que dice “para la Sinarquía, la cultura es un arma estratégica”, suele pensarse que el mismo se refiere a la “cultura” como algo “externo”, propio de la conducta del hombre en la sociedad y de la influencia que ésta ejerce sobre él. Este error proviene de una incorrecta comprensión de la Sinarquía (a la cual se supone sea una mera “organización política”) y del papel que ella juega en el Plan del Demiurgo terrestre Jehová-Satanás. La verdad es que el virya procura orientarse hacia el origen y no lo consigue por el estado de confusión1 en que se halla; a mantenerlo en ese estado contribuye la cultura2 como arma estratégica enemiga; pero si este ataque proviniera SOLAMENTE de lo exterior, es decir, de la sociedad, bastaría con alejarse de ella, con hacerse ermitaño, para neutralizar sus efectos. Sin embargo, está suficientemente comprobado que la soledad no basta para evitar la confusión y que, por el contrario, ésta suele aumentar en el retiro más hermético, siendo muy probable que por ese camino se pierda la razón mucho antes de encontrar el origen. Son los elementos culturales INTERIORES los que confunden, desvían y acompañan al virya en todo momento. Es por eso que el yo consciente debe liberarse PREVIAMENTE del obstáculo que imponen los elementos culturales si pretende salvar la distancia que lo separa del Vril.

Un yo despojado de toda moral, de todo dogma, indiferente a los engaños del mundo, pero abierto a la memoria de sangre, podrá marchar gallardamente hacia el origen y no habrá fuerza en el universo capaz de detenerlo.

Es una bella imagen la del virya que avanza intrépidamente, envuelto en el furor guerrero, sin que los demonios consigan detenerlo. Siempre la presentamos; pero, se preguntará: ¿cómo es posible adquirir tal grado de pureza? Porque el estado normal del virya, en esta etapa del Kaly Yuga, es la confusión. Explicaremos ahora, en respuesta a tan sensata pregunta, la táctica de los Siddhas para ORIENTAR a los viryas perdidos y neutralizar el efecto de la cultura sinárquica.

En el virya perdido el yo se halla sujeto a la razón. Ella es el timón que guía el rumbo de sus pensamientos del que por nada del mundo se apartaría; fuera de la razón están el miedo y la locura. Pero la razón opera a partir de elementos culturales; ya estudiamos de qué manera las “premisas culturales preeminentes” participan en la formulación de una “ley de la naturaleza”. De modo que el yugo que el enemigo ha ceñido en torno al yo es formidable. Podríamos decir, en sentido figurado, que el yo se encuentra PRISIONERO de la razón y sus aliados, las premisas culturales; y todos comprenderían el sentido de esta figura. Ello se debe a que existe una clara correspondencia analógica entre el yo, en el virya perdido, y el concepto de “cautiverio”. Por esta razón desarrollaremos a continuación una alegoría, en la cual se hará evidente la correspondencia apuntada, que nos permitirá luego comprender la estrategia secreta que los Siddhas practican para contrarrestar EL ARMA CULTURAL de la Sinarquía.

Comencemos a presentar la alegoría fijando la atención en un hombre, a quien han tomado prisionero y condenado, de manera inapelable, a reclusión perpetua. Él desconoce esta sentencia, así como cualquier información posterior a su captura procedente del mundo exterior, pues se ha decidido mantenerlo indefinidamente incomunicado. Para ello ha sido encerrado en una torre inaccesible la cual se halla rodeada de murallas, abismos y fosos, y donde resulta aparentemente imposible todo intento de fuga. Una guarnición de soldados enemigos, a los cuales no es posible dirigirse sin recibir algún castigo, se encargan de vigilar permanentemente la torre; son despiadados y crueles, pero terriblemente eficientes y leales: ni pensar en comprarlos o engañarlos. En estas condiciones no parecen existir muchas esperanzas de que el prisionero recobre alguna vez la libertad. Y, sin embargo, la situación real es muy otra. Si bien HACIA AFUERA de la Torre la salida está cortada por murallas, fosos y soldados, DESDE ADENTRO es posible salir directamente al exterior, sin tropezar con ningún obstáculo. ¿Cómo? Por medio de UNA SALIDA SECRETA cuyo acceso se encuentra hábilmente disimulado en el piso de la celda. Naturalmente, el prisionero ignora la existencia de este pasadizo, como tampoco lo saben sus carceleros.

Supongamos ahora que, sea porque SE LE HA CONVENCIDO de que es imposible escapar, sea porque DESCONOCE su calidad de cautiverio, o por cualquier otro motivo, el prisionero no muestra predisposición para la fuga: no manifiesta su valor ni arrojo y, por supuesto, no busca la salida secreta; simplemente se ha resignado a su precaria situación. Indudablemente es su propia actitud negativa el peor enemigo ya que, de mantener vivo el deseo de escapar, o aun si experimentase la NOSTALGIA por la libertad perdida, se revolvería en su celda donde existe, al menos, una posibilidad en un millón de dar con la salida secreta POR CASUALIDAD. Pero no es así; y el prisionero, en SU CONFUSIÓN, ha adoptado una conducta apacible que, a medida que transcurren los meses y los años, se torna cada vez más pusilánime e idiota.

Habiéndose entregado a su suerte, sólo cabría esperar para el cautivo una ayuda exterior, la cual sólo puede consistir en la REVELACIÓN DE LA SALIDA SECRETA. Pero no es tan simple de exponer el problema, ya que el prisionero no lo desea o no sabe que puede huir, según hemos dicho. Se deben, pues, cumplir dos cosas: 1o lograr que asuma su condición de prisionero, de persona a quien han QUITADO la libertad y, en lo posible, que RECUERDE LOS DÍAS DORADOS cuando no existían celdas ni cadenas. Es necesario que tome cociencia de su miserable situación y desee ardientemente salir, previamente a: 2o revelarle la existencia de la ÚNICA POSIBILIDAD DE HUIR. Porque bastaría, ahora que el prisionero desee huir, sólo CON QUE SEPA DE LA EXISTENCIA de la salida secreta; a ésta la buscará y hallará por sí mismo.

Planteado así el problema parece muy difícil de resolver: es necesario despabilarlo, DESPERTARLO de su letargo, ORIENTARLO y luego REVELARLE el secreto. Por eso es hora ya de que nos preguntemos:

¿hay alguien dispuesto a ayudar al miserable prisionero? Y si lo hubiese, ¿cómo se las arreglaría para cumplir las dos condiciones del problema?

Debemos declarar que, afortunadamente, hay otras personas que aman y procuran ayudar al prisionero. Son aquéllos que participan de su etnia y habitan un país muy, pero muy lejano, el cual se encuentra en guerra con la nación que lo aprisionó. Pero no pueden intentar ninguna acción militar para liberarlo debido a las represalias que el enemigo podría tomar sobre los incontables cautivos que, además del de la torre, mantienen en sus terribles prisiones. Se trata pues de dirigir la ayuda de la manera prevista: DESPERTARLO, ORIENTARLO Y REVELARLE EL SECRETO.

Para ello es preciso llegar hasta él; pero ¿cómo hacerlo si ha sido encerrado en el corazón de una ciudadela fortificada, saturada de enemigos en permanente alerta? Hay que descartar la posibilidad de infiltrar un espía, debido a las DIFERENCIAS ÉTNICAS insuperables: un alemán no podría infiltrarse como espía en el ejército chino, del mismo modo que un chino no podría espiar en el cuartel de las SS. Sin poder entrar en la prisión, y sin posibilidad de comprar o engañar a los guardianes, sólo queda el recurso de HACER LLEGAR UN MENSAJE al prisionero.

Sin embargo, enviar un mensaje parece ser tan difícil como introducir un espía. En efecto; en el improbable caso de que una gestión diplomática consiguiese la autorización para presentar el mensaje y la promesa de que éste sería entregado al prisionero, ello no serviría de nada porque el solo hecho de que tenga que atravesar siete niveles de seguridad, en donde sería censurado y mutilado, torna completamente inútil a esta posibilidad. Además, por tal VÍA LEGAL (previa autorización) se impondría la condición de que el mensaje fuese escrito en un lenguaje claro y accesible al enemigo, quien luego censuraría parte de su contenido y traspondría los términos para evitar un posible segundo mensaje cifrado. Y no nos olvidemos que el secreto de la salida oculta tanto interesa que lo conozca el prisionero como que lo ignore el enemigo. Y lo primero:

¿qué decir en un mero mensaje para lograr que el prisionero DESPIERTE, se ORIENTE, comprenda que DEBE escapar? Por mucho que lo pensemos se hará evidente al final que el mensaje DEBE SER CLANDESTINO y que el mismo NO PUEDE SER ESCRITO. Tampoco puede ser ÓPTICO debido a que el pequeño ventanuco de su celda permite observar solamente uno de los patios interiores, hasta donde no pueden llegar señales desde el exterior de la prisión.

En las condiciones que hemos expuesto, no resulta evidente, sin duda, de qué manera pueden sus KAMERADEN dar solución al problema y ayudar al prisionero a escapar. Tal vez se haga la luz si tenemos presente que, pese a todas las precauciones tomadas por el enemigo para mantener al cautivo desconectado del mundo exterior, NO LOGRARON AISLARLO ACÚSTICAMENTE. (Para ello hubiesen debido tenerlo, como a KASPAR HAUSER, en una celda a prueba de sonidos).

Veamos ahora, como epílogo, el modo elegido por los Kameraden para brindar efectiva ayuda, una ayuda tal que 1o DESPIERTE y 2o REVELE EL SECRETO al prisionero, ORIENTÁNDOLO HACIA LA LIBERTAD.

Al decidirse por una vía acústica para hacer llegar el mensaje, los Kameraden comprendieron que contaban con una gran ventaja: EL ENEMIGO IGNORA LA LENGUA ORIGINAL DEL PRISIONERO.

Es posible entonces transmitir el mensaje simplemente, sin doble sentido,aprovechando que el mismo NO SERÁ COMPRENDIDO POR EL ENEMIGO. Con esta convicción, los Kameraden hicieron lo siguiente:

varios de ellos treparon a una montaña cercana y, munidos de una enorme caracola, la cual permite amplificar muchísimo el sonido de la voz, comenzaron a emitir el mensaje. Lo hicieron ininterrumpidamente, durante años, pues se habían juramentado a no abandonar el intento mientras el prisionero no estuviese nuevamente libre. Y el mensaje descendió de la montaña, cruzó los campos y los ríos, atravesó las murallas e invadió hasta el último rincón de la prisión. Los enemigos al principio se sorprendieron; pero, como ese lenguaje para ellos no significaba nada, tomaron el musical sonido por el canto de algún ave fabulosa y lejana,y al final acabaron por acostumbrarse a él y le olvidaron. Pero, ¿qué decía el mensaje?

Constaba de dos partes. Primero los Kameraden cantaban una CANCIÓN INFANTIL. Era una canción QUE EL PRISIONERO HABÍA OÍDO MUCHAS VECES DURANTE SU NIÑEZ, allá en la PATRIA DORADA, cuando estaban aún lejanos los días negros de la guerra y el cautiverio perpetuo sólo podía ser una pesadilla imposible de soñar. ¡Oh, qué dulces recuerdos evocaba aquella melodía! ¿qué espíritu, por más dormido que estuviese, no despertaría, sintiéndose eternamente joven, al oír nuevamente las canciones primordiales, aquéllas que escuchara embelesado en los días felices de la infancia y que, sin saber cómo, se transformaron en un sueño lejano y misterioso? Sí; el prisionero, por muy dormido que estuviese su espíritu, por más que el olvido hubiese cerrado sus sentidos, ¡acabaría por despertar y recordar! Sentiría la nostalgia de la patria lejana, comprobaría su situación humillante y comprendería que sólo quien cuente con un valor infinito, con una intrepidez sin límites, podría realizar la hazaña de la fuga.

Si tal fuera el sentir del prisionero, entonces la segunda parte del mensaje le dará LA CLAVE para hallar la salida secreta.

Obsérvese que hemos dicho LA CLAVE y no LA SALIDA SECRETA. Porque sucede que mediante la clave el prisionero DEBERÁ BUSCAR la salida secreta (tarea que no ha de ser tan difícil considerando las reducidas dimensiones de la celda). Pero luego de que la encuentre, habrá de completar su hazaña DESCENDIENDO hasta profundidades increíbles, atravesando corredores sumidos en tinieblas impenetrables y SUBIENDO, finalmente, a cumbres remotas: tal el complicado trayecto de la enigmática salida secreta. Sin embargo YA ESTÁ SALVADO en el mismo momento que INICIA EL REGRESO, y nada ni nadie logrará detenerlo.

Sólo nos falta, para completar el epílogo de la alegoría, decir una palabra sobre la segunda parte del mensaje acústico, ésa que contenía la clave del secreto. Era también una canción. Una curiosa canción que narraba la historia de un amor prohibido y sublime entre un caballero y una dama ya desposada. Consumido por una pasión sin esperanzas, el caballero había emprendido un largo y peligroso viaje por países lejanos y desconocidos, durante el cual se fue haciendo diestro en el arte de la guerra. Al principio trató de olvidar a su amada; pero pasados muchos años, y habiendo comprobado que el recuerdo se mantenía siempre vivo en su corazón, comprendió que debería vivir eternamente esclavo del amor imposible. Entonces se hizo una promesa: no importarían las aventuras que tuviese que correr en su largo camino, ni las alegrías o infortunios que ellas implicaran; interiormente él se mantendría fiel a su amor sin esperanzas con religiosa devoción; y ninguna circunstancia lograría apartarlo de su firme determinación.

Y así terminaba la canción: recordando que en algún lugar de la Tierra, convertido ahora en un monje guerrero, marcha el caballero valeroso, provisto de una poderosa espada y brioso corcel, pero llevando colgada del cuello una bolsa que contiene la prueba de su drama, la CLAVE de su secreto de amor: EL ANILLO DE BODAS que jamás sería lucido por su dama.

Contrariamente a la canción infantil de la primera parte del mensaje, ésta no producía una inmediata nostalgia sino un sentimiento de poderosa curiosidad en el prisionero. Al escuchar, viniendo quién sabe de dónde, en su antigua lengua natal, la historia del galante caballero, tan fuerte y valeroso, tan COMPLETO en la batalla, y sin embargo tan dulce y melancólico, tan DESGARRADO interiormente por el RECUERDO DE AMOR, se sentía el cautivo presa de esa curiosidad pudorosa que experimentan los niños cuando presienten las promesas del sexo o intuyen los misterios del amor. ¡Podemos imaginar al prisionero cavilando, perplejo por el enigma de la canción evocadora! Y podemos suponer, también, que finalmente hallará una CLAVE en aquel ANILLO DE BODAS ... que según la canción jamás sería usado en boda alguna. Por inducción, la idea del ANILLO, le llevará a buscar y encontrar la salida secreta ...

Hasta aquí la alegoría. Debemos ahora destacar las analogías existentes para, mediante su concurso, extraer importantes conclusiones esotéricas. Con el fin de que la relación analógica quede claramente evidenciada, procederemos de acuerdo al siguiente método: primero afirmaremos una premisa con respecto a la historia alegórica del “prisionero”; en segundo lugar afirmaremos una premisa referida a una situación análoga en el “virya perdido”; en tercer lugar COMPARAMOS ambas premisas y extraemos la CONCLUSIÓN, es decir, DEMOSTRAMOS la analogía.

Se comprende que no podemos exponer LA TOTALIDAD de las correspondencias sin riesgo de extendernos indefinidamente. Por lo tanto, sólo destacaremos aquellas relaciones que son imprescindibles para nuestro propósito y dejaremos, como ejercicio de imaginación del lector, la posibilidad de establecer muchas otras.

-1-

a – El “prisionero” se encuentra a merced de sus guardianes quienes le mantienen en perpetuo cautiverio.

b – El “yo” del virya perdido es prisionero perpetuo de la “razón”.

c – El “prisionero” y el “yo” son análogos.

-2-

a – Los “guardianes” son los intermediarios dinámicos, mezquinos por cierto, entre el “prisionero” y el

“mundo exterior”.

b – La “razón” es intermediaria dinámica, muy pobre, entre el “yo” y el “mundo exterior” (en el virya

perdido).

c – Los “guardianes” y la “razón” son análogos. (Recordemos que cuando la razón elabora una “ley de la naturaleza” intervienen los “principios matemáticos” y las “premisas culturales preeminentes”).

-3-

a – Los “guardianes” se valen de un “lenguaje propio”, diferente de la “lengua natal” del prisionero, a la que éste ha olvidado.

b – La “razón” emplea “estructuras lógicas”, diferente de la “lengua primordial hiperbórea” original del virya perdido, a la que éste ha olvidado (por la confusión estratégica).

c – El “lenguaje propio” de los guardianes es análogo a las “estructuras lógicas” de la razón. La “lengua natal” del prisionero es análoga a la “lengua primordial hiperbórea” del virya perdido.

-4-

a – El primer entorno del “prisionero” es su “celda” de la torre, que lo contiene así completamente con la excepción de las aberturas (puerta y ventanuco) por donde sólo muy débilmente pueden extenderse los sentidos.

b – El primer entorno del “yo” es el “inconsciente”, que lo contiene casi completamente con la excepción de las esferas “instintiva”, “sensorial” y “racional” que intervienen en la composición de la conducta.

c – La “celda” de la torre es análoga al “inconsciente” del virya perdido. (Como contenido del inconsciente consideramos a los “arquetipos colectivos”, especialmente: “los principios matemáticos” y los “elementos míticos”).

-5-

a – En la “celda” hay un “ventanuco enrejado” por medio del cual el prisionero obtiene una imagen precaria pero “directa” del mundo exterior.

b – Estableciendo un contacto permanente con el “yo” está la esfera “sensorial”, por medio de la cual éste obtiene una imagen precaria pero “directa” del mundo exterior.

c – El “ventanuco enrejado” es análogo a la “esfera sensorial” (o a “los sentidos”) en el virya perdido.

-6-

a – En la celda hay una “puerta enrejada” por la cual ingresan los guardianes, y con ellos las noticias censuradas, es decir, por donde el prisionero obtiene una imagen “indirecta” del mundo exterior.

b – El “yo” puede formarse una imagen “indirecta” del mundo exterior mediante la “reflexión”, es decir, el acto por el cual se recibe la información “razonada”.

c – La “puerta enrejada” en análoga al acto de reflexionar.

93-7-

a – La celda del “prisionero” se halla en una “torre” y ésta en un “patio” “amurallado”. Rodeando a las murallas hay “fosos” profundos, y luego otras murallas, y otros fosos; y así sucesivamente hasta completar

siete vueltas de muro y foso. Los siete circuitos de seguridad de esta formidable “prisión” se conectan entre sí por “puentes levadizos”, “corredores”, “portones”, “rejas levadizas”, etc. Más allá de la última muralla se extiende el “mundo exterior”, el país del enemigo. En síntesis: es la “prisión una estructura estática que se interpone entre el prisionero y el mundo exterior.

b– Entre el “yo” y el mundo exterior se interpone una compleja estructura estática denominada “cultura”. La “razón”, para tornar “razonable” la información del mundo exterior, se apoya en ciertos elementos de dicha estrucura estática o “cultura”, por ejemplo, las “premisas culturales preeminentes”.

c – La “prisión” es análoga a la “cultura”. También: ciertas partes de la “prisión”, murallas, fosos, puentes, etc., son análogos a ciertas partes de la “cultura”, esto es, las “premisas culturales preeminentes”.

Comentario: Téngase presente que, en la alegoría, tanto los “guardianes” como la “prisión” son intermediarios entre el prisionero y el mundo exterior. Pero los “guardianes” son intermediarios “dinámicos” (análogamente a la “razón” en el virya perdido) en tanto que la “prisión” es intermediario “estático” (análogamente a la “cultura” en el virya perdido).

-8-

a – Más allá de la última muralla de la prisión se extiende el “mundo exterior”, aquella realidad que nunca podrá ser vista por el “prisionero” debido a que la estructura de la “prisión” limita su movimiento y a que un “guardia” permanente cuida de que se mantenga tal situación.

b – El “yo” en el virya perdido, se halla hábilmente sumergido en las profundidades de la estructura cultural, flotando perdido entre sus artificiales y estáticos elementos y a merced de la tiranía implacable que ejerce la razón. La estructura cultural rodea completamente al “yo”, salvo algunas rendijas, por donde asoma débilmente la “esfera sensorial”. Más allá de la estructura cultural, como objeto de las esferas instintiva y sensorial, se extiende el “mundo exterior”, la realidad que nunca podrá “ser vista” (en su verdad; “tal como es”) por el “yo”.

c – El “mundo exterior” más allá de la prisión es análogo al “mundo exterior” más allá de la “estructura

cultural” que sujeta al “yo” en el virya perdido.

-9-

a – En una montaña cercada, los Kameraden tratan de ayudar al “prisionero” a fugar de la “prisión”. Para ello, envían un mensaje, en su lengua natal, valiéndose del medio acústico. En dicho mensaje hay una “canción infantil” para “despertar” al prisionero, y una “canción de amor” con la “clave del anillo” para que busque la salida secreta y huya.

b – En un “centro” oculto llamado Agarta, los Siddhas Hiperbóreos tratan de ayudar a los viryas perdidos a romper las cadenas que los mantienen sujetos al mundo material del Demiurgo. Para ello envían carismáticamente un mensaje en la “lengua de los pájaros”, valiéndose de la “cábala acústica”. En dicho mensaje hay un “recuerdo primordial” para despertar y orientar al virya, y una “canción de amor” con la “clave del anillo” para que busque el centro, conquiste el Vril y abandone, como un Dios, el infierno material de Jehová-Satanás.

c – Se pueden establecer entre “a” y “b” muchas analogías. Sólo destacaremos la más importante: Los Kameraden son análogos a los Siddhas Hiperbóreos.

Creemos que los nueve argumentos precedentes constituyen una eficaz demostración de la correspondencia analógica que existe entre la “alegoría” y la “situación del virya perdido”. Pero esto no es todo.

Hemos reservado tres componentes de la alegoría (canción infantil; canción de amor; salida secreta) para efectuar una última correspondencia analógica y extraer la conclusión final.

Como la validez de la relación analógica existente ha quedado evidenciada en los argumentos precedentes, no será necesario recurrir al mismo método en el próximo comentario: daremos por probadas las analogías que mencionamos.

Recordemos ahora los motivos que nos llevaron a desarrollar la alegoría. Nos proponíamos mostrar, de manera analógica, el método empleado por los Siddhas Hiperbóreos para contrarrestar la acción de “la cultura”, arma estratégica de la Sinarquía. Previamente aclaramos que son los “elementos culturales interiores” el verdadero instrumento que la Sinarquía emplea para mantener al virya “perdido”, es decir, en la confusión. En ese estado el “yo” es sujeto por la razón a la estructura cultural, fuente de la cual se nutre, finalmente, toda la actividad mental. Así ocurre que el “yo”, es decir la conciencia presente, resulta “dirigido hacia” el mundo “a través” de la estructura cultural “por” la razón; el resultado, lo dijimos varias veces, es una imagen deformada del mundo y un estado de confusión psíquica que dificulta enormemente la “reorientación estratégica” del virya. Contra esta situación los Siddhas, igual que los Kameraden de la alegoría, se disponen a acudir en auxilio “enviando un mensaje”.

El principal objetivo es “sortear todas las murallas” y llegar hasta el prisionero, el “yo”, con un mensaje de doble significado: 1o despertar; 2o orientar. Para eso los Siddhas “transmiten el mensaje” carismáticamente, desde HACE MUCHOS MILENIOS. Algunos lo oyen, despiertan y parten; otros, los más, continúan en la confusión. Claro, no resulta fácil reconocer el mensaje porque ha sido emitido en la lengua de los pájaros ... y sus sonidos sólo pueden ser percibidos con la sangre.

¿Está claro entonces? El mensaje de los Siddhas permanentemente resuena en la sangre de los viryas perdidos. Quien no lo oye es porque padece la confusión estratégica o desconoce su existencia, que viene a ser lo mismo. Pero, ¿cómo DEBERÍA cumplir su misión el mensaje carismático? En dos pasos. En primer lugar los Siddhas HABLAN, en la sangre del virya, de un recuerdo primordial, de algo ocurrido AL COMIENZO DEL TIEMPO cuando EL ESPÍRITU AÚN NO HABÍA SIDO CAUTIVADO POR LOS DIOSES DE LA MATERIA. Cómo los Siddhas logran hacerlo es un Misterio muy grande, del que sólo Ellos pueden responder. Este “recuerdo primordial”, la “canción infantil” de la alegoría, ha sido inducido con el propósito de que “active” el recuerdo de sangre propio del virya, es decir, que “sienta” su Minne.

Si tal cosa ocurre, entonces el virya perdido experimentará una súbita “nostalgia de otro mundo”, un deseo de “dejarlo todo y partir”. Técnicamente esto significa que la “memoria de sangre” ha llegado “allí donde la conciencia, el yo del virya perdido, se encontraba”; generalmente sobre un chakra. Un contacto tal, entre el “yo” y la Minne, se realiza independientemente de la estructura cultural y de la razón; y ése es el objetivo buscado por los Siddhas. Se ha podido pues llegar a la médula del “yo” por la vía de la sangre; será entonces, en ese fugaz momento, cuando se dejará oír la “canción de amor”.

Hablemos ahora de la segunda parte del mensaje, al que hemos llamado, alegóricamente, “canción de amor”. Ante todo, digamos que tal nombre no es caprichoso; pues la Sabiduría Hiperbórea enseña que, A PARTIR DE SU ORIGEN EN EL UNIVERSO FÍSICO, es decir, desde su sincronización con el Tiempo, EL ESPÍRITU PERMANECE ENCADENADO A LA MATERIA POR UN MISTERIO DE AMOR. Cuando el recuerdo de sangre, activado por la primera parte del mensaje, ABRE UN CAMINO (no racional, no cultural) HACIA LA CONCIENCIA, entonces los Siddhas CANTAN LA CANCIÓN DE AMOR, hacen participar al virya en el Misterio. Si su sangre es lo suficientmente pura como para que el mensaje carismático pueda ser conciencializado, entonces el virya tiene la posibilidad de “orientarse” hacia el origen y mantenerse definitivamente “despierto”.

En la Segunda Disertación (Las Sociedades Secretas y la Thulegesellschaft) mencionamos a los “Misterios de la Antigüedad” (de Osiris e Isis, de Mitra, de Dionisios, etc.) como poseedores, en el pasado histórico, de auténticos restos de la Sabiduría Hiperbórea cuyo conocimiento sólo era compartido por miembros de una casta de sacerdotes iniciados. Conviene aclarar aquí la diferencia existente entre esos “Misterios” y el Misterio de Amor, al cual alude la segunda parte del mensaje de los Siddhas. En primer lugar recordemos que los Misterios de la Antigüedad tenían por fin perpetuar un conocimiento esotérico mediante LA INICIACIÓN, o sea, cumplían una FUNCIÓN SOCIAL. En segundo lugar, ha de tenerse presente que estos “Misterios” se constituyen A CAUSA DEL KALY YUGA, en un intento por salvaguardar a la Sabiduría Antigua de la decadencia universal y de la caída en el exoterismo. Es decir que desde sus orígenes los Misterios de la Antigüedad han estado LIGADOS AL TIEMPO (histórico), el cual fue siempre su verdadero fundamento.

Contrariamente a los “Misterios de la Antigüedad” el Misterio de Amor no es ni social (o iniciático) ni se halla ligado a Tiempo Histórico alguno, ya que su “transmisión” carismática es sincronística y acausal, y, por lo tanto, “siempre presente”. Sólo tienen en común la palabra “Misterio” pero, como este hecho puede provocar alguna confusión, hemos creído conveniente aclararlo para que se descarte desde el comienzo cualquier creencia en el sentido de que el Misterio de Amor pueda ser (como en los “Misterios de la Antigüedad”) un mero saber esotérico al cual pueda accederse por “iniciación”.

El Misterio de Amor sólo puede ser revelado por la sangre pura, interiormente, en un contacto trascendente con el “yo” que se realiza sin intervención de categorías culturales o racionales. Es, por lo tanto, una experiencia ABSOLUTAMENTE INDIVIDUAL, única para cada virya. Quien conoce los secretos del Misterio de Amor no es un “iniciado” sino un TRANSMUTADO, un “Siddha inmortal” o, por un breve tiempo, un “virya despierto”.1

El Misterio de Amor es un descubrimiento personal, y por lo tanto único para cada virya, sobre la VERDAD DE SU PROPIA CAÍDA. Nadie puede conocer este secreto y continuar igual. Y nadie, mucho menos, se atrevería a hablar sobre ello una vez que la Suprema Experiencia ha tenido lugar. Por el contrario, muchas veces los labios quedan sellados para siempre, los ojos cegados, los oídos cerrados. No son pocos los cabellos que se vuelven blancos ni menos las mentes que se hunden en las tinieblas de la locura. Porque sólo un valor infinito puede sostener, vivo y cuerdo, a aquél que ha visto el Engaño de los Orígenes y ha comprendido, por fin, EL CÓMO Y EL POR QUÉ DE SU CAÍDA. Siendo el peso del secreto tan terrible, se comprende por qué decimos que jamás puede haber en el mundo algún indicio del Misterio de Amor; y sólo alguien irresponsable o loco afirmaría lo contrario. La Sabiduría Hiperbórea aporta TÉCNICAS DE PURIFICACIÓN SANGUÍNEA que tienen por fin APROXIMAR AL MISTERIO. Pero el Misterio en sí, se descubre interiormente, es único para cada virya y NADIE DEBE HABLAR DE ÉL.

La alegórica historia del prisionero nos ha permitido exponer de manera sencilla el método empleado por los Siddhas para guiar a los viryas perdidos. El mensaje carismático consigue, si es escuchado, “despertar” al virya poniéndolo en contacto con su recuerdo de sangre, con su Minne. A continuación le hace participar del Misterio de Amor, Suprema Experiencia que ANULA, según dijimos, la Estrategia cultural de la Sinarquía. Pero NO PODEMOS saber en qué consiste el Misterio de Amor hasta no haberlo vivido individualmente. Sólo tenemos de él los INDICIOS GENERALES que han dejado AQUÉLLOS QUE SE TRANSMUTARON Y PARTIERON. En base a tales indicios podemos afirmar que el Misterio de Amor es experimentado de SIETE MANERAS DIFERENTES por los viryas y que, justamente, ésa es la razón por la que la Sabiduría Hiperbórea prevé siete vías de liberación (secretas).

De acuerdo al modo en que el Misterio de Amor ha sido gnósticamente percibido será la vía de liberación adoptada; y es por eso que suele hablarse de una “vía de la mutación” o “del rayo”; de una “vía seca” o “camino de la mano derecha”; de una “vía húmeda” o “camino de la mano izquierda”; de una “vía de la oposición estratégica” o “vía de la gnosis guerrera para el retorno absoluto”; etc.

No hablaremos, desde luego, de todas las vías de liberación sino de aquélla que tiene especial relación con nuestro relato, es decir, la vía de la oposición estratégica, que era la seguida por los iniciados de la S.D.A. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar que el Misterio de Amor, revelado por los Siddhas Hiperbóreos, es la antigua base de los sistemas tántricos del Tibet, aunque en la actualidad tales yogas han perdido su sentido gnóstico con la excepción del TANTRA KAULA, que aún conserva parte de la Sabiduría.

En la alegoría, la segunda parte del mensaje era bastante extensa porque se refería también a “las otras” vías de liberación que puede “abrir” el Misterio de Amor. Pero el prisionero ha encontrado la clave en el ANILLO DE BODAS y esto significa, analógicamente, que ha optado por la vía de la oposición estratégica. El mensaje ha llegado a él “por vía acústica”, es decir gnósticamente, y al tomar conciencia de su contenido por medio de la clave revelada, halla en la celda UNA ANILLA, la cual permite ABRIR LA SALIDA SECRETA.

La celda, según el argumento 4, es análoga al inconsciente. Pero el “contenido” del inconsciente son los arquetipos colectivos, elementos míticos y principios matemáticos; una ANILLA “disimulada” en el piso de la celda corresponde sin duda a UN PRINCIPIO MATEMÁTICO, a un arquetipo “disimulado”, es decir, inconsciente.

La alegoría nos permite comprender, entonces, que los Siddhas, con su mensaje, DESCUBREN un PRINCIPIO MATEMÁTICO que permanecía inconsciente, al que denominamos PRINCIPIO DEL CERCO. De aquí que:

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c – La “anilla” en la celda del prisionero es análoga al “principio del cerco”, principio matemático o arquetipo colectivo que permanecía incosciente en el virya perdido y que el mensaje de los Siddhas ha DESCUBIERTO.

Habíamos demostrado más atrás que en el proceso mental que da lugar a la “idea científica” de un fenómeno, concurren elementos de dos fuentes principales: los “principios matemáticos” y las “premisas culturales preeminentes”. Esto se verifica principalmente al formular una “ley de la naturaleza”, la cual explica el comportamiento de un fenómeno estableciendo relaciones causales entre aspectos del mismo.

Pongamos un ejemplo sencillo: deseamos “medir” el lado de un poliedro regular. Aquí el fenómeno es un cuerpo con forma de poliedro regular. Tomamos para ello la “regla graduada”, es decir, una superficie plana sobre la que se hallan grabadas las unidades de longitud y de la cual estamos seguros que uno de sus lados es perfectamente recto. Hacemos coincidir el cero de la regla con el “comienzo” del lado que vamos a medir.

Observamos ahora que el “fin” del lado coincide con el número cinco de la regla, y afirmamos sin más que “en el poliedro el lado mide cinco centímetros”. Hemos realizado, como se verá, una serie de operaciones subjetivas cuyas conclusiones, sin embargo, pueden ser confirmadas por otros observadores; esta posibilidad de comprobación es lo que da peso de “ley de la naturaleza” al hecho mencionado.

Pero ocurre que en la regla, que creemos numerada, en realidad hay signos grabados que REPRESENTAN números, no números en sí. Los números son principios matemáticos propios de la estructura del cerebro, o sea elementos subjetivos, que intervienen en el acto de “reconocer que el límite del lado coincide con el signo 5”. Si decimos “mide cinco centímetros” estamos realizando la afirmación de una cualidad empírica: “existe una proporción (es decir, una relación matemática) entre la longitud del lado del poliedro y la longitud del meridiano terrestre”.1 Esta proporción es fija o CONSTANTE (= 5 CM) y constituye una “relación entre aspectos de un fenómeno”, o sea, una “ley de la naturaleza”.

El fenómeno (el poliedro) se nos presentó COMPLETO, íntegro en su manifestación. Sin embargo no es posible aprehenderlo en su totalidad; a poco que lo observamos UNA PARTE del mismo se nos hace eminente, sobresaliendo y destacándose por sobre OTROS ASPECTOS. La UNIDAD del fenómeno ha quedado rota en favor de la PLURALIDAD de cualidades que somos capaces de atribuirle. Distinguimos DOS caras cuadradas y, en cada cara, CUATRO aristas y CUATRO ángulos, etc. Luego practicamos la MEDICIÓN de una arista o lado y establecemos una “ley de la naturaleza”: “la longitud del lado es proporcional a la longitud del meridiano terrestre y su razón es de 5 cm”.

En esta operación que acabamos de describir han intervenido los principios matemáticos (cuando distinguimos DOS caras, CUATRO aristas, etc.) y las “premisas culturales preeminentes” (cuando se tornó “eminente” la cara, el lado, o cualquier otra cualidad). Las dos fuentes concurren en el acto racional de “relacionar” (medir) aspectos del fenómeno y postular una “ley de la naturaleza” (mide 5 cm) que puede ser universalmente comprobada.

Esperamos haber dejado en claro que los PRINCIPIOS MATEMÁTICOS (el UNO, el DOS, el CUADRADO, etc.) por ser propiedades intrínsecas de la estructura mental, INTERVIENEN A PRIORI en la formulación de una ley de la naturaleza. En cuanto a los “números” del mundo, ésos que aparecen grabados en la regla graduada, sólo son SIGNOS CULTURALES DE REPRESENTACIÓN a los que RECONOCEMOS gracias al aprendizaje convencional. Hubo pueblos antiguos que representaban los números con nudos o ideogramas; es presumible que un instrumento de medición compuesto de una vara en la cual se han grabado jeroglíficos, no significaría, en principio, nada para nosotros si no logramos “leer” los signos, es decir, realizar las representaciones numéricas.

El “principio del cerco”, descubierto a la conciencia por el mensaje de los Siddhas, es también un principio matemático y como tal intervendrá “apriori” en toda percepción fenoménica. Los números naturales (que están en la mente) nos permiten “contar” (uno, dos) las mitades de esa manzana (que está en el mundo). El principio del cerco (que está en la mente) nos permite aplicar la “ley del cerco” sobre ese fenómeno (que está en el mundo). Hemos recorrido un largo camino para arribar a esta conclusión.

Expresémosla ahora de manera general: EL PRINCIPIO DEL CERCO HACE POSIBLE LA DETERMINACIÓN DE LA LEY DEL CERCO EN TODO FENÓMENO Y EN CUALQUIER RELACIÓN ENTRE FENÓMENOS.

Pero el principio del cerco es, generalmente, inconsciente; y sólo quienes logran oír el mensaje de los Siddhas pueden incorporarlo a la esfera consciente. Y sólo ellos, los viryas despiertos, serán capaces de aplicar la ley del cerco en una estrategia guerrera que asegure el retorno al origen.2

Como última reflexión con respecto a la alegoría, digamos que cuando el prisionero “tira de la anilla” y descubre la salida secreta, está efectuando una acción análoga a cuando “el virya despierto aplica la ley del cerco”, según la técnica arquemónica, y “abre” unívoca e irreversiblemente una vía hacia el Vril.

Ha quedado explicado entonces el método que los Siddhas emplean para contrarrestar a “la cultura”, arma estratégica enemiga. Ellos envían Su mensaje que tiene por fin DESPERTAR en el virya el recuerdo de sangre y ORIENTARLO hacia el Vril, su “salida secreta”. Para esto último le inducen a descubrir el “principio del cerco” y a aplicar luego la “ley del cerco” en una estrategia hiperbórea.

La ley del cerco ES INFALIBLE para los fines estratégicos propuestos y tanto puede ser aplicada individual como colectivamente. La Historia abunda en ejemplos de viryas que han aplicado técnicas basadas en la Sabiduría Hiperbórea para inmortalizarse como Siddhas o para conducir a un pueblo de sangre pura hacia la mutación colectiva; como prueba de esas gloriosas acciones han quedado numerosas construcciones de piedra que nadie comprende en nuestros días, porque para ello habría que poseer una visión fundada en el principio del cerco. Al virya despierto, conocedor de la técnica arquemónica, una sola mirada sobre las construcciones megalíticas, o sobre Montsegur1, o sobre los K.Z.2, le basta para interpretar correctamente la Estrategia Hiperbórea en la cual se basó su construcción.

Digamos finalmente que quien es consciente del principio del cerco, HA SUPERADO a la estrategia cultural enemiga y PUEDE REALIZAR LA DOBLE AISLACIÓN, DEL YO Y DEL MICROCOSMOS.

El principio del cerco permitirá fijar los límites de la conciencia, aislándola de las premisas culturales preeminentes, y trasladar el “yo” hacia el “centro” del macrocosmos, ganando un tiempo y un espacio propios, o sea, la inmortalidad: el microcosmos o cuerpo físico se habrá transmutado en VRAJA, la materia incorruptible.

Los berserkir (iniciados de la S.D.A.) aplicaban la ley del cerco en el Valplads mediante la técnica arquemónica. El arquémona (aquí un anillo de agua) dividía topológicamente al Valplads en dos partes: un “exterior”, el Valplads propiamente dicho, y un “interior” o “plaza”.

Cuando el berserkir ha ocupado la plaza y, por medio de la “oposición estratégica” aplica la ley del cerco sobre el arquémona, se produce la desincronización temporal y, si la oposición es suficiente, la independencia final con respecto del tiempo del Valplads. Pero el tiempo del Valplads es “el inmanente fluir de la conciencia del Demiurgo”; independizarse de él, disponer de un “tiempo propio del microcosmos”, significa estar al margen de toda determinación de “primer” o de “segundo orden”. El Demiurgo ha perdido “momentáneamente” su capacidad para actuar sobre el virya y este “momento”, el tiempo propio, es aprovechado para DIRIGIRSE, AVANZAR, hacia el origen. Es posible así conquistar el Vril y transmutarse en Siddha inmortal. Pero ¿qué pasa si no se alcanza el centro, sea porque ha faltado pureza, sea porque se ha temido dar el Gran Salto? En el caso de Rodolfo II ya mencionamos la “desventaja estratégica” y describimos de qué manera ésta le condujo a la locura.3 Y por eso, a raíz de tales riesgos, siempre se advierte que sólo quien posea un valor infinito y esté despojado de toda moral o dogma, podrá emplear la técnica arquemónica con probabilidades de éxito. Pero si se cuenta con el valor suficiente y un total desapego por las “cosas del mundo”, siempre es posible realizar la operación inversa de “sincronizarse” con el tiempo del Valplads, aunque esta operación implica una terrible nivelación de fuerzas. Esto se debe a que, durante la “oposición estratégica”, queda planteada una “SITZKRIEG” o guerra de sitio, en la cual el enemigo aplica toda la potencia de su Estrategia sobre el arquémona, es decir, contra la plaza. Se enfrentan allí dos Estrategias; una, la Voluntad del Demiurgo puesta en mantener el encadenamiento material del virya; otra, la Estrategia Hiperbórea de aquél que ha elegido, para emprender el retorno, seguir la vía de la oposición estratégica con su técnica arquemónica. Si el virya decide continuar ocupando la plaza en tanto busca la SALIDA INTERIOR, debe prepararse para resistir una presión cada vez mayor del enemigo. Si decide en cambio “sincronizarse” y regresar al Valplads, debe prepararse para afrontar un peligro cierto de locura, producto del “desajuste arquetípico” consecuente, del que sólo lo puede salvar, sin duda, su pureza sanguínea.

Hemos explicado parte de la técnica arquemónica; nos toca ahora exponer en qué consiste la oposición estratégica.

El arquémona, tal como lo hemos descripto, es decir, como lo usaban los berserkir, es con toda propiedad un “cerco estratégico”. Sobre él proyectará el iniciado la “ley del cerco” dando lugar a una acción de guerra cuyo fin inmediato es limitar un espacio del Valplads y sustraerlo al control del Demiurgo. A continuación, COMO EFECTO INEVITABLE DE LA LEY DEL CERCO, queda planteada la SITZKRIEG y se manifiesta con cierta intensidad la presión del sitio enemigo. Si esta presión no consigue vulnerar el cerco, la posición permanece “estática”. Como esta “presión” significa que una FUERZA actúa sobre el cerco, conviene trazar una analogía con la 3a ley de Newton que dice “si un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, el segundo ejerce siempre sobre el primero otra fuerza de la misma intensidad, pero de sentido opuesto”.4 Es decir que, en la posición de equilibrio estático, el virya “contiene” la presión enemiga sobre el arquémona ejerciendo una presión equivalente pero de sentido contrario; tal la interpretación analógica de la 3a ley.

Pero como la presión enemiga se efectúa desde todos los puntos del Valplads, caba preguntarse ¿de qué manera puede el virya OPONER una fuerza equivalente EN TODOS LOS PUNTOS DEL ARQUÉMONA?

A primera vista se nota que esta condición es bastante difícil de cumplir para un virya cuyo cuerpo físico no dispone de órganos perimetrales adecuados a tal fin. Sin embargo, aunque difícil, no es imposible dar con una solución sobre el problema. Pero naturalmente, dicha solución no puede ser racional.

En principio demos respuesta a la pregunta anterior: no es estrictamente necesario que la presión se ejerza en todos los puntos del arquémona si se aplica el principio hermético “como es arriba es abajo” o, mejor aún, su consecuencia mágica: “EN LA PARTE ESTÁ EL TODO”. Teniendo en cuenta este principio, se conviene en que es posible “responder” a la presión enemiga “desde una parte” del arquémona tal que represente, a los fines estratégicos, lo mismo que “el todo”. Para cumplir esta condición John Dee, el Siddha que diseñó el arquémona que empleaba la S.D.A., propuso que la oposición se realizara únicamente contra una parte del Valplads, la cual mágicamente representaría al todo, es decir, al “mundo” del Demiurgo. En teoría bastaría con definir UN PUNTO en el Valplads ya que todo punto del espacio corresponde a un cuanto de energía psicofísica U.E.V.A.C. a través del acual se manifiesta el Demiurgo. Pero, en la práctica, el hombre no se encuentra dotado para distinguir un punto de otro. Ahora bien, una ley psicofísica dice:

1 U.E.V.A.C. + 1 U.E.V.A.C. = 1 U.E.V.A.C. MAYOR relación esotérica entre átomos arquetípicos o cuantos de energía psicofísica que constituye el verdadero fundamento de conocidas leyes profanas de la cristalografía. En síntesis: puede tomarse un cuerpo, de materia homogénea o no como representante MAYOR de una simple U.E.V.A.C., es decir, de un punto del espacio. Por una propiedad de las U.E.V.A.C. –los puntos indiscernibles- la Voluntad del Demiurgo se manifiesta en la integridad del cuerpo sosteniendo su estructura material.

Basándose no sólo en conceptos de la Sabiduría Hiperbórea sino también en la Tradición Hiperbórea, que narra historias de muchos viryas cuyas estrategias culminaron exitosamente, John Dee recomendó emplear a LA PIEDRA como aquella sustancia más adecuada para las prácticas de oposición estratégica. Hay un gran desconocimiento sobre las propiedades ocultas de las piedras, las cuales no son simples sólidos sino fluidos; o sea: sustancias fluyentes cuyo desplazamiento ocurre en un lapso enorme de tiempo que nosotros, por disponer de un tiempo vital mínimo, no somos capaces de apreciar. Su lenta fluencia, del orden de los millones de años, constituye una calidad inestimable pues la creación de un “tiempo propio” exige un patrón de referencia temporal (un “reloj”) cuyo período sea lo más dilatado posible.

Según el criterio de John Dee, una pequeña piedra colocada en el Valplads FRENTE A UN LUGAR DETERMINADO DEL ARQUÉMONA, sería un punto de referencia adecuado para practicar la oposición estratégica. Pero no debe creerse que la “pequeña piedra” puede ser “cualquier” piedra. Existen leyes psicofísicas –originadas en la suma de unidades U.E.V.A.C.- que plantean la necesidad de una debida proporción entre el volumen del cuerpo humano o microcosmos y el volumen de la piedra que representa al macrocosmos. Esta exigencia conduce al hecho de que las piedras empleadas en estrategias hiperbóreas sean siempre de grandes volúmenes y, por lo tanto, de un peso de muchas toneladas. ¿Cómo conciliar tal condicionamiento físico con las características especiales de la Estrategia A1 diseñada por John Dee? Según el Siddha inglés, debe seleccionarse la piedra adecuada siguiendo las reglas tradicionales de la Sabiduría Hiperbórea, tarea que culmina con la obtención de una roca gigante, quizás de 500 ó 1.000 toneladas.

Luego que este paso se ha cumplido, entonces el berserkir procede a CORTAR un trozo pequeño de roca el cual, a los fines mágicos, cumplirá el mismo papel que la roca mayor. Contra esa fracción de piedra se realizará la oposición estratégica.

No creemos necesario aclarar que todas estas operaciones deben efectuarse bajo una especial atmósfera ritual y siguiendo tradicionales pero precisas pautas de la Sabiduría Hiperbórea.

De acuerdo a las instrucciones de John Dee, los berserkir seleccionaron una enorme roca, parte de un cerro en los Alpes bávaros, a la que desbastaron utilizando martillos de sílex pues el metal, en esta tarea, se hallaba terminantemente prohibido. Luego de llevar a la roca hasta el “volumen crítico” proporcional con los berserkir, procedieron a arrancar diez y seis trozos pequeños, no mayores que un puño, pero aptos para practicar la oposición.

El cerro, con la roca mayor, se hallaba en los dominios de uno de los príncipes fundadores, es decir, en tierras de la Dinastía; y aunque este hecho brindara bastante seguridad, igual se tomaron grandes precauciones para evitar que alguien pudiese alterar el volumen crítico. Si intencional o accidentalmente resultase fraccionada la roca mayor, quedaría anulada la oposición estratégica con el consiguiente riesgo de retornar al Valplads en DESVENTAJA ESTRATÉGICA. Se entiende entonces que la roca mayor fuese cuidadosamente disimulada y que toda suerte de leyendas siniestras se tejiesen sobre aquel cerro con el propósito de ahuyentar a los supersticiosos pobladores de la zona.

En cuanto a las rocas menores, los berserkir las transportaron al lugar donde se hallaba el arquémona y las depositaron, tal como hemos dicho al comienzo de este “curso de acción”, en diez y seis baúles, junto a unas extrañas vestimentas guerreras. Aunque el lugar de las ceremonias fue cambiando varias veces con el correr de los siglos, la disposición del arquémona y demás elementos rituales se acomodó siempre al diseño que ya hemos descripto.

Las rocas menores eran llamadas LAPIS OPPOSITIONIS1 o simplemente LAPIS por los berserkir. La parte del arquémona frente a la cual se deposita la “lapis oppositionis” recibía el nombre de FENESTRA INFERNALIS o FENESTRA2. El arquémona debía presentar en la “fenestra” una irregularidad, algo así como unos “dientes de serrucho”, según había indicado John Dee. Esta irregularidad representaba el sitio de máxima aproximación al Valplads, cualidad que se pondría de manifieseto cuando el berserkir aplicara la ley del cerco e iniciara la oposición estratégica. Para dimensionar la fenestra debían seguirse también antiguos principios de la Sabiduría Hiperbórea.

Como resumen de todo lo dicho, podríamos ahora observar un esquema simplificado de la cripta. A continuación habremos de regresar junto a los berserkir quienes, ya cambiados de indumentaria, se aprestan a dar comienzo a un ritual de iniciación.

Han transcurrido sólo unos minutos pero los berserkir presentaban una notable transformación. Sobre las mesas y colgadas de unas ménsulas de hierro que asomaban en cada columna yacían los ricos ropajes cortesanos que los nobles lucieran al descender a la cripta. Vestían, en cambio, una curiosa indumentaria guerrera a la que no podía calificarse con seguridad como perteneciente a algún pueblo histórico, aunque el aspecto general era indudablemente nórdico. Llevaban puesto un jubón de fino cuero y, sobre éste, una cota de malla escamada (LORICA E SQUAMATAE), formando un conjunto semejante a aquéllos que los centuriones romanos denominaban “CATAPHRACTA”. Calzaban sandalias de cuero (CALIGAE) y casco cónico con protector nasal, también de cuero, claveteado con tachas octogonales de oro. De un grueso cinturón pendían en simples vainas de cuero el puñal y la espada. Ésta era de hierro con empuñadura de marfil, en cuyo extremo asomaban los dos pequeños cuernos “HALLSTATTICOS”3 que daban un indicio sobre la prodigiosa antigüedad de tal “modelo” de arma: no era la CRUZ, aún, sino el antiquísimo TAU, la runa de THOR, el signo mágico que la caracterizaba. En el antebrazo izquierdo habían calzado el escudo de tres lados convexos pasando la mano por dos correas posteriores; con esta misma mano tomaron, cada uno, su lapis oppositionis, la piedra menor. En la mano derecha blandían firmemente el hacha de doble filo de negro y reluciente hierro.

Las dos únicas damas, vestidas de manera semejante, en nada desmerecían aquella fantástica exhibición de mística guerrera. Sólo se distinguían de ellos por algunos arreglos propios de su sexo; por lo demás, brillaba en sus ojos la misma resolución valerosa que en el resto de los presentes. La espada algo más corta, era del mismo tipo “hallstattica” que las otras, pero el puñal no iba a la cintura sino que lo colgaban del cuello a la manera de las mujeres vikingas. Usaban también un casco de cuero, del que caía el cabello dividido en dos trenzas, rematadas cada una por una fíbula de oro. Por último: quizás el detalle más llamativo del traje de las damas lo constituían los dos hemisferios de hierro que, aparte de proteger los pechos, delataban claramente sus calidades de amazonas.

Casi en el mismo instante acaban todos de vestirse y, sin decir palabra, permanecen parados junto a su columna, mirando fijamente hacia el arquémona. Es sólo un momento, en el que cada uno piensa en laterrible prueba que sobrevendrá inmediatamente. Son quince Siddhas Berserkir comprometidos en una guerra de Dioses y Demonios, en una guerra que la mayoría de los hombres no puede ni imaginar, ya que si así ocurriese seguramente perderían la razón. Pero ¿qué son “los hombres”? : pasús y viryas perdidos. La guerra metafísica está prohibida para ellos, pero también la posibilidad de salvación, de despertar, de ganar la inmortalidad, de regresar al origen divino... ¡Oh, qué dolorosa situación la de los espíritus cautivos! ¡Y qué abominable y odioso resulta a los OJOS DESPIERTOS el Demiurgo cautivador!

Relampaguean de cólera los ojos de los quince berserkir: Es como si todos estuvieran pensando lo mismo y un rugido pugnase por salir de sus gargantas: ¡No puede haber tregua con Jehová Satanás! Él, que ha engendrado “razas elegidas” infladas de orgullo diabólico, que ha trazado Planes contando con el dolor de los encadenados, que ha pactado con los Siddhas Traidores de Chang Shambalá y los ha puesto al frente de todas sus legiones infernales, Él, NO PUEDE SER PERDONADO POR EL HOMBRE.

El pecho de los berserkir se agitaba ritmicamente en una respiración simultánea, mientras una furia sorda, esencial, indescriptible, parecia encender cada átomo de la sangre que corría por sus venas. El FUROR BERSERKR pronto fue una energía palpable que irradiaba de los Siddhas y contaminaba íntegramente aquel ámbito que llamaban Valplads. Pronto la atmósfera se tornó DENSA e insoportable, como si la realidad, sometida a invisibles pero tremendas tensiones, estuviese a punto de estallar. Un clima de violencia contenida emanaba de los berserkir y colisionaba con el halo de malignidad que, poco a poco, se iba desprendiendo de todos los rincones del Valplads. El enfrentamiento primordial, el conflicto de los orígenes, quedaba nuevamente planteado. 




Y aquella ATMÓSFERA DENSA, irresistible para el hombre común, constituía en cambio la prueba eterna, irrebatible, del linaje hiperbóreo. Allí, en esa cripta soterrada, estaba teniendo lugar el más antiguo milagro, que es también el más terrible secreto: EL MISTERIO DE LA SANGRE QUE SE TRANSFORMA EN FUEGO. Los quince Siddhas Berserkir habían llevado la conciencia hacia el centro carismático y racial, hacia Cristo-Lúcifer, y la fuerza del Vril los había colmado, transmutándolos en Divinos Hiperbóreos, es decir, haciéndolos ser aquello que ya eran, pero que olvidaban generosamente durante diecisiete años y medio para vivir en el Valplads y servir a la raza. Ahora se ponían todos en movimiento hacia el arquémona. Habían pasado apenas unos minutos desde que cambiaran de vestimenta, pero la metamorfosis era tan completa que ni sus más íntimos allegados los hubiesen reconocido. Sólo otro Siddha, otro berserkir, o algún Demonio de la Sinarquía, al observar la fiera estampa de aquellos guerreros sin tiempo, que avanzaban aullando y rugiendo, envueltos en un torbellino de fuego, habría dado la calificación acertada: ésa era, sin duda, la élite de Wotan.

Los berserkir recorrieron con pasos firmes la distancia que los separaba de la fenestra. Lo hicieron por el Valplads, siguiendo la curva del anillo de agua del arquémona, hasta llegar a los “dientes de serrucho”, la irregularidad que caracteriza a la “fenestra infernalis”. Frente a esa parte del arquémona, en el piso del Valplads, se apreciaban dieciséis runas de plata, cuidadosamente incrustadas. Todas iguales, correspondían a la letra dieciséis del alfabeto FUTHARK, es decir, a la runa SOL, suyo signo es semejante al rayo.

La castellana, antes que ninguno, con veloz movimiento colocó su lapis oppositionis sobre una de las runas y, dando prodigioso salto, se introdujo en el arquémona. Una vez en la “plaza” clavó la vista en su lápis mientras aplicaba la ley del cerco al anillo de agua. A medida que aumentaba la oposición sobre el lapis y la ley del cerco aislaba a la plaza del Valplads, el cuerpo de la castellana desincronizaba sus relojes biológicos y atómicos del “tiempo exterior” para estabilizarse en un “tiempo propio”, controlado por la conciencia del microcosmos. Rápidamente comenzó a brotar como un vapor brillante del anillo de agua, en tanto que los otros berserkir, depositadas también sus lapis oppositionis sobre las runas, se aprestaban a ingresar a la plaza cercada. La castellana, sin distraerse un instante de su operación, pronunció una palabra en lengua enoquiana a modo de santo y seña. Instantáneamente uno de los berserkir respondió “FREYR”, que era la contraseña convenida diecisiete años antes y, sin esperar respuesta, saltó por sobre los “dientes” de la fenestra ingresando a la plaza. Nuevamente repitió el santo y seña la castellana dando lugar a la entrada de un segundo, y así siguió hasta que todos hubieron penetrado por la fenestra luego de pronunciar la misma contraseña. Según era tradición en la Dinastía, desde los tiempos de John Dee y Wilhelm von Rosemberg, si alguna impureza sanguínea sumía al berserkir en la confusión estratégica durante los diecisiete años que mediaban entre una ceremonia y otra, sería muy difícil que lograse pronunciar CORRECTAMENTE la contraseña. Y este error se pagaría con la vida pues el Guardián de la Plaza, en este caso la castellana, NO ABRIRÍA LA FENESTRA, sometiendo al imprudente a un DESNIVEL espaciotemporal que lo destruiría ni bien intentase dar el salto.

Vale la pena hacer notar que la palabra emitida por la castellana en la lengua de los pájaros, sonaría en cualquier OÍDO PROFANO como si escuchase EL CANTO DEL GALLO. Y esto es así porque ningún ser viviente, cuya sangre se halle impura de cobardía y temor, podrá comprender jamás el grito que los Ases dan desde el Valhala a los guerreros de Wotan. En su lugar, CREERÁN SIEMPRE “QUE ESCUCHARON EL CANTO DEL GALLO”.

Cuando el último de los berserkir hubo entrado en la plaza cercada, se oyó una vez más la voz de la castellana pronunciando el santo y seña. Nadie respondió a la musical palabra; pero un hecho completamente nuevo comenzó a desarrollarse en una parte de la cripta. Tras la columna Sur, en la galería circular, una figura que hasta entonces se había mantenido completamente inmóvil comenzó a incorporarse. Era un joven miembro de la Dinastía que, desde cuarenta y ocho horas antes, velaba las armas esperando el momento de probar su valor y su pureza de sangre. Durante cuatro largos años había sido iniciado en los Misterios de la Sabiduría Hiperbórea por su tío y tutor, uno de los condes berserkir, con vistas a ocupar el único puesto vacante en la Einherjar o S.D.A. Tenía dieciséis años y, aunque su nombre profano era Guillermo Egon, los Kameraden de la S.D.A. lo llamaban, esotéricamente, WILDE JÄGER1.

Desde que los berserkir descendieron por la escalera de piedra, y mientras duró el preparativo guerrero, el joven Wildejäger permanecía inmutable aguardando su turno. Estaba prohibido a un simple “aprendiz  de armas” posar la vista en la plaza durante la ceremonia de ocupación; pero había sido instruido debidamente sobre la manera en que debía comportarse a continuación. Por eso, era consciente de que ya no existía psibilidad de retroceder: la puerta secreta estaba cerrada con llave y ésta en poder de la castellana; y si los berserkir lo hallaban VIVO en el Valplads, al término del ritual, procederían a ejecutarlo. Sin ninguna consideración por su parentesco. Cuando el guerrero se ha transmutado en berserkir y la fuerza del Vril ha encendido la sangre con el fuego helado, alcanza un grado de conciencia que está más allá de consideraciones culturales o morales. El berserkr gangr, el furor del berserkir, no reconoce otro mérito que la sangre pura; quien se enfrente a un guerrero de la élite de Wotan sin experimentar la HOSTILIDAD ESENCIAL o, lo que es lo mismo, experimentando TEMOR POR EL ORIGEN, será inmediatamente atacado por éste, SEA QUIEN SEA, y seguramente destruido.

Pero Wildejäger no temía. Con paso resuelto atravesó el gigantesco arco ojival y rodeó la columna Sur hasta situarse entre ésta y las quince lapis oppositionis. Al llegar allí se detuvo bruscamente, no porque así lo indicara el ritual sino por la extraña escena que se presentaba ante su vista. Estupefacto, observó que, siguiendo el perímetro del arquémona, una enorme columna se elevaba hacia lo alto. Era un cilindro impenetrable a la vista que, en su parte inferior, hasta la altura de un hombre, llameaba y parecía ser de fuego; pero que en su parte media y superior, perdía densidad y era como un humo gris que se iba haciendo cada vez más negro hasta perderse en las alturas. Justamente al levantar la vista, Wildejäger comprobó con sorpresa que en lugar del techo de la cripta estaba viendo, contra toda razón, un firmamento estrellado. En realidad se trataba sólo de una porción del cielo, según reconoció casi inconscientemente, conde se distinguía, en una perspectiva imposible, MÁS ALLÁ DE LA OSA, una consteleción desconocida compuesta por un grupo de cinco estrellas verdes dispuestas en círculo. En el centro de las cinco estrellas creyó reconocer un círculo más pequeño, de un negro tan intenso que llegaba a contrastarlo contra la oscuridad del cosmos. Era una especie de Sol negro, o por lo menos lo parecía; de esto no podía estar seguro pues el brillo de las estrellas  verdes titilaba rítmicamente y sus reflejos convergían sobre ese centro negro fundiéndose en un rayo, que cruzaba entre incontables estrellas, hasta detenerse muy cerca de la vista azorada de Wildejäger. El rayo verde se introducía POR DETRÁS en una estrella muy conocida por los hombres: ésa que se apaga última en la mañana cuando el Sol despliega su caliente luz y que los romanos llamaban Venus. Wildejäger lo supo inmediatamente porque vio, grabado en la estrella, el signo del ANÍS, el mismo signo hiperbóreo de los Señores de Venus que él llevaba pintado en su escudo.

De haber probado bocado en horas recientes Wildejäger habría creído que estaba bajo los efectos de una droga; pero hacía cuarenta y ocho horas que velaba sus armas en ayunas, según el antiguo ritual de iniciación guerrera que adoptara John Dee para los miembros de la S.D.A. Así pues, sin entender muy bien cómo había podido VER y SABER todo eso, el joven apartó la vista de tan perturbadora imagen cósmica y se concentró en sus pasos siguientes.

Desde cuarenta y ocho horas atrás se encontraba vestido con un atuendo guerrero semejante al que lucían los trece berserkir masculinos. Una sola diferencia la constituía la presencia de un CORNUS colgando de su cuello por una cuerda de oro. En la mano derecha portaba el hacha de doble filo; y en la izquierda, una lapis oppositionis, junto al escudo triangular que llevaba ajustado en el antebrazo.

Viendo que una runa “S” brillaba descubierta entre los quince lapis oppositionis, se acercó a ella y colocó encima su propia piedra. Acto seguido paseó, en una mirada final, la vista por el Valplads. Ya nunca volvería a ser el mismo ni a ver la realidad como la ven los hombres corrientes, mezcla de pasú y virya perdido; era consciente de esto y no le preocupaba en absoluto; sólo se “despedía”, no sin cierta ironía, de su ceguera y estupidez actuales. Su osadía incalificable de “plantarse ante el mundo” tuvo una respuesta inmediata; y un halo de maldad empezó a desprenderse de las cosas, cada vez con mayor intensidad, hasta convertirse en una miasma fétida y corrupta que amenazaba con rodearlo y ahogarlo. Sin embargoWildejäger, en sus años de “aprendiz de armas”, fue instruido sobre la manera de “cerrar los sentidos”; y ahora, frente a la dura prueba de resistir el ataque de un mundo que cambia su “apariencia” inerte y pacífica por otras ilusiones, más agresivas y espantosas, mostraba la seguridad de un guerrero experto. Indiferente a la palpable malignidad que lo rodeaba, clavó su vista en la fenestra y llevándose el CORNUS a los labios sopló con violencia. Un sonido grave, hueco y bajo, se prolongó durante unos segundos, tornándose ronco al extinguirse lentamente. Era indudablemente una señal de llamada. Pero el sonido URG que emitía aquel maravilloso instrumento poseía además otras propiedades ya que evocaba en el oyente antiguas escenas de caza, llevadas a cabo por desconocidas razas en remotos y olvidados bosques. El sonido del CORNUS transportaba y hacía participar de ese clima de feroz agitación que produce la persecución de la presa, despertando irresistiblemente el instinto primordial del cazador. Este efecto era buscado pues los iniciados de la S.D.A.

afirmaban que “a partir de un instinto cazador es mucho más fácil producir el furor berserkir”. Con tal motivo habían diseñado un instrumento especial, según principios de la cábala acústica, que resonaba con el BIJA o raíz acústica universal “URG”, que tiene el doble efecto de EVOCAR el instinto cazador y de LLAMAR. Cabe preguntarse ahora, ¿llamar... a quién?

Hemos tocado con esta pregunta el sentido más profundo de la acción ritual pues el hecho de LLAMAR como paso previo a la condición de BERSERKIR, es decir, de iniciado de la S.D.A., por la vía de la oposición estratégica, alude al Misterio del Rescate. Ya dijimos, en reiteradas oportunidades, que la Sabiduría Hiperbórea enseña siete vías de liberación. Sin embargo, hay una OCTAVA VÍA, llamada EXCEPCIONAL, de la cual nada puede enseñarse ni aprenderse, razón por la que raramente se la menciona. La Sabiduría Hiperbórea nada dice sobre ella; y es la Tradición quien afirma que “todo virya perdido puede ser RESCATADO INSTANTÁNEAMENTE si hace la LLAMADA CORRECTA, AUN ANTES DE EMPRENDER UNA DE LAS SIETE VÍAS SECRETAS”.

La Tradición, si bien no aporta detalles esotéricos sobre esta octava vía, se vale de una “analogía clásica” o NIAIA para exponer el Misterio del Rescate. El NIAIA cuenta la historia de un guerrero que, durante las acciones de una guerra terrible, naufraga y queda atrapado en territorio enemigo. En un primer momento es ganado por la desesperación; pero luego, a causa de los grandes padecimientos que le impone su condición de náufrago, se resigna a su nueva situación, sin poder evitar que la amargura se instale permanentemente en su alma. Pasa muchísimo tiempo en ese estado, hasta que un día, agobiado por la soledad, se entretiene en RECORDAR los días felices de su instrucción militar. Es entonces cuando se le hace presente algo que había olvidado por completo: se ve a sí mismo en el momento que cerraba trato como guerrero; y ve a su instructor militar que le dice: “todo soldado tiene DERECHO A SER RESCATADO”; no importa cuál sea el sitio en el que caiga ni cuán peligrosa sea la situación; SU JEFE JAMÁS LE ABANDONARÁ; SI LE LLAMA, ÉL ACUDIRÁ DE INMEDIATO Y USTED SERÁ EVACUADO; PERO NO LO OLVIDE: DEBE LLAMARLO A ÉL, A SU JEFE, PUES ÉL LE RECONOCERÁ Y RESCATARÁ RÁPIDAMENTE. Si no procede así, sólo le queda la alternativa de intentar la evasión por su propia cuenta, siguiendo las técnicas secretas. El teatro de la guerra es demasiado extenso y complejo como para que ALGUIEN MÁS 103QUE SU JEFE LO RECONOZCA Y ACUDA EN SU AUXILIO. RECUERDE: LLÁMELO A ÉL”.

El NIAIA concluye con la imagen del guerrero náufrago que es inmediatamente rescatado por su jefe, quien acude prestamente al OIR LA LLAMADA CORRECTA. Tal la analogía clásica del Misterio del Rescate, octava vía excepcional que confirma la exactitud de las otras siete. La llamada que Wildejäger

hiciera con el CORNUS aludía simbólicamente a la posibilidad de recibir el rescate inmediato, aun antes de emprender una de las vías secretas.

Frente a Wildejäger se alzaba la enorme columna de fuego que partía del arquémona y se perdía en las tinieblas cósmicas. Aún no se había apagado el sonido del CORNUS cuando las voces se hicieron oír, brotando de algún lugar indefinido del arquémona:

UNA VOZ: - ¡Atención berserkiren! ¡Alguien se acerca a la fenestra infernalis!

OTRA VOZ: - Dime Guardián de la Fenestra, ¿conoces al audaz peregrino? ¿es amigo o enemigo?

LA PRIMERA VOZ: - Sí, le conozco. Es ése que en el Valplads llaman Guillermo Egon. Parece que trae audaces intenciones.

LA SEGUNDA VOZ: - Guardián de la Fenestra, ¡da la voz de alto al peregrino y pregúntale cómo debemos interpretar su atrevimiento!

LA PRIMERA VOZ: - ¡Alto! ¿De dónde vienes y adónde vas?

WILDEJÄGER: - No sé exactamente adónde me encuentro porque he sido infamemente engañado. Deseo huír del infierno y para eso he llamado A MI JEFE; pero soy impuro de sangre y eso ha afectado la calidad de la llamada. Estoy librado a mis propios medios y sólo me resta orientarme y avanzar batiéndome de frente contra el enemigo. Por eso solicito permiso para ingresar a vuestra plaza, porque desde esa TIERRA LIBERADA podré DIRIGIR LA VISTA, ORIENTARME Y LUCHAR.

SE OYE UN MURMULLO DE VARIAS VOCES, ORA APROBANDO, ORA CONDENANDO LA

AUDACIA DE WILDEJÄGER. Finalmente:

LA PRIMERA VOZ: - (pronuncia el santo y seña en lengua enoquiana)

WILDEJÄGER: - ¡FREYR!

LA PRIMERA VOZ: - La fenestra está abierta. Tienes permiso para ingresar a la plaza. ¡Demuestra ahora tu valor e intrepidez!

Cuando Wildejäger escuchó la autorización preparó el escudo, levantó el hacha, dejando el brazo presto para descargar un golpe, y saltó, por sobre los lapis oppositionis, directamente a la columna de fuego.

Instantáneamente desapareció de la vista pues el vapor ígneo que brotaba del arquémona, terriblemente DENSO, lo absorbió completamente.

Cualquier observador que conociese la disposición NORMAL de los elementos de la cripta habría creído, en ese momento, que Wildejäger debía aterrizar de su salto en el interior del arquémona, es decir en la plaza. Pero el arquémona era un poderoso instrumento mágico, activado entonces por la ley del cerco que aplicaban los berserkir, y por eso las cosas sucedían de otro modo. ¡Entre la plaza y el Valplads no distaban unas pocas pulgadas, como el sentido común parecía indicar, sino esa inconmensurable distancia que los berserkir denominaban HEL!

No bien Wildejäger penetró en el AIRE DENSO, se encontró flotando en un espacio sin límites, iluminado tenuemente por una luz crepuscular que nadie sabría decir de dónde provenía. Frente suyo, pero a una distancia muy grande, se distinguía con un brillo dorado un pequeño círculo que parecía alejarse cada vez más. Aguzando la vista descubrió, no sin esfuerzo, que se trataba del propio arquémona, con la plaza cercada a la que él pretendía ingresar. Sin pensarlo se lanzó a correr en esa dirección, sin pensar tampoco en cómo podía ser que hiciese pie en medio del espacio; aunque un sentimiento interior, que él trataba de anular, le decía que todo aquello era producto de un sueño. Enseguida, cuando el primer zarpazo arrancó jirones de su hombro y la sangre comenzó a correr, toda duda quedó disipada y la verdad se hizo presente en toda su pavorosa realidad. ¡Estaba en un mundo de locura, SIN PUNTOS DE REFERENCIA, pronto a enfrentar peligros mil veces más terribles que los del despreciado Valplads! La ÚNICA posibilidad de salvación ahora la constituía el arquémona, apenas un puntito brillante en la distancia. Si lo perdía de vista jamás podría hallarlo nuevamente; y su situación sería mucho peor que antes, perdido en aquel infierno crepuscular. Con un golpe de hacha abatió a un monstruo en forma de pólipo que le cerraba el paso y corrió desesperadamente en dirección al arquémona, repartiendo hachazos a diestra y siniestra.

No es nuestra intención describir con detalles a las inmundas criaturas que habitan el Hel y que, adoptando toda clase de formas repugnantes, se presentan con infames y agresivas intenciones intentando cortar el paso de cualquier audaz intruso. Si alguien desea ahondar en tales negruras, puede consultar al respecto el “Libro de los Muertos” egipcio o el “Libro Tibetano de los Muertos” (Bardo Thos Tol) o, en todo caso, leer los cuentos de H.P.Lovecraft.

Al principio Wildejäger logró avanzar un poco, especialmente gracias a la efectividad de su brazo armado y al signo ANIS que lucía en el escudo, el cual espantaba a los demonios quienes no se atrevían a atacar por su izquierda. Sin embargo pronto se vio que era imposible conservar esa ventaja, pues una nube de repugnantes y pequeños seres, no más grandes que un colibrí, pero ávidos de succionar sangre, se precipitó sobre sus heridas al tiempo que legiones de criaturas horrorosas y malignas pugnaban entre sí por tomar parte en el ataque.

Paso a paso se movía Wildejäger, con el puñal en su izquierda y la temible hacha en la derecha, seccionando tentáculos y garras y partiendo cabezas de pesadilla con ojos inyectados en sangre, cuyas miradas transmitían el odio infinito, esencial, que el Demiurgo manifiesta hacia la raza hiperbórea. Cubierto de sangre de pies a cabeza, prácticamente bloqueado por las huestes infernales, de pronto Wildejäger apartó la mirada del combate y buscó desesperadamente la figura del arquémona. ¡Entonces comprobó con horror que un puntito brillante se encontraba muy lejos, HACIA ARRIBA, alejándose a gran velocidad! Estaba cayendo, sin ninguna duda, en un abismo tenebroso colmado de enemigos, a punto de perecer irremediablemente, y de volver a caer, luego de la muerte, en un extravío espiritual definitivo. Wildejäger pensaba vender cara su vida y morir sin retroceder ni un palmo; pero ahora comprobaba que el retroceso se producía A PESAR SUYO, en virtud de la caída a los diabólicos precipicios. Este hecho lo sorprendió vivamente y despertó en él, como un rayo, el recuerdo de su instructor berserkir. Sí, el viejo conde prusiano había hablado sabiamente aquel día, dos años atrás, mientras le enseñaba los rudimentos de la lucha berserkir, empleando MUDRAS de guerra y pronunciando MANTRAS de poder1. Esa vez el instructor le había dicho, ahora lo recordaba claramente: “nada ni nadie puede detener a un guerrero de la élite de Wotan. No hay demonios ni accidentes capaces de pararlo si su sangre es lo suficientemente pura. Si un abismo se interpone entre él y su meta, el berserkir lo salva DANDO UN GRITO MÁS PROFUNDO QUE EL ABISMO”.

En un instante comprendió Wildejäger el sentido de aquellas palabras y, sintiendo que la sangre comenzaba a arderle hasta encenderse en una llamarada de ira primordial, lanzó el grito más terrible que aquellos infames seres escucharan jamás. El grito “más profundo que el abismo” era un nombre prohibido, aullado con tal ferocidad que junto con el sonido brotaba la espuma rabiosa por la boca del guerrero. Los ojos despedían chispas de un odio tan irreductible como el que latía en la mirada de los demonios y, de pronto, convertido en una figura ígnea, llameante al ritmo de aquel alarido bestial, Wildejäger resultaba, en otro sentido, más espantoso que los mismos demonios. Éstos debieron sentirlo así; pues iniciando una salvaje desbandada, dejaron prontamente abierto el paso, por donde se precipitó como una flecha el ya transmutado berserkir. Grito y velocidad fueron una sola cosa; y pronto el disco de oro del arquémona estuvo tan cerca que pudo contemplar su verdadero aspecto, el que le otorgaba la ley del cerco proyectada por quince poderosas mentes. Vio claramente que una construcción de piedra, de apariencia maciza, se elevaba siguiendo el contorno del arquémona; sólo tenía una abertura, en forma de tronera, en el lugar de la fenestra; el techo era una bóveda perfectamente ajustada al perímetro cilíndrico de la pared, que hacía las veces de muralla o de torre fortificada, cuyas piedras se mostraban tan perfectamente cortadas y ensambladas quehubiese sido tarea inútil buscar el más leve resquicio entre ellas.

Pero no pudo ver mucho más; pues el final del grito coincidió con el final del salto. En efecto: aún reverberaba en su garganta el rugido horripilante cuando Wildejäger se precipitó por la tronera al interior de la extraña fortaleza. Cayó parado en un costado de la plaza, con su aspecto fiero y rugiente y cambiando constantemente de mudra en un torbellino de hachazos, puñaladas y mandobles. Rápidamente fue rodeado por los quince berserkir, quienes pararon diestramente sus golpes mientras trataban de calmar al bravo Wildejäger.

Lo que ocurrió a continuación es digno de ser narrado con detalles; pues resultará difícil de creer a las mentes sinarquizadas ... y en ello reside su mérito. Apenas repuesto Wildejäger de su ataque de furia berserkr, recién bajado el brazo armado ante la presencia de sus parientes, cuando el puño de uno de ellos se estrelló con violencia en su pecho. Trastabilló a causa del impacto y cayó hacia atrás sin poder evitarlo, pues una pierna bien dirigida se trabó con las suyas en una diestra zancadilla. Sin embargo, no llegó a dar con el piso.

Varios berserkir situados por detrás suyo habían extendido sigilosamente una capa, manteniéndola firmemente por los bordes, la cual se ahuecó y tembló al recibir el cuerpo que caía indefenso. Acto seguido procedieron a tensar horizontalmente la capa, logrando que Wildejäger volase a considerable altura, para recogerlo nuevamente y repetir la operación varias veces. El manteo se realizaba entre carcajadas y pullas de todos los berserkir quienes exteriorizaban de esa ruda manera la salvaje alegría que sentían por la hazaña del joven guerrero,que había cruzado el Hel dando “un grito más profundo que el abismo”. Y era también el bautismo de camaradería al novato que se incorporaba al círculo dorado de la Einherjar.

- JA, JA, JA –reía la castellana, transformada irreconociblemente en una Señora de la Guerra- ¡Os habéis convertido en un oso, Wildejäger! ¡En un joven oso furibundo y rugiente!

- Sí –afirmó otro de los guerreros- es digno de un berserkir forzar la huida de cien cohortes de demo-

nios, JA, JA, JA.

Y así por el estilo. Hacían exclamaciones de admiración y reían sin dejar de mantear al heroico joven quien, lejos de disgustarse, reía también a carcajadas, contagiado de aquella bárbara alegría.

Y ahora que hemos visto esta curiosa escena, vale la pena hacer una breve reflexión. Piénsese en esta recepción que los berserkir tributaron a aquel que se incorporaba junto a ellos COMO SU IGUAL, luego de cumplir la increíble proeza espiritual de transmutarse en Siddha inmortal. Piénsese en esta recepción plena de alegría y de gozo sinceramente manifestado y compárese con la abyecta sumisión que exige la Jerarquía Blanca a sus infelices “iniciados”. Un “iniciado sinarca” debe estar presto para arrodillarse y besar las afeminadas túnicas de los Maestros de Sabiduría y Gurúes quienes enseguida apoyarán dulcemente sus santos pies en la humilde cabeza y la hundirán piadosamente en el barro de la esclavitud. Piénsese en estas dos actitudes, compárese y extráigase una conclusión; luego podrá elegirse el camino a seguir. Nosotros, de todos modos, lo diremos aquí. ¡Qué diferencia insuperable entre la bella estampa del berserkir enfrentado fieramente al enemigo para ganar su derecho a la inmortalidad espiritual, y luego de la batalla riendo alegremente con sus Kameraden, sin enfrentamientos ni secretos, sin jerarquías, unidos todos por un código de honor que sólo obliga a guardar fidelidad con Aquél que está más allá de todo mal, qué diferencia, decimos, entre estos gallardos guerreros y los sombríos iniciados de la Sinarquía, organizados en base a una escala de Terror que los humilla con mil perversidades y les exige muy pocas “pruebas” iniciáticas, de las cuales quizá la más pintoresca sea la desfloración del trasero por la que todos se ven obligados a pasar, con mayor o menor alegría!

Pero regresemos al arquémona y contemplemos la culminación de la iniciación berserkir de Wildejäger.

Desde el interior de la fortaleza, en la plaza, podía comprobarse que las paredes del recinto seguían un plano perfectamente octogonal. En cada uno de los ocho muros una espada resplandeciente brindaba sobrada iluminación. Y, aún cuando desde afuera Wildejäger viera que el techo lo constituía una maciza bóveda de piedra, levantando la vista se apreciaba claramente una porción del firmamento estrellado, en el cual se destacaban extrañamente cinco estrellas verdes que formaban círculo en torno a un Sol Negro, apenas perceptible ... Justamente DESDE EL CIELO habían ingresado unos segundos antes tres inquietantes Presencias.

El Siddha Baldur, uno de los Ases divinos, venía en representación de Wotan a celebrar el MINNEDRINKEN, la ceremonia donde se bebía el hidromiel y donde eran los Dioses, y no los débiles

hombres, quienes HACÍAN VOTOS. En esa ocasión Baldur se comprometería a guiar carismáticamente los pasos futuros de Wildejäger quien, por decisión propia, retornaría con los restantes berserkir al Valplads para continuar, durante otros diecisiete años y medio, trabajando en la EINHERJAR por el bien de la raza.

Acompañaban a Baldur las Walkirias SIGUNE y EXUAZ, portando una la bota de hidromiel y la otra los vasos de oro transparente. Luego de distribuir los vasos, en los que Sigune escanció generosas dosis, los dieciséis berserkir y el Siddha Baldur procedieron a gritar ¡HRIM! en el momento en que chocaban las copas; acto seguido bebieron el contenido con respetuosa circunspección y luego, cada uno, destrozó la copa con un certero golpe de hacha. Nadie podría beber jamás en esas copas ni trastornar de algún modo mágico el sentido sagrado del Minnedrinken. Exuaz recogió los vasos destruidos, pues aquel maravilloso metal, obtenido por procedimientos alquimistas, no podía perderse; en el Valhala, hábiles forjadores lo aprovecharían para construir otros utensilios.

Debemos ser prudentes al relatar aquellas partes de laHistoria Secreta de la Thulegesellschaft en las que intervienen los divinos Siddhas Hiperbóreos. Si no procediéramos así, correríamos el riesgo de profanar la sublime experiencia que significa acceder a las Presencias y, lo que es quizá peor, daríamos al lector desprevenido una idea equivocada, novelesca o irreal, sobre el aspecto VERDADERO de los Siddhas. Éste es, a no dudarlo, el MÁS TERRIBLE que imaginarse pueda; y sólo los muy valientes logran enfrentarse cara a cara con quienes representan LA ESENCIA DE LA RESOLUCIÓN. Un Caballero del Gral o un Kshatriya o un guerrero berserkir o un Jaina del Japón o un iniciado Kaula, etc., tal vez estén preparados para tal encuentro; pero ¿quién más está dispuesto a rebelarse contra la tiranía del Demiurgo y a emprender la ruta inversa que señalan los Siddhas?: pocos, muy pocos por cierto. Y si la mayoría de los viryas permanecen en la confusión, viendo el mundo a través de la máscara cultural, dominados por la Estrategia Sinárquica, no seremos nosotros tan ingenuos como para creer que sería de alguna utilidad una mayor profanación de los Misterios. Pero no podemos tampoco dejar de afirmar que la Presencia de los Siddhas Hiperbóreos constituye una experiencia REAL para aquéllos que han purificado suficientemente su sangre, y no un “símbolo” o una mera figura literaria. Por eso no agregaremos más detalles sobre los posteriores sucesos ocurridos luego del Minnedrinken, hasta la partida del Siddha Baldur y las dos Walkirias.

“Minnedrinken” es sólo una denominación germánica para la antiquísima ceremonia en la cual al hombre, iniciado o transmutado, le es dado compartir por una vez la bebida o el alimento de los Dioses. En la India la bebida sagrada se denomina AMRITA; en Persia AHOMA; en el Olimpo griego AMBROSIA; para los antiguos arios SOMA; para los germanos HIDROMIEL, etc.; pero en todos los casos se trata de lo mismo: el hombre transmutado bebe una bebida también transmutada, cambiada en sus características originales y dotada luego de poderes especiales. Vulgarmente suele creerse que la bebida sagrada es una droga, consumida por sacerdotes e iniciados con el fin de “abrir” ciertos canales trascendentes por la vía de la narcosis o la intoxicación. Esta absurda creencia supone reducir, por ejemplo, a los guerreros berserkir al nivel de miserables y viciosos “hippies”. Es la Sinarquía la que emplea narcóticos y tóxicos para minar y destruir el cuerpo de sus “adeptos” que buscan la iluminación mediante un “viaje”. La Sabiduría Hiperbórea, por el contrario, se obtiene purificando la sangre, no envenenándola. Los grados de trascendencia que alcance un virya despierto serán siempre permanentes, nunca transitorios y efímeros como aquéllos que han sido ganados por medio de la droga. Si esto es así, ¿cuál es entonces el verdadero rol que juega la bebida sagrada en el conjunto de técnicas secretas de liberación espiritual?

En primer lugar el hidromiel, así como el soma o cualquier otra bebida sagrada, posee la propiedad de FIJAR el recuerdo de sangre que ha sido previamente alcanzado por medio de técnicas de purificación o por actitudes estratégicas adecuadas. En segundo lugar digamos que, por tal motivo, la bebida sagrada jamás se bebe a priori de la experiencia trascendente: no tendría sentido pues se correría el riesgo de FIJAR estados morbosos, los que, ligados a la conciencia de manera permanente, acabarían por arrastrar a quien así procediera a la locura. Como síntesis y claro ejemplo de cuanto hemos dicho, conviene recordar que los trovadores medievales germanos, los MINNESÄNGER, celebraban el ritual del MINNEDRINKEN durante el cual bebían el hidromiel y CONSAGRABAN a aquéllos que habían descubierto dentro suyo, en la sangre, la presencia de un Misterio de Amor.




Vale la pena agregar, como complemento, la curiosa relación existente entre el signo rúnico del Anís y otra de las bebidas sagradas, esta vez de turquía, el “anisado”. La palabra “anís” es antiquísima, de la época atlante, y por lo tanto muy anterior a los futhark germanos, aunque éstos descienden también de un sistema atlante: la cábala acústica. Tiene una raíz “AN” que alude a “gigANte antiguo” como en “AtlANte” o en “ANteo”. La segunda parte, “IS”, más que con la diosa egipcia ISIS tiene que ver con FRYA la diosa nórdica, señora del hielo, que es una versión tardía y occidental de LILLITH, diosa hiperbórea asociada con el planeta Venus. Justamente la runa “IS”, cuyo símbolo es i, significa “diosa del hielo” y corresponde al número 22 en el antiguo futhark. La runanúmero cuatro, del mismo alfabeto, se llama ANsuz y se halla consagrada al AS WOTHAN; SU SÍMBOLO ES: 

a La unión de las runas “ansuz” e “is” forma la palabra “anís” cuya grafía rúnica es la siguiente:

Este poderoso símbolo, junto con la estrella de ocho puntas, representa el Poder de los Señores de Venus: los berserkir dibujaban la runa “anís” dentro de una estrella de ocho puntas como símbolo principal de sus blasones y escudos y, según ya vimos, Wildejäger empleó su poder contra los demonios del Hel.

Es sabido que el “anisado”, un aguardiente elaborado a partir del “anís” (PIMPINELLA ANISUM) es consumido con particular agrado desde la antigüedad en el cercano y medio oriente. El primer nombre de esta planta umbelífera es de origen griego, ANISON, con raíces equivalentes a las ya dadas para el “anís”. Lo curioso aquí no es la coincidencia de nombres sino el hecho de que otro aguardiente, de sabor semejante al anisado, fue elegido por numerosas sectas islámicas muy secretas como la bebida sagrada por excelencia.

Este segundo aguardiente, cuyo parecido con el anisado es tan notable QUE NO PUEDE SER CASUAL, es fabricado a partir del fruto del árbol BADIAN. Y ésta es la coincidencia mayor: el fruto capsular del Badián, de aroma y sabor tan semejante al anís, se presenta en pequeños racimos de OCHO semillas, siguiendo una ley simétrica tan estricta que todos ellos forman una estrella octogonal. Es por esa razón que se le llama “anís estrellado”, aunque no sea “verdadero anís”, y no puede menos que llamarnos la atención ver nuevamente asociados los símbolos de los Señores de Venus: el nombre “anís” y la estrella de ocho puntas, sin contar la bebida sagrada...

Cuando los berserkir cesaron de aplicar la ley del cerco sobre el arquémona y de practicar la oposición estratégica contra los lapis oppositionis, cesó el desnivel espaciotemporal entre la plaza y el Valplads y pronto todo volvió a la normalidad en la cripta subterránea. Se disipó el AIRE DENSO y se vio a los dieciséis berserkir parados en distintos sitios de la plaza concentrados, cada uno de ellos, en el ritual desincronización, pero sin abandonar sus posturas guerreras: el escudo alzado y, en la mano derecha, el hacha describiendo un amenazador semicírculo. Habían cumplido con la ceremonia de iniciación y un nuevo miembro, Wildejäger, se había sumado a la Einherjar; por otros diecisiete años y medio nadie más obtendría ese privilegio. Pero esa vez debía cumplirse una segunda ceremonia, según ya dijimos, con objeto de consultar el Juego del Mesías. Como el Juego se basa en principios de sincronía, para alcanzar resultados significativos es necesario que no se ejerza ninguna alteración espaciotemporal en su entorno; es decir, no debe aplicarse la ley del cerco durante su operación. Por tal motivo los berserkir, luego de comprobar que la sincronización había tenido lugar sin problemas y que ninguna “sorpresa” les aguardaba en el Valplads, se dispusieron a “preparar” el Juego para su uso.

En el centro de la plaza una columna soportaba a la “maquette” del pesebre. Junto a su base había un arca pequeña, la que permanecía vacía año tras año, salvo los fugaces momentos en que los berserkir operaban el Juego y entonces cumplía su misión de guardar todas las piezas del “camouflage”. La Castellana comenzó a sacar cuidadosamente las delicadas estatuillas, que se hallaban fijadas al tablero por una delgada aguja, y a entregárselas a Wildejäger quien, suavemente, las colocaba en el arca. Al extraer las réplicas de la Virgen Madre y de José, el carpintero, la Castellana procedió a oprimir con su dedo pulgar en la parte posterior de cada una, a la altura de la espalda. Inmediatamente se deslizó hacia adelante, saliendo por el tórax de ambas estatuillas, una fracción tan hábilmente disimulada que fácilmente hubiese escapado a la más rigurosa inspección. Cada una de esas fracciones poseía una incrustación demarfil engastada con tal  perfección que, al salir, dejaban tras de sí el hueco, la matriz exacta, de su forma. Las piezas de marfil tan celosamente ocultadas eran dos poliedros regulares de diferente número de lados. Estos cuerpos, junto con un anillo de marfil extraído de la boca de un aljibe en miniatura, constituían los tres elementos arrojadizos del Juego del Mesías.

Al fin quedó solamente el tablero pues todas las figuras del pesebre habían ido a parar al fondo del arca. Sin embargo aún faltaba completar el desarme: con movimientos precisos la Castellana despegó un borde de la cubierta de cuero, que hacía las veces de “piso” del pesebre, y fue arrollándolo hasta quitarlo completamente, dejando al descubierto una segunda superficie de cuero delicadamente grabada y pintada.

¡Ahora sí, el Juego del Mesías estaba listo para ser usado! Los poliedros de marfil exhibían extraños símbolos, grabados en cada una de sus caras y pintadas con esmaltes de colores. La superficie del tablero representaba básicamente un mapa de Europa y Asia, pero recargado con tal profusión de runas y símbolos mágicos que no resultaba reconocible como tal a simple vista. Sobre él caerían los poliedros y el anillo “detectando” situaciones estratégicas por medio de la “posición” que ellos mostraran, la cual sería analizada e interpretada por los berserkir.

La Castellana tomó su propio casco de cuero y lo giró dejando la parte hueca hacia arriba, a la manera de un enorme cubilete, adonde arrojó los poliedros y el anillo. Acto seguido agitó el casco y luego lo entregó al berserkir que tenía más cerca, quien también lo agitó y lo pasó a su vez, tal como indicaba el ritual, a otro berserkir. Unos segundos después, luego de haber pasado por todas las manos, el casco regresaba a la Castellana quien se dispuso a efectuar la tirada. Cada berserkir adoptó en ese momento un mudra de guerra y, cuando los cuerpos de marfil volaron hacia el tablero, de sus quince gargantas brotó al unísono: B-LD-R, el nombre del Siddha que era centro carismático de la Einherjar ( o S.D.A.). La Castellana no compartió este ritual y, al momento de arrojar los cuerpos, simplemente preguntó en voz alta: ¿Cuándo se cumple la pauta H.H.H.?

Rodaron los poliedros y el anillo hasta detenerse en distintos sitios del tablero. Puede decirse que mientras esto ocurría, la respiración parecía haberse cortado en los berserkir, al tiempo que sus dieciséispares de ojos seguían atentamente el movimiento de los cuerpos. Pero, cuando éstos se detuvieron y dejaron determinada una “posición”, varias exclamaciones –algunos juramentos y maldiciones- demostraron que la “respuesta” no era del agrado de los presentes.

Para comprender tal reacción hay que tener presente que el Juego del Mesías era en realidad un “detector sincronístico de estado”, es decir un instrumento táctico, un elemento de guerra. Su función era “medir” el alcance de las estrategias en juego valiéndose de fenómenos de “primer grado” de determinación, es decir, sin que intervenga otra “intencionalidad”, sometido sólo al libre Juego de las leyes naturales, a su determinación mecánica. La pregunta y el movimiento de los cuerpos ocurren SIMULTÁNEAMENTE y por eso es dable esperar que exista una relación entre ambos hechos. Pero tal relación no será nunca “de causa y efecto”, donde un fenómeno determina al otro, es decir: la pregunta NO DETERMINA la posición de los poliedros, pero es sincronística con ella; y por eso la “posición” resulta significativa. Es necesario meditar mucho sobre las implicaciones metafísicas que tiene este modo de actuar para comprender que al preguntar y arrojar SIMULTÁNEAMENTE los cuerpos, LA NATURALEZA NO PUEDE EVITAR DAR 108LA RESPUESTA. Por el contrario, esta respuesta semiótica HA SIDO ARRANCADA AL DEMIURGO POR UN GOLPE TÁCTICO DE AQUÉLLOS QUE SABEN LO QUE HACEN. Sólo los Siddhas o los viryas despiertos, quienes dominan la más alta gnosis, pueden encarar una operación guerrera semejante, en la cual se pone a prueba la estrategia propia en abierto desafío a la estrategia enemiga.

¿Qué esperaban hallar los berserkir en la “posición” de los cuerpos? Ya lo dijimos al comienzo: una indicación precisa sobre la pauta H.H.H. El juego del Mesías era capaz de “detectar” el Tiempo en que vendría el Enviado de Wotan y de expresarlo por medio de su “posición ganadora”. Cuando el Tiempo del Enviado estuviese próximo, los poliedros semióticos caerían sincronísticamente revelando el hecho trascendente; entonces la Einherjar o S.D.A. cumpliría su misión de “encontrar” al Enviado y entregarle los secretos de la Sabiduría Hiperbórea; luego la Orden sería disuelta y los últimos berserkir quedarían en libertad para partir o acompañar al Gran Jefe en su Guerra Total contra los “elementalwessen”.

Fuera de la “posición ganadora” cualquier otra distribución de los cuerpos sobre el tablero mostraba infaliblemente la relación de fuerzas existente en el momento de efectuar la tirada. En otras palabras, una evaluación analógica de la “posición” permitía conocer la situación propia y la intensidad de la presión enemiga, posibilitando con esos datos una verificación OBJETIVA, periódica, sobre la correcta marcha de la estrategia propia.

Con estos conceptos, considerando que la mayor aspiración de los berserkir radicaba en compartir la gloria de ACOMPAÑAR AL ENVIADO en su misión de guiar y transmutar a los pueblos hiperbóreos, se comprenderá quizá el motivo de sus expresiones de disgusto al comprobar que los cuerpos NO HABÍAN CAÍDO EN LA POSICIÓN GANADORA y deberían aguardar, por lo tanto, otros treinta y cinco años hasta que la Historia brindara una nueva oportunidad GENERACIONAL. Porque el hecho de que durante la operación del Juego no saliese la “posición ganadora” significaba fundamentalmente que LA RAZA AÚN NO ESTABA PREPARADA PARA RECIBIR AL ENVIADO DE LOS DIOSES. Y entonces, luego de las maldiciones y feroces juramentos que los berserkir vociferaban al comprobar que aún estaba lejos el Tiempo del Enviado, suspiraban y se lamentaban afligidos por la situación confusa de los viryas perdidos.

Pero, si bien no se diera la posición ganadora, un análisis sobre la situación de los poliedros en el tablero daría importante información estratégica. Por ejemplo, la nueva “posición” indicó a los berserkir que, tal como venía ocurriendo desde muchas décadas atrás, la máxima presión enemiga se registraba en un lugar específico del Sur de Alemania. Esto y mucho más les permitió saber el detector sincronístico de estado. Pero no vamos a transcribir aquí las conclusiones a que daban lugar los análisis y evaluaciones de cada “posición”; sería demasiado extenso y difícil de interpretar sin conocer previamente la forma concreta que tenía el Juego del Mesías. Nuestra intención era, simplemente, transmitir una idea sobre el instrumento diseñado por John Dee como parte del elemento (3) de su Estrategia A1, es decir, del Método que posibilite la consecución de la Pauta H.H.H. Creemos que con lo expuesto hasta ahora sobre el Juego del Mesías, este propósito esclarecedor se ha cumplido.

Por lo tanto dejaremos por el momento a los berserkir de la S.D.A. Abandonaremos la cripta subterránea y su terrible Misterio y nos ocuparemos de desentrañar el último interrogante que subsiste en el presente Curso de Acción. El mismo quedó pendiente desde el principio y se refiere a la pregunta: ¿Qué procedimientos son indicados por el Método para reconocer al Enviado?

Será conveniente volver al comienzo y retomar el texto del parágrafo II-d que decía (“ANÁLISIS DEL ELEMENTO 

3): El metodo debe cumplir, entre otras, las siguientes condiciones principales: 1o tiene que

dar, en cualquier época, una indicación objetiva de la situación propia y de la posición enemiga, 2o determinará con absoluta seguridad el momento en que la pauta H.H.H. ‘se esté por cumplir’. 3o permitirá a las S.D.A. reconocer inequívocamente al Enviado de Wotan, ese jefe germano invencible de quien depende la pauta H.H.H.”

Según se ha dicho, el Juego del Mesías permitía cumplir con las condiciones 1a y 2a con absoluta precisión. En cuanto al punto 3o ni John Dee ni Wilhelm von Rosemberg dieron con un modo de identificar al Enviado que fuese confiable para ser aplicado en cualquier época. Si bien la “posición ganadora” revelaría con certeza que “el Tiempo del Enviado ha llegado”, nadie podría anticipar cuándo se produciría ese acontecimiento, que tal vez se encontraba varios siglos en el futuro. Esta incertidumbre impedía describir el perfil histórico del Gran Jefe y, por lo tanto, dificultaba el trazado de las pautas para su identificación.

En 1589, poco antes de partir para Inglaterra, John Dee consultó a los Siddhas sobre la tercera condi-

ción, empleando para ello el espejo de piedra de la Princesa Papan. La respuesta obtenida, por su carácter enigmático y profético, causó una mayúscula sorpresa en John Dee, Wilhelm von Rosemberg y los ocho príncipes de la Dinastía. En primer término los Siddhas afirmaban que el problema de la 3a condición estaba mal planteado pues no correspondía a los bersrkir identificar al Enviado sino a éste demostrar que lo era.

Luego continuaron diciendo que una Estrategia racial podía fracasar si no se entendía correctamente el sentido de la 3a condición y que, recientemente, en tiempos de Federico II Hohenstauffen, de hecho una 

Gran Estrategia había fracasado por desinteligencias en torno a la misma cuestión. Estos sorprendentes argumentos llevaron a John Dee a repetir la pregunta y solicitar de los Siddhas una respuesta concreta sobre el modo en que el Enviado debería, entonces, acreditar su identidad. Como era previsible, esa insistencia no fue del agrado de los Siddhas quienes respondieron lacónicamente que: “en el siglo XIII los Siddhas enviaron a Gengis Khan las instrucciones para identificar al Emperador Universal. Dichas instrucciones están vigentes y el Enviado H.H.H. será, sin duda, quien pueda leer correctamente el Rollo de Gengis Khan”. Y los Siddhas se negaron a dar más información. Es difícil que alguien pueda imaginar el estado de alerta, la decisión por desentrañar el enigma, la firme resolución de conocer la verdad cualquiera que ella fuese, en fin, la voluntad de superar el obstáculo que exhibían los diez iniciados ante el Misterio que representaba aquel Rollo de Gengis Khan del cual nadie había oído hablar jamás. En aquellos días de 1589 una febril actividad psíquica envolvió a los fundadores que trataban, a cualquier costo, de encontrar una respuesta y para ello recurrían a todos los recursos esotéricos disponibles. La Estrategia A1 estaba lista para su ejecución, la que se iniciaba con la fundación de la Dinastía y la búsqueda de los “objetivos declarados”, quedando sólo por resolver la condición 3a del Método. Pero, como todos los esfuerzos hechos para dilucidar el Misterio resultaron entonces infructuosos, los planes se pusieron igualmente en marcha aunque sin abandonar en ningún momento la investigación del enigma.

John Dee y Wilhelm von Rosemberg esperaban hallar una pronta solución; pero las cosas no se dieron como ellos lo deseaban pues recién a mediados del siglo XVII, durante la segunda generación de miembros de la Dinastía, se reunió suficiente información como para encarar una búsqueda racional del misterioso Rollo. Esta búsqueda dio sus frutos a fines del siglo XIX, es decir, más de dos siglos después, consumiendo en ese lapso enormes energías de la S.D.A. que se sentía cada vez más apremiada por la Historia. Sin embargo, pese a todas las dificultades que trajo aparejado, el Misterio del Rollo de Gengis Khan resultó ser altamente beneficioso para la S.D.A. y cabe suponer que justamente, por la gran magnitud de su importancia, sobrepasara la capacidad de evaluación de los fundadores que no vieron en él más que una dificultad. En realidad el Misterio del Rollo, del que poco a poco se iba conociendo su trama secreta, tenía la virtud de CONECTAR a la S.D.A. con una corriente hiperbórea de la Historia interrumpida abruptamente en el siglo XIII. La S.D.A. retomaba, en cierto modo, esa corriente, que nosotros para sintetizar denominamos Estrategia “O” de los Siddhas, y la actualizaba en la Estrategia A1.

En el próximo capítulo, titulado “Esquema histórico de la S.D.A.”, nos proponemos mostrar el rumbo secreto seguido por la S.D.A. entre los siglos XVII y XX dejando en claro que su influencia en la Historia de Europa, en ese período, ha sido más importante de lo que podría suponerse. Pero, por las razones recientemente expuestas, el Esquema histórico no comenzará directamente en el siglo XVII sino que incluirá una introducción en la cual se resumirán la Estrategia “O” y los sucesos del siglo XIII que dieron lugar al Misterio del Rollo de Gengis Khan. El desarrollo de este capítulo nos llevará directamente al siglo XX, a las dos últimas etapas de nuestro relato: la Germanenorden y la Thulegesellschaft.

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ESQUEMA HISTÓRICO DE LA S.D.A.

I – ESTRATEGIA “O” DE LOS SIDDHAS HIPERBÓREOS

En el capítulo anterior mencionamos “una Estrategia que los Siddhas emplean para contrarrestar a “la

Cultura”, arma estratégica enemiga, y explicamos la misma por medio de una alegoría, como consistente en un mensaje carismático. Dicho mensaje perseguía dos objetivos: 1o DESPERTAR; 2o ORIENTAR hacia la “salida secreta”, “centro” o Vril; y, en aquel ejemplo particular, la “salida” se hallaba luego de descubrir “la anilla”, o sea luego de haber hecho consciente el PRINCIPIO DEL CERCO.

Sin embargo, la segunda parte del mensaje, la CANCIÓN DE AMOR, brindaba a quien la escuchara la posibilidad de “hallar la salida” por otras seis vias diferentes a la OPOSICIÓN ESTRATÉGICA (que se basa en el principio del cerco). De cualquier manera esta Estretegia, tal como la hemos descripto, con sus siete posibles vías de liberación, responde a objetivos puramente individuales, es decir, es dirigida exclusivamente hacia el hombre (virya perdido). Por eso ahora nos toca declarar que la misma forma parte –la parte “individual”- de una concepción mayor, a la que llamamos: Estretegia “O”.

La Estrategia “O” está dirigida fundamentalmente a obtener la liberación individual del hombre; pero, en ciertas ocasiones históricas favorables, los Siddhas procuran “orientar” a la raza en su conjunto para forzar la mutación colectiva1. En ese caso los “líderes”, muchas veces “enviados” por los Siddhas y otras veces “iluminados” por ellos, se encargan de proyectar carismáticamente en el pueblo las pautas estratégicas, buscando REINTEGRARLO A LA GUERRA CÓSMICA. Para que tal tarea pueda realizarse con probabilidades de éxito es necesario que los “líderes” dispongan de un elemento externo, situado en el mundo, que represente de manera irrefutable el origen divino de la raza. Este elemento externo debe dar prueba también del compromiso asumido por los Siddhas al “inducir” a los viryas a reemprender la guerra contra el Demiurgo y de su resolución de “esperar” los Kalpas que sean necesarios mientras ellos ganan la libertad. Por estas condiciones puede comprenderse que dicho “elemento externo” sea una verdadera PIEDRA DE ESCÁNDALO para el Demiurgo y sus huestes demoníacas y que todo Su Poder, o sea el Gran Engaño, esté puesto en lograr su destrucción o en su defecto evitar que permanezca al alcance del hombre.

Pero, a pesar de la contrariedad que tal acción causaba en el enemigo, los Siddhas han cumplido su parte del Pacto Primordial y, con un desprecio admirable hacia el Poder de las Potencias Infernales, lo depositaron en el mundo y lo resguardaron de cualquier ataque para que los hombres o sus líderes carismáticos LO DESCUBRAN Y SE VALGAN DE SU SIGNIFICADO.

La Estrategia “O” de los Siddhas se halla, entonces, dirigida a lo interno de cada hombre por los “cantos carismáticos”, tratando de despertar en ellos el recuerdo de sangre y de inducirles a seguir alguna de las siete vías de liberación. Pero también procura impulsar a la raza en su conjunto para que cese de marchar en el sentido “evolutivo” o “progresivo” de la Historia y, rebelándose al Plan de El Uno, en un salto inverso, transmute las “tendencias animales del pasú” y recupere su naturaleza divina (hiperbórea). Para conseguir este segundo propósito, ya no individual sino racial, hemos dicho que se dispone de un “elemento externo”.

¿Qué será, concretamente este “elemento externo”, esta “cosa” a la que hemos atribuido propiedades tan maravillosas?: Se trata de algo cuya sola descripción llevaría varios volúmenes y que, para abreviar, llamaremos GRAL. Siendo imposible revelar aquí un Misterio que ha sido impenetrable para millones de personas, trataremos, como de costumbre, de “aproximar” al mismo por medio de algunos comentarios Preguntábamos qué será CONCRETAMENTE esa cosa maravillosa que ahora sabemos que se llama GRAL. Empecemos por allí. Concretamente, el Gral es una piedra, un cristal, una gema; de esto no caben dudas. Pero NO ES UNA PIEDRA TERRESTRE; de esto tampoco caben dudas. Si no es una piedra terrestre, cabe preguntarse cuál es su origen: la Sabiduría Hiperbórea afirma QUE PROVIENE DE VENUS, pero no asegura que ése sea su origen. Nosotros podemos suponer, a falta de otra precisión, que los Señores de Venus la trajeron a la Tierra, desde ese planeta verde. Pero los “Señores de Venus” no son originarios de Venus, sino de Hiperbórea, un “centro original” que no pertenece al Universo material y cuyo “recuerdo de sangre” ha llevado a muchos viryas perdidos a identificarlo erróneamente con un “continente nórdico” o “polar” “desaparecido”. Según la Sabiduría Hiperbórea el Gral fue traído al Sistema Solar por los Siddhas INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE QUE IRRUMPIERON POR LA PUERTA DE VENUS PARA INSTALARSE EN EL VALHALA. Sea como fuere, hay OTRO ASPECTO CONCRETO que conviene tener en cuenta: el Gral es una gema que reviste la mayor importancia para los Siddhas, a tal punto que ELLOS NO ESTÁN DISPUESTOS A ABANDONARLO O PERDERLO. Por camaradería y solidaridad hacia los viryas perdidos, lo han SITUADO en el mundo; pero al final del Tiempo, el Gral será recuperado y devuelto a su lugar de origen.

¿A qué se debe este interés sin medida por conservar la misteriosa gema? A que la misma ha sido quitada momentáneamente de la más bella joya que se haya visto nunca en el Universo de El Uno, de aquella alhaja que nadie sería capaz de imitar en éste ni en otros mundos: ni los Maestros Orfebres ni los Devas Constructores ni los Ángeles Planetarios, Solares o Galácticos, etc. Porque el Gral es una gema de la Corona de Cristo-Lúcifer, Aquél que es más puro que el más puro de los Siddhas, el único que puede hablar cara a cara con el Incognoscible. Cristo-Lúcifer es quien, ESTANDO EN EL INFIERNO, ESTÁ MÁS ALLÁ DEL INFIERNO. Pudiendo quedarse en Hiperbórea, a la luz del Incognoscible, Cristo-Lúcifer ha querido acudir en rescate de los espíritus cautivos protagonizando el incomprensible sacrificio de Su propia AUTOCAUTIVIDAD. Él se ha instalado como Sol Negro del Espíritu, “iluminando” carismáticamente, desde “atrás” de Venus, por intermedio del Paráklito, directamente en la sangre de los viryas perdidos.

¿Cómo una gema del Gallardo Señor se ha mancillado cayendo aquí, a la Tierra, una de las cloacas más repugnantes de los Siete Infiernos? Porque Él así lo ha dispueseto. Cristo-Lúcifer ha entregado el Gral a los Siddhas COMO GARANTÍA de su compromiso con el hombre, de su sacrificio, y COMO PRUEBA MATERIAL IRREFUTABLE DEL ORIGEN DIVINO DEL ESPÍRITU.

(1) En el libro 4 se discute largmente la acepción que se debe dar al término “colectivo” en la Sabiduría Hiperbórea, la cual difiere de su significado usual.

111El Gral es, en este sentido, un REFLEJO del origen divino, el cual habrá de guiar como un faro el rumbo vacilante de los espíritus rebeldes que decidan abandonar la esclavitud de Jehová-Satanás.

Ya hemos visto lo que el Gral es: una gema de la corona de Cristo-Lúcifer. Veamos ahora lo que el GralREPRESENTA para los espíritus cautivos. Ante todo, el Gral se halla ligado a la ENCARNACIÓN DE LOS ESPÍRITUS y su significado primero debe buscarse en relación con tal Misterio. Ello se explica si tenemos en cuenta que hace millones de años, cuando los Siddhas Traidores se aliaron al Demiurgo Jehová-Satanás para carnalizar a los espíritus hiperbóreos, Cristo-Lúcifer entregó su gema para que la VERDAD DEL ORIGEN DIVINO PUDIERA SER VISTA CON OJOS MORTALES. Por eso el Gral, puesto en el mundo como prueba del origen divino del espíritu, DA SENTIDO A TODOS LOS LINAJES HIPERBÓREOS DE LA TIERRA. Por él la sangre de los viryas, aún sumidos en la más tremenda confusión, reclamará siempre su HERENCIA EXTRATERRESTRE.

La presencia del Gral, en principio, IMPIDE AL ENEMIGO NEGAR LOS ANCESTROS HIPERBÓREOS. Pero así como el Gral da un sentido cósmico a la Historia del hombre, conectándolo con la raza inmortal de los orígenes, DIVINIZA los linajes hiperbóreos de la Tierra, así también para el Demiurgo, por la presencia del Gral, dichos linajes pasan a ser “motivo de escándalo” y objeto de la persecución y el escarnio, del castigo y del dolor. Los DIVINOS linajes hiperbóreos serán, a partir del Gral, LINAJES HERÉTICOS “condenados” para toda la “eternidad” (un manvantara) por Jehová-Satanás. El Gral ha venido a despertar recuerdos indeseables, a valorizar el pasado del hombre; será entonces el recuerdo y el pasado lo que más se atacará y a BORRAR su influencia apuntará en gran medida la Estrategia Sinárquica. Seamos capaces de advertir este ataque, que es evidente para la mirada gnóstica, y comprenderemos con mayor profundidad la función HISTÓRICA del Gral. A ponerlo en evidencia dedicaremos los siguientes párrafos.

El principal crimen del hombre ha sido negar la supremacía de “Dios”, es decir, del Demiurgo terrestre Jehová Satanás, y rebelarse a su esclavitud. Pero el hombre es un ser miserable, inmerso en un infierno de ilusión en el que se siente insensatamente “a gusto”, sin posibilidades de romper el hechizo por sí mismo. Si ha negado al Demiurgo y se ha “rebelado” ha sido en virtud de un agente exterior, pero: ¿qué “cosa” en el mundo puede ser capaz de DESPERTAR al hombre, de ABRIR SUS OJOS a la divinidad olvidada? “Si tal cosa existe, dirán los Demonios, es el objeto más abominabe de la creación material”. Pero esa “cosa”, ese “objeto abominable”, no es de este mundo; y de él ha “comido” el hombre-espíritu-cautivo. Ese “fruto verde”, que más tarde llamarán Gral, es un alimento que nutre con la GNOSIS PRIMORDIAL, es decir, con el conocimiento sobre la verdad de los orígenes. Por el Gral, fruto prohibido por excelencia, el hombre sabrá que es inmortal, que posee un espíritu divino encadenado a la materia, que procede de un mundo imposible de imaginar DESDE EL INFIERNO TERRESTRE, pero por el que SIENTE NOSTALGIA y al que DESEA REGRESAR.

¡POR EL GRAL EL HOMBRE HA RECORDADO!

He aquí su primer crimen. Recordar el origen divino será, en adelante, un TERRIBLE PECADO; y quienes lo han cometido deberán pagar por ello. Ésa es la Voluntad del Demiurgo, la “Ley de Jehová- Satanás”. Serán sus Ministros, los Demonios de Chang Shambalá, quienes se encarguen de ejecutar la condena cobrando el castigo en una moneda que se llama: dolor y sufrimiento. El instrumento será, naturalmente, la encarnación, repetida mil veces en transmigraciones “controladas” por la “Ley” del Karma, declarando cínicamente que el dolor y el sufrimiento son “para bien” de los espíritus, “para favorecer la evolución”. Si “el mal” radica en la sangre, entonces se la debilitará favoreciendo la mezcla racial y se la tornará impura envenenándola con el TEMOR DEL PECADO. El resultado será la CONFUSIÓN ESTRATÉGICA del espíritu y la completa oscuridad sobre el pasado del hombre. “En el pasado no hay nada digno de ser rescatado”, afirmarán durante milenios las gentes sensatas, a coro con los Demonios de la Jerarquía. La teología, y aún la mitología, hablará sobre el pecado del hombre con el lenguaje del Demiurgo: el “pecado”, la “caída” y el “castigo”. La “ciencia”, por otra parte, nos mostrará un panorama más desalentador: “probará”, echando mano de inmundicias fósiles, que el hombre desciende de un protosimio llamado “homínido”, o sea de ese mísero y despreciable animal que fue el antepasado del PASÚ. La “ciencia” ha llevado el pasado del hombre a su degradación más dramática vinculándolo “evolutivamente” con los reptiles y gusanos. Para el hombre moderno ya no habrá ancestros divinos sino simios y trilobites. Realmente se necesita partir de un odio sobrehumano para desear que el hombre se humille de manera tan triste.

Pero dejemos lo triste, seamos optimistas. ¿Para qué mirar el pasado, dirá la Sinarquía con la Voz de la ciencia y la teología, si el hombre es “algo proyectado hacia el futuro”? En el pasado no hay nada digno de respeto: unos primitivos crustáceos marinos hundidos en el cieno tratando de ganar el medio terrestre, impulsados por la “evolución”; millones de años después unos simios deciden hacerse hombres: impulsados nuevamente por la milagrosa “ley de evolución” se vuelven bípedos, fabrican herramientas, se comunican hablando, pierden el pelo y entran en la Historia; y luego viene la Historia del hombre: los documentos, la civilización, la cultura. Y en la Historia continúa implacable la “evolución”, convertida ahora en una ley más inflexible llamada dialéctica: los desaciertos de la humanidad, (las guerras, la intolerancia, el fascismo) son “errores”; los aciertos (la paz, la democracia, la ONU, la vacuna Sabin) son “éxitos”. De la puja dialéctica entre éxitos y errores surge siempre un estadio superior, un beneficio para la humanidad FUTURA, confirmándose la tendencia evolutiva o progresista. ¿Acaso no es esa tendencia progresista de la Historia TODO LO BUENO QUE CABE ESPERARSE DEL PASADO?

Por eso seamos optimistas; miremos al futuro; allí están todos los bienes, todas las realizaciones; el teólogo asegura que tras un Juicio FUTURO a los buenos se les abrirán las puertas del paraíso; los rosacruces, masones y otros teosofistas, sitúan en el futuro el momento en que, concluída parcialmente la “evolución espiritual”, el hombre se identifica con su mónada, o sea con su “arquetipo divino”, y se incorpora a las Jerarquías Cósmicas dependientes del Demiurgo; y hasta los materialistas, ateos o cientificistas, presentan una imagen venturosa del futuro: nos muestran una sociedad perfecta, sin hambre ni enfermedades, en donde un hombre, tecnócrata y deshumanizado, reina feliz sobre legiones de androides y robots.

No abundaremos en detalles sobre un hecho por demás evidente: se ha intentado BORRAR el pasado del hombre desconectando a éste de sus raíces hiperboreas; NO SE HA LOGRADO BORRAR TOTALMENTE dicho pasado; pero, en compensación, se ha conseguido crear una fractura metafísica entre el hombre y sus ancestros divinos y de modo tal que, en la actualidad, un abismo lo separa de los recuerdos primordiales; un abismo que tiene un nombre: confusión. Paralelamente con tan siniestro propósito se ha “proyectado al hombre hacia el futuro”, eufemismo utilizado para calificar a la ILUSIÓN DE PROGRESO que padecen los miembros de las civilizaciones modernas. Tal “ilusión” es generada culturalmente por poderosas “ideas fuerza” (el “sentido de la Historia”; la “aceleración histórica”; el “progreso científico”; la “educación”; civilización vs. barbarie; etc.) empleadas hábilmente como arma estratégica. Los hombres, condicionados de ese modo, creen ciegamente en el futuro, miran sólo hacia él, y aun los fatalistas, que avizoran un “negro futuro”, admiten que si una excepción imprevisible o un milagro ofrecen una “salida” a la civilización ella se encuentra, de todos modos, en el “futuro”; el pasado es en cualquier caso motivo de la indiferencia general.

Este “hecho evidente” representa sin duda un importante triunfo para la Sinarquía; pero un triunfo que no es definitivo. En efecto; hemos visto que la máxima presión de la Estrategia Sinárquica se aplica enBORRAR el pasado, en oscurecer el recuerdo del origen divino, y que tal ataque se produce como REACCIÓN a la ACCIÓN GNÓSTICA del Gral. Pero el Gral NO ES SÓLO un fruto prohibido, consumido por el hombre en los tiempos remotos, inmediatos a su esclavización.

El Gral es una realidad QUE PERMANECERÁ en el mundo mientras el último espíritu hiperbóreo continúe cautivo. Por el Gral siempre es posible que el hombre DESPIERTE Y RECUERDE.

Mas, para gozar de su gnosis, es imprescindible comprender que el Gral, como REFLEJO DEL ORIGEN, alumbra en la sangre DESDE EL PASADO. Su luz viene AL REVÉS DEL SENTIDO DEL TIEMPO y por eso nadie que haya sucumbido a la Estretegia Sinárquica podrá recibir su influencia. Ya comprobamos que una poderosa Estrategia cultural “proyecta al hombre hacia el futuro” e intenta borrar su pasado y confundir sus recuerdos. Pero el Gral NO DEBE BUSCARSE MIRANDO AL FUTURO pues así jamás será hallado. En rigor de la verdad, el Gral NO DEBE BUSCARSE EN ABSOLUTO, si con tal verbo “BUSCAR” entendemos una acción que implique “movimiento”. Sólo “buscan” el Gral quienes no han comprendido su significado metafísico y creen, en su ignorancia, que se trata de un “objeto” que puede ser “encontrado”. Recordemos una de las historias medievales sobre el Gral que, aunque deformada por su adaptación judeocristiana, conserva bastantes elementos de la Tradición Hiperbórea. En ella Pársifal, el loco puro, sale a “buscar” el Gral. En su ignorancia comete el desatino de emprender la búsqueda “viajando” caballerescamente por distintos países. Este “desplazamiento” apunta ESENCIALMENTE HACIA EL FUTURO, porque en todo movimiento hay una temporalidad inmanente e inevitable y, naturalmente, Pársifal jamás “encuentra” el Gral “buscándolo” en el mundo. Pasan así años de búsqueda inútil hasta que comprende esta simple verdad. Entonces un día, completamente desnudo, se presenta ante un castillo encantado y, una vez dentro, SE LE APARECE EL GRAL (no lo encuentra) y sus ojos son abiertos. Advierte entonces que el TRONO ESTÁ VACANTE y decide reclamarlo, transformándose finalmente en Rey.

Debemos ver en esa alegoría lo siguiente: Pársifal comprende que el Gral NO DEBE SER BUSCADO en el mundo (Valplads), a través del tiempo (Conciencia fluyente del Demiurgo), y decide valerse de una VÍA ESTRATÉGICA HIPERBÓREA. Para ello se SITÚA “desnudo” (sin las premisas culturales preeminentes) en un castillo (“plaza” fortificada por la ley del cerco) desincronizándose del “tiempo del mundo” y creando un “tiempo propio”, inverso, que “apunta hacia el pasado”. Entonces APARECE el Gral y “abre sus ojos” (recuerdo de sangre; Minne). Pársifal advierte que “el trono está vacante” (que el espíritu o Vril puede ser recuperado) y decide reclamarlo (se somete a las pruebas de pureza de las vías secretas de liberación) y se transforma en Rey (se transmuta en Siddha inmortal).

Esperamos haber dejado en claro que el Gral no debe buscarse, pues él aparece solamente cuando la conciencia del virya se ha desincronizado del tiempo del mundo y se ha despojado de la máscara cultural.

Deseamos mostrar ahora otro aspecto de la reacción enemiga que ha motivado la presencia del Gral.

Por el Gral el hombre comete el crimen de despertar; ha “pecado” y el castigo se cobra en la moneda del dolor y el sufrimiento, por la encarnación y la ley del Karma. Los encargados de velar por la Ley, y a quienes más ofende el recuerdo hiperbóreo de los hombres despiertos, son los “ángeles guardianes”, es decir, los Demonios de Chang Shambalá y su Jerarquía Blanca. Hay, aparte de ésta, una REACCIÓN DIRECTA DEL DEMIURGO que conviene conocer. Pero, como tal reacción se ha repetido muchas veces desde que los espíritus hiperbóreos han sido encadenados al yugo de la carne, una exposición completa debería abarcar un lapso de tiempo enorme, que va más allá de la Historia oficial se pierde en la noche de Atlántida y Lemuria. Desde luego, no podemos embarcarnos en un relato semejante; y por eso sólo nos referiremos a la reacción del Demiurgo EN TIEMPOS HISTÓRICOS; pero no debe olvidarse que todo cuanto se diga sobre este hecho NO ES EXCLUSIVO DE UNA ÉPOCA, sino que ya ha sido y seguramente volverá a ser.

Cuando se plantea la pregunta, ingenua, sobre ¿cómo son los mundos de donde procede el espíritu cautivo?, creyendo que puede haber alguna imagen que represente a la inimaginable Hiperbórea, la Sabiduría Hiperbórea suele responder con una figura metafórica; dice así al ignorante aprendiz: “Imagina que una mota de polvo recibe un débil reflejo de los Mundos Verdaderos y supón que, luego, dicha mota es dividida y reorganizada en infinitas partículas. Haz otro esfuerzo de imaginación y supón ahora que el Universo material que conoces y habitas ha sido construido con los pedazos de aquella mota de polvo. La Sabiduría Hiperbórea te dice: si eres capaz de reintegrar en un acto de imaginación la inmensa multiplicidad del cosmos en la mota original, entonces, viéndola en su totalidad, percibirás un débil reflejo de los Mundos Verdaderos. Si eres capaz de reintegrar el Cosmos en una mota de polvo, verás sólo una imagen deformada de la Patria del Espíritu. Eso es todo cuanto puede conocerse DESDE AQUÍ”.

La metáfora se torna transparente si se considera que el Demiurgo ha construido el Universo imitando una torpe y deformada imagen de los Mundos Verdaderos. Ha insuflado Su Aliento a la materia y la ha ordenado con el propósito de “copiar” el débil reflejo que alguna vez recibió de las Esferas Increadas. Pero ni la sustancia era la adecuada ni el Arquitecto estaba capacitado para ello y, sumado a esos males, debe considerarse la intención perversa de pretender REINAR COMO DIOS DE LA OBRA, a semejanza (?) del Incognoscible. El resultado está a la vista: un infierno maligno y demencial, en el cual, muchísimo tiempo después de su creación, por un Misterio de Amor, incontables espíritus inmortales fueron esclavizados, encadenados a la materia y sujetos a la evolución de la vida.

La característica principal del Demiurgo es evidentemente la IMITACIÓN, por medio de la cual ha intentado reproducir los Mundos Verdaderos y cuyo resultado ha sido este vil y mediocre Universo material.

Pero es en las distintas partes de Su Obra adonde se advierte la alucinante persistencia en imitar, repetir y copiar. En el Universo “el todo” es siempre copia de “algo”: los “átomos”, todos semejantes; las “células” que se dividen en pares análogos; los “animales sociales”, cuyo instinto gregario se basa en la “imitación”; la “simetría”, presente en infinidad de fenómenos físicos y biológicos; etc. Sin extenderse en más ejemplos, puede afirmarse que la abrumadora multiplicidad formal de lo real es sólo una ilusión producto del cruzamiento, intersección, combinación, etc., de unas pocas formas iniciales. En verdad el Universo ha sido hecho a partir de contados elementos diferentes, no más de veintidós, que soportan, por sus infinitas combinaciones, la totalidad de las formas existentes.

Teniendo presente el principio imitativo que rige la obra del Demiurgo, podemos considerar ahora SU REACCIÓN DIRECTA ante la presencia del Gral.

Dijimos que el Gral DIVINIZA los linajes hiperbóreos al PROBAR de manera irrefutable la verdad del origen; y que la reacción de los Demonios ha sido considerar a los mismos como LINAJES HERÉTICOS,

merecedores del castigo más terrible.

Pero mientras los Demonios se ocupaban de castigar a los viryas con las pesadas cadenas del Karma, muy otra sería la actitud del Demiurgo. Él, según su característica, ha querido IMITAR, y aun superar, a los linajes hiperbóreos fundando una RAZA SAGRADA que lo represente DIRECTAMENTE, es decir, que CANALICE SU VOLUNTAD; y por intermedio de la misma, reinar sobre los espíritus encarnados. Una “raza sagrada” que se levante en el medio mismo de los pueblos condenados al dolor y el sufrimiento de la vida y que, triunfando sobre ellos, acabe por inflingirles la humillación final de someterlos a la Sinarquía de los Demonios. Entonces los linajes hiperbóreos, hundidos en el barro de la degradación espiritual, exhalarán sus últimos lamentos y esos gritos de dolor, esos alaridos de espanto, serán la dulce música con que la raza sagrada regalará a su “Dios” Jehová-Satanás, el Demiurgo de la Tierra.

Como ya hemos dicho el Demiurgo ha intentado muchas veces esta empresa; “los gitanos”, por ejemplo, son el remanente étnico de una “raza sagrada” que prosperó en la última Atlántida, cuando los Siddhas de la Faz Tenebrosa sometieron a la Sinarquía del Horror a los linajes hiperbóreos. Los espíritus encarnados se vieron allí precipitados a las más infames prácticas: la sangre divina se degradó y confundió por medio de la mezcla indiscriminada de razas y, lo que es peor, se lograron realizar ayuntamientos fértiles entre hombres y animales con el concurso de la magia negra; se inmolaron miles de víctimas humanas para saciar la sed de sangre de Jehová-Satanás, adorado allí en su aspecto de “Dios de los ejércitos infernales”. La crueldad, la orgía colectiva, distintas formas de drogadicción, etc., eran todas “costumbres” que los linajes hiperbóreos habían adoptado; mientras en los ojos de la “raza sagrada” brillaba de gozo la mirada del Demiurgo la Sinarquía del Horror ejercía su tiranía de oricalco. En tal estado de degradación, ya nadie era capaz de recibir la luz del Gral ni de escuchar el canto de los Siddhas. Por eso Cristo Lúcifer dicidió manifestarse A LA VISTA DE LOS HOMBRES. Lo hizo, acompañado por una guardia de Siddhas Hiperbóreos, y ello determinó el fin de la Atlántida...

Pero ésta es una historia antigua. En tiempos recientes el Demiurgo ha resuelto REPETIR nuevamente, a imitación de los linajes hiperbóreos, la creación de una “raza sagrada” que lo represente y a la cual le estará reservado el alto destino de reinar sobre todos los pueblos de la Tierra. Con el pacto de sangre celebrado entre Jehová-Satanás y Abraham, queda fundada la “raza sagrada” y sus descendientes, los hebreos, constituirán el “pueblo elegido”. Así como los espíritus hiperbóreos divinizados por la presencia del Gral representan el “linaje herético” por excelencia, los hebreos, frente a ellos, se presentarán como el “linaje más puro de la Tierra”.

Israel, pueblo elegido por Jehová-Satanás para que sea su representante en la Tierra, ¿qué títulos exhibirá como PRUEBA IRREFUTABLE de que tal es Su Voluntad? El Demiurgo, siguiendo su habitual sistema de “imitar”, razona de este modo: “Si por la gema de Cristo-Lúcifer, el Gral, ha sido divinizado el linaje hiperbóreo, también por una “piedra del cielo” será consagrada la estirpe de Abraham. Pondré en el mundo una piedra en la cual estará escrita Mi Ley como PRUEBA IRREFUTABLE de que Israel es el pueblo elegido, ante el cual deberán humillarse las demás naciones”.

Tal es la reacción directa del Demiurgo. Elige de entre la haz de la humanidad al pueblo más miserable; y luego de pactar con él, le hace “crecer” a la sombra de reinos poderosos. Cuando decide que a la “raza sagrada” le ha llegado el momento de cumplir su misión histórica, “renueva el pacto” entregando a Moisés la clave del Poder. Entonces Israel, el linaje más puro de la Tierra, atraviesa los milenios y marcha hacia su futuro de gloria, mientras los imperios y los reinos se hunden en el polvo de la Historia. Sin duda ha sido efectiva la reacción del Demiurgo y poderosos han resultado los efectos de Su Piedra, la fuerza de Su Ley.

Por eso cabe preguntarse ¿qué es en realidad lo que Jehová-Satanás entrega a los hebreos como instrumento de poder y de dominación universal? Lo diremos sintéticamente: las “tablas de la Ley” contienen el secreto de las veintidós voces que el Demiurgo pronunció cuando ordenó la materia y por las cuales ha sido formado todo lo existente. El conjunto de símbolos contenidos en las Tablas de la Ley es lo que de antiguo se conoce como CÁBALA ACÚSTICA. En la Atlántida este conocimiento fue en principio patrimonio de otra “raza sagrada”; pero más adelante, los Guardianes del Arte Lítico, antepasados del cromagnón y padres de la raza blanca, llegaron a dominarlo por completo.

“Las tablas de la Ley” es entonces “la piedra” que el Demiurgo ha puesto en el mundo como soporte metafisico de la “raza sagrada”, a imitación del conjunto “linaje hiperbóreo / Gral”. Sin embargo, como en todas las “imitaciones” del Demiurgo, no debe verse aquí una equivalencia demasiado precisa. El Gral, desde el pasado, refleja para cada uno de los viryas el origen divino y constituye un intento de Cristo-Lúcifer por acudir en ayuda de los espíritus cautivos o, en otras palabras, la influencia del Gral apunta a lo individual y a lo espiritual. Las Tablas de la Ley, por el contrario, apuntan a lo colectivo y material; ellas representan el pacto racial, colectivo, entre Jehová-Satanás y el pueblo hebreo y, además, su contenido cabalístico revela las claves que permiten dominar todas las ciencias materiales.

Si la confusión estratégica, la encarnación, el encadenamiento a la Ley del Karma, etc., son males terribles que aquejan a los espíritus hiperbóreos, la convivencia terrestre con una “raza sagrada” de Jehová-Satanás es sin duda la más espantosa pesadilla, peor aún que cualquiera de las desdichas mencionadas.

Porque, a partir del “pacto renovado” con Moisés, la enemistad RACIAL entre los lineajes hiperbóreos (“heréticos”) y el linaje sagrado (“hebreo”) será permanente y eterna, con la desventaja irreversible para los primeros de que la Voluntad infernal del Demiurgo se expresará irresistiblemente a través de los segundos.

Después de la “aparición” de Israel sólo les queda a los viryas la alternativa dramática de regresar al Origen o sucumbir definitivamente.

Escarbando en el mito hebreo de Abel y Caín, bajo un velo de calumnias, puede apreciarse una descripción acertada de la enemistad racial y teológica entre hebreos hiperbóreos. En dicho mito, Abel, que es pastor de rebaños, representa el TYPO básico del hebreo; y Caín, el labrador, a la figura del virya. Cuenta la leyenda que a Jehová-Satanás le resultaban agradables las ofrendas de sangre de Abel el pastor, consistentes en el sacrificio de los corderos primogénitos “con su grasa”1. En cambio despreció los “frutos de la tierra” que exhibía Caín, a quien condenó finalmente a llevar una “marca”, un “signo”, que delate su condición de “asesino”.

Este curioso criterio afectivo de Jehová-Satanás se ha perpetuado a través de los siglos en el odio que los hebreos sienten hacia los linajes hiperbóreos, odio que, no lo olvidemos, PROVIENE DEL DEMIURGO.

Es interesante profundizar más sobre la figura de Caín. Según la Biblia fue, además de agricultor, el primero que CONSTRUYÓ CIUDADES AMURALLADAS y el inventor de los pesos y medidas. Su desecendiente, Tubal-Caín (desdoblamiento mítico del mismo Caín) fue fabricante de armas y de instrumentos musicales.

Si observamos ahora esta figura de Caín, a la luz de la Sabiduría Hiperbórea, comprobaremos que posee muchos de los atributos característicos de los viryas hiperboreos. Ante todo la asociación de la Agricultura con la construcción de ciudades amuralladas, es una antiquísima fórmula estratégica hiperbórea que emplearon recientemente, por ejemplo, los etruscos y los romanos, y que ha sido expresada con perfección por el rey germano Enrique I, el Pajarero, ídolo de Heinrich Himmler y de Walter Darré2. Por otra parte, el invento de los pesos y medidas, que los hebreos atribuyen a Caín, los griegos a Hermes y los egipcios a Thot, permite identificar a Caín con esos dos Dioses hiperbóreos. Y por último: la acusación de asesino y la condición de fabricante de armas, revela claramente que la figura de Caín representa a unos GUERREROS TEMIBLES, quizá a los BERSERKIR; a delatar o señalar esa calidad apunta seguramente la famosa marca.

En la Biblia, el libro sagrado del “pueblo elegido”, en el mito de Abel y Caín, se encuentran perfectamente reveladas las reglas de juego. En la “preferencia” de Jehová-Satanás por los pastores hebreos, representados por Abel; y en el desprecio y castigo de los linajes hiperbóreos, simbolizados por Caín, aparece planteado el conflicto metafísico de los orígenes; pero actualizado ahora como confrontación cultural y biológica. La raza sagrada hebrea ha venido a traer la Presencia de Jehová-Satanás, (Presencia CONSCIENTE, diferente del SOPLO PANTEÍSTA con que el Demiurgo anima la materia) al plano de la vida humana, de la encarnación, del dolor del sufrimiento. Por eso la antigua enemistad trascendente entre espíritus cautivos y Demonios se transforma en enemistad inmanente entre los linajes hiperbóreos y el Universo material, dado que la raza sagrada es MALKHOUTH, el décimo SEPHIROTH, es decir, un aspecto del Demiurgo. Esto último debe entenderse así: ISRAEL ES EL DEMIURGO. Vale la pena aclararlo. Según las enseñanzas secretas de la Kábala y tal como puede leerse en el Libro del Esplendor o SEPHER YETSIRAH, es decir, acudiendo a las fuentes más confiables de la Sabiduría Hebrea, para la “creación” de la “raza sagrada” Jehová-Satanás manifiesta uno de sus diez aspectos o SEPHIROTH. El décimo sephiroth, MALKHOUTH (EL REINO), ES EL PROPIO PUEBLO DE ISRAEL, de acuerdo a los textos oficiales hebreos, el cual guarda un nexo metafísico con el primer sephiroth, KETHER (CORONA), que es la Cabeza o Conciencia suprema del Demiurgo3. En otras palabras: hay identidad metafísica entre Israel y Jehová- Satanás o, si se quiere, “ISRAEL ES JEHOVÁ-SATANÁS”.

Como decíamos antes, la enemistad entre la raza sagrada y los linajes hiperbóreos, enemistad que hemos visto declarada en el mito de Abel y Caín, significa un enfrentamiento entre éstos y el Universo material, dado el carácter de Malkhouth, desdoblamiento del Demiurgo, que ostenta Israel. Con Malkhouth, el Demiurgo ha querido imponer LA REALEZA del linaje sagrado hebreo a los restantes pueblos de la Tierra. Si estos pueblos gentiles HAN OLVIDADO EL PASADO y se han sometido al Plan que lleva adelante la Jerarquía Blanca, entonces aceptarán de buen grado la SUPERIORIDAD HEBREA y el mundo marchará alegremente hacia la Sinarquía. Pero, ¡ay de aquellos GOYM que no renuncien a su herencia hiperbórea y persistan en recordar el conflicto de los orígenes! No habrá lugar para ellos en la Tierra porque con la Presencia de Malkhouth, el linaje sagrado de Israel, el Demiurgo asegura su persecución e inmediato aniquilamiento. ¡Dramático destino el del espíritu cautivo! Durante milenios RECORDAR EL ORIGEN, es decir, exhibir un linaje herético, era castigado por los Demonios con un fuerte Karma, y el dolor, el sufrimiento, eran tan terribles que se acababa por olvidar. Pero, mientras esta degradación ocurría, en el fondo de su corazón, bullendo en su sangre, el condenado podía participar de la Minne y acceder a la GNOSIS; era su derecho: si lograba elevarse desde la ciénaga de la confusión espiritual, nadie podía impedirle que recibiera la luz del Gral ni que escuchara el canto de los Siddhas. Con Israel ni esta miserable oportunidad de despertar sería ya posible, pues el conflicto fue planteado en términos biológicos, raciales, culturales ... : quien se comprometa en la contienda debe ahora arriesgarlo todo, pues al enfrentar a Israel se está enfrentando al mismo Demiurgo.

Israel avanza en la Historia con una fuerza irresistible. Sus grandes ideas van dominando poco a poco a la cultura de Occidente, paralelamente con el crecimiento de su potencia financiera. ¿Quién será capaz de oponerse a la fuerza conjunta del judeocristianismo, de la judeomasonería, del judeomarxismo, del sionismo, del Trilateralismo? ¿Quién podría hacer “saltar” las bancas de ROTHSCHILD, de JACOBO SCHIFF, de KUHN AND LOES, de ROCKEFELLER, etc.? ¿y quién competirá con los hebreos en los campos de la ciencia o el arte? Ya describimos en la Primera Disertación el fantástico PODER MATERIAL de la Sinarquía; contra estas fuerzas organizadas, el virya no tiene la mínima chance. Por eso, ante tan formidable poder, la única alternativa estratégica válida es la confrontación racial: a la raza sagrada de Jehová-Satanás oponer el linaje hiperbóreo de los espíritus cautivos. Y en este choque de linajes, en esta guerra llevada al terreno de la sangre, el virya despierto, aquél que recuerde y desee regresar, deberá escuchar el canto de los Siddhas y, siguiendo una vía secreta de liberación, hallar “la salida”, conquistar el Vril, y transmutarse en Divino Hiperbóreo inmortal. Habrá cumplido así con la primera parte de la Estrategia “O”. Pero si un líder carismático, despierto y transmutado, se pone al frente de una comunidad racial y decide guiar a los viryas EN CONJUNTO de regreso al origen, podrá aplicar en su totalidad la Estrategia “O”, aprovechando la presencia del Gral.

En este caso el líder planteará la Guerra Total contra las fuerzas demoníacas de la Sinarquía, pero especialmente ejercerá su máxima presión SOBRE LA RAZA SAGRADA, pues ella representa DIRECTAMENTE al enemigo, o sea al Demiurgo Cautivador. Sin embargo, sólo en las épocas modernas, cuando la presencia universal de la Sinarquía y el poder de la raza sagrada queden en evidencia, será posible que algún Gran Jefe identifique correctamente al enemigo y declare contra ellos la Guerra Total.

La enemistad irreconciliable entre el linaje sagrado hebreo y el linaje herético hiperbóreo podría ser ejemplificada considerando las infinitas veces que se han producido enfrentamientos y describiendo los distintos resultados. Podemos asegurar que habría material para llenar varios tomos, razón por la cual debemos ser prudentes y referirnos a lo estrictamente necesario para la comprensión de la Estrategia “O” de los Siddhas. Es con este criterio que vamos a considerar tan sólo un ejemplo, pero un ejemplo que será altamente clarificador.

Los linajes hiperbóreos, desde la más remota antigüedad y cualquiera sea el tiempo histórico o el país considerado, han coincidido siempre en que la sociedad humana debía organizarse en torno de tres funciones principales: regia, sacerdotal y guerrera. La ARMONÍA y la INDEPENDENCIA de las tres funciones garantizaría un cierto equilibrio apropiado para los tiempos de paz y de prosperidad, o sea, CUANDO LA SOCIEDAD PROGRESA MATERIALMENTE HACIA EL FUTURO. En distintas épocas de su historia, muchísimos pueblos de linaje hiperbóreo experimentaron breves períodos en que el equilibrio de las tres funciones permitió disfrutar de esa tranquilidad social, mediocre y cortesana, que ocultaba en realidad una ausencia total de contacto carismático entre la masa del pueblo y sus líderes, situación típica que se caracteriza por la indiferencia general.1 Cuando una sociedad se estabiliza de esta manera, la Jerarquía Blanca de Chang Shambalá afirma que “evoluciona” y que “progresa”. Es, pues, del interés de los Demonios llevar a la humanidad a un estado de equilibrio permanente de las tres funciones, ¿con qué objeto? Para preparar el advenimiento de la Sinarquía,2 es decir, la Concentración del Poder en manos de una Sociedad Secreta o cofradía oculta. ¿Qué fin tiene concentrar el poder en manos de seres que actúan en las sombras? La respuesta se halla relacionada con la manifestación por parte del Demiurgo de MALKHOUTH, la raza sagrada: EL PODER SOBRE LAS NACIONES PERTENECE (en esta etapa del Kaly Yuga) A ISRAEL COMO HERENCIA DE JEHOVÁ-SATANÁS Y PRUEBA DE SU LINAJE TEOLÓGICO. MIENTRAS LLEGA EL TIEMPO DE ISRAEL, LA SINARQUÍA SERÁ EL REGENTE DEL PODER CONCENTRADO POR LA JERARQUÍA BLANCA.

Se comprende que los Siddhas, frente a semejante conspiración, procuren desestabilizar el equilibrio sinárquico de las sociedades e influyan carismáticamente en los viryas con el fin de despertar a uno de ellos y transmutarlo en líder hiperbóreo. Tal es, fundamentalmente, el objetivo de la Estrategia “O”. Por eso el canto de los Siddhas llama sin cesar en la sangre pura y el Gral es una presencia permanente que muestra, a quien lo quiera ver, el reflejo del origen divino del espíritu.

Pero no debe creerse que la Estrategia “O” sólo tiene éxito cuando acontece una auténtica transmutación de virya en Siddha inmortal; ése es sin duda el más importante éxito; pero el mismo no es muy frecuente, especialmente en el caso de líderes o conductores de pueblos. Hay en cambio otros casos, no tan vistosos ni evidentes como una transmutación, pero cuya influencia benéfica en la organización de las sociedades ha motivado que se los considere también como éxitos de la Estrategia “O”. Nos referimos específicamente a aquellos líderes que, con cierto grado de inconsciencia, escuchan el canto carismático e intuyen algunos principios de la Sabiduría Hiperbórea. Como no se hallan completamente despiertos e ignoran la procedencia del “mensaje”, proceden a aplicar en el gobierno de sus pueblos los principios estratégicos tomándolos por invención propia. Podríamos abundar en ejemplos, pero tendrá particular interés para nosotros considerar el caso de quienes “han descubierto”, sin saberlo, el principio del cerco.

Cuando en la estructura mental de un líder se ha incorporado el “principio del cerco”, su sangre pura, y con ésta el canto de los Siddhas, le impulsa a aplicar la “ley del Cerco” en todos sus actos concretos.

Surgen así desde sociedades particulares hasta teorías políticas, filosóficas, morales, etc., concebidas y ejecutadas de acuerdo a la ley del cerco, en el marco de la Estrategia “O”. Un ejemplo típico es la idea del “Imperio Universal”. Vale la pena comentarlo.

Cuando la Estrategia “O” consigue despertar la naturaleza divina en algún líder, es factible que su posterior actividad provoque notables cambios sociales. Si es rey, es decir, si detenta la función regia, avanzará gibelinamente sobre la función sacerdotal y, con el apoyo de la función guerrera, tratará de expandir los límites de su Estado. Si el líder es un guerrero notable, no tardará en ceñirse la corona para después, aplastando a la función sacerdotal, abocarse a la tarea de organizar un Estado militar. En la mayoría de los casos el desequilibrio de las tres funciones se realiza a costa de la función sacerdotal que suele ser lunar y sinárquica. Lo importante es que el líder, rey o guerrero, al aplicar la ley del cerco en su visión de la sociedad, concluye generalmente por coincidir en la idea del Imperio Universal como la más apropiada para demostrar la superioridad de su raza y para perpetuar el recuerdo de su estirpe.

El Estado universal de Accad; los Imperios de Asiria y Babilonia; el Gran Imperio Persa, destruido por Alejandro Magno; el Imperio Romano; etc., han sido concebidos del mismo modo: por la aplicación de la ley del cerco, en el marco de la Estrategia “O”, que han hecho los líderes hiperbóreos en el curso de los milenios. No podemos dejar de mencionar que muchas “ideas modernas” registran el mismo procedimiento en su concepción: tal las distintas variantes del “nacionalismo”, el fascismo, el falangismo, el nacionalsocialismo, las “federaciones” y “confederaciones”, etc. Éstas y muchas otras teorías políticas son el producto de la aplicación de la ley del cerco por parte de algunos líderes modernos. En el caso del “fascismo”, nacionalsocialismo, etc., es evidente que guardan un nexo bastante estrecho con la antiquísima idea del Imperio Universal, lo que explica de manera elocuente el por qué tales ideologías han sido perseguidas hasta el aniquilamiento por la raza sagrada y las fuerzas de la Sinarquía.

Es que, justamente, la idea del “Imperio Universal”, que es hiperbórea y surge de la aplicación de la ley del cerco, se opone irreductiblemente a la idea de la “Sinarquía Universal” propiciada por la Jerarquía Blanca de Chang Shambalá, y llevada adelante en favor de la raza sagrada.

Nos habíamos propuesto dar un ejemplo de la enemistad irreconciliable entre el linaje herético hiperbóreo y el linaje sagrado hebreo; y ello ha quedado de manifesto en la oposición entre Imperio Universal y Sinarquía, es decir, entre sus respectivas concepciones ideales de la sociedad. Munido de estas claves, cualquiera puede revisar la Historia y sacar sus propias conclusiones; no es pues necesario insistir más sobre ello.

Dijimos aneriormente que la “raza sagrada” fue creada por el Demiurgo a IMITACIÓN de los linajes hiperbóreos y mostramos que “Las Tablas de la Ley” y el terrible conocimiento con que estaban escritas, les fueron entregadas a los hebreos a SEMEJANZA del Gral. Podemos agregar ahora que la “imitación” no concluyó allí; por el contrario, durante siglos se preparó una infernal falsificación histórica que en los hechos venía a significar un agravio infinitamente más ofensivo que la imitación de los linajes hiperbóreos o del Gral. Estamos hablando de la usurpación, vulgarización y degradación perpetrada contra la figura divina de Cristo-Lúcifer.

Ya mencionamos que, durante los días de mayor decadencia espiritual de la Atlántida, Cristo-Lúcifer SE MANIFESTÓ a la vista de los viryas perdidos. Su Presencia tuvo la virtud de purificar y orientar a muchos viryas quienes, gracias a este descenso a los infiernos realizado por el Gallardo Señor, pudieron así emprender el sendero del regreso. Sin embargo, la reacción cobarde de los Siddhas de la Faz Tenebrosa, que recurrieron al empleo de la magia negra para impedir el rescate, condujo finalmente a una guerra sin cuartel que sólo concluyó cuando hubo desaparecido la última Atlántida. Y aunque el continente atlante desapareció devorado por las aguas y miles de años de barbarie y confusión estratégica borraron estos hechos de la Historia, no es menos cierto que el drama vivido fue tan intenso que jamás se oscureció del todo en la memoria colectiva de los linajes hiperbóreos. Por eso, cuando el Demiurgo concibió la siniestra idea de imitar, burdamente, la imagen redentora de “Cristo-Lúcifer descendiendo entre los hombres”, era inexorable que tal infamia desencadenaría cambios irreversibles y enfrentamientos definitivos.

¿Qué pretendía esta vez el Demiurgo? Aunque parezca increíble, deseaba producir, a IMITACIÓN de la transmutación hiperbórea, UN SALTO en la humanidad. Pero no nos asombremos demasiado: lo que se buscaba era un salto hacia adelante, HACIA EL FTURO; y por sobre todo, se intentaba CEÑIR a los miembros de la humanidad, sin distinción alguna por su raza o religión, a un TYPO PSICOLÓGICO universal, o sea a un ARQUETIPO COLECTIVO. Ese arquetipo, por supuesto, era el de la RAZA HEBREA; pues lo que se quería en definitiva era JUDAIZAR a la humanidad y prepararla para el Gobierno Mundial de la Sinarquía.

Para llevar adelante un plan tan ambicioso se pondrían en movimiento numerosas fuerzas, las que concurrirían hacia la figura del Mesías y harían posible su ministerio terrestre. Para la misión de “preparar el vehículo” mediante el cual Jehová-Satanás se manifestaría a los hombres, fue comisionado uno de los Maestros de Sabiduría de la Jerarquía Blanca, quien sería conocido, luego de su encarnación, como Jesús de Nazareth. Tampoco se descuidó la cuestión del linaje; y por eso el Maestro Jesús encarnó en el seno de una familia hebrea cuya genealogía podía remontarse hasta Abraham. Pero el cuerpo físico del Mesías poseería una constitución diferente a la de un simple hebreo: María sería preñada “con la mirada” por uno de los Demonios de la Jerarquía, el “Ángel Gabriel”, quien en realidad emplea el método de “intersección de campos”, una de las tres formas de partenogénesis que existen.1 El Maestro Jesús animaría durante treinta años ese cuerpo superior, pero sería la secta esenia la que durante todo ese tiempo se encargaría de desarrollar sus potencialidades esotéricas entrenándolo en los secretos de la Kábala acústica. En esta tarea los esenios serían asistidos por los Maestros de la Jerarquía, y éstos por los Siddhas Traidores; todo Chang Shambalá se había concentrado en sostener al Mesías ya que del éxito de su misión dependería en gran medida la “evolución” futura de la humanidad. Si la obra del Mesías triunfaba, la humanidad entera sería “civilizada”, es decir judaizada, y se acabaría la “barbarie”, es decir el recuerdo mitológico de los ancestros  divinos.

Lo más horroroso de esta conjura era que el Demiurgo y sus Demonios contaban esta vez CON EL

RECUERDO DE SANGRE que los linajes hiperbóreos aún guardaban del Cristo de la Atlántida para “atraerlos” hacia su imitación, el Jesús-Cristo, y mediante una fantástica confusión someterlos definitivamente.

¡Con qué colosal hipocresía se planificó y ejecutó la estafa! Luego de Jesús Cristo ¿quién sería capaz de distinguir entre el Cristo de la Atlántida y su caricatura? Sólo unos pocos han sospechado el engaño, gnósticos, maniqueos y cátaros; y contra ellos ha caído el anatema de las Fuerzas Oscuras, la persecución y el aniquilamiento. Es que este Jesús-Cristo, como arquetipo judaico que es, permite muchas interpretaciones, todas “legales”, según la conveniencia de la Sinarquía: hay un Cristo redentor; un Cristo de piedad; un Cristo “que vendrá”; un Cristo-Dios; un Cristo-hombre; un Cristo revolucionario social; un Cristo Cósmico; un Cristo Avatar, etc.

Lo que jamás se permitirá concebir (o “recordar”) a nadie es un Cristo Luz, es decir, un Cristo-Lúcifer.

Después de Jesús Cristo ése será el mayor pecado, la más grande herejía y el castigo merecido será castigo ejemplar.

“En el año 30 de la ‘era cristiana’ el Verbo se hizo carne y habitó entre los hombres”. Aquél por cuya

Palabra fue creado el mundo, se vistió con el ropaje de su Arquetipo Hebreo, Malkhouth, y se manifestó a los hombres en la persona de Jesús de Nazareth. Fenómeno de los fenómenos, Maravilla de las maravillas, ¡qué espectáculo prodigioso habrá sido ver al Demiurgo hecho hombre! Hay que reconocer que esta vez hay una innegable calidad en su infernal idea de imitar al Cristo de la Atlántida y arovecharse del recuerdo de sangre de los viryas. El resultado está a la vista. Poco a poco los pueblos salieron de la “barbarie” y la “civilización” alcanzó hasta los últimos rincones de la Tierra. Y los hombres, lenta pero inexorablemente, se han ido adaptando al patrón psicológico judío. ¿Cómo se logró este éxito? ¿Por qué alquimia colectiva la efímera vida de Jesús Cristo consiguió influir sobre los pueblos durante milenios hasta desembocar en su completa judaización? ¿Fue sólo el recuerdo de sangre del Cristo de la Atlántida lo que determinó tal resultado o hubo otros factores ocultos que contribuyeron a la confusión de la humanidad y a su judaización actual? Sin entrar en demasiados detalles, dado que el tema da para largo, podemos decir que el Arquetipo Hebreo de Jesús Cristo, que se hallaba al igual que todos los arquetipos en un Plano Arquetípico o Psicoesfera en torno de la Tierra, fue PRECIPITADO AL PLANO FÍSICO o ACTUALIZADO durante la encarnación del Demiurgo en el cuerpo de Jesús de Nazareth. Tal actualización del arquetipo Malkhouth significa que se ha establecido UNA FUERZA PERMANENTE EN LA TIERRA, la cual actúa de manera equivalente a la gravitatoria, “empujando” al hombre hacia la FORMA (MORPHE) JUDAICA. Ello es debido a una razón QUE ES TAMBIÉN UN TERRIBLE SECRETO : ¡JESUS-CRISTO NO HA DESENCARNADO! Por el contrario, se ha situado desde entonces “en el centro de la Tierra”, junto al Rey del Mundo, irradiando desde allí su “potencia arquetípica” (hoy diríamos “información genética”) en infinitos ejes geotopocéntricos que parten del centro terrestre y atraviesan la columna vertebral de los hombres. Ésta es la fuerza arquetípica permanente de Jesús-Cristo. Pero no es la única: también actúa sobre el hombre una influencia Judaica EMOCIONAL, irradiada desde el propio “pueblo elegido” de Israel, ya que la raza sagrada forma parte de la anatomía oculta de la Tierra cumpliendo la función de CHAKRA CORAZÓN o ANAHATA CHAKRA.

Con respecto a la última pregunta, vale la pena destacar que el “animal-hombre” o pasú, creado por el Demiurgo hace millones de años para que “evolucionase” de acuerdo al Plan que siguen los siete reinos de la naturaleza, tendía naturalmente a conformar un TYPO que respondía a algunos arquetipos básicos. Sin embargo, desde el año 33 de la era cristiana, puede asegurarse que el arquetipo judaico de Jesús Cristo es ahora el arquetipo psicológico del pasú, es decir, el TYPO hacia el que tiende por evolución. Esto significa que en los viryas, quienes poseen por el antiguo Misterio de Amor una herencia animal, las tendencias del pasú le impulsarán inconscientemente hacia el arquetipo judaico. Sólo la pureza de sangre podrá evitar el predominio de las tendencias animales del pasú y el consiguiente peligro de corresponder psicológicamente con el arquetipo judaico.

Hemos mostrado ya de qué manera el Demiurgo llevó el conflicto original al terreno del enfrentamiento racial, luego de crear la raza sagrada a imitación de los linajes hiperbóreos divinizados por el Gral. Ahora acabamos de ver cómo una nueva imitación, esta vez de Cristo Lúcifer, ha significado otro avance destructor contra los linajes hiperbóreos. La poderosa fuerza conformadora del arquetipo Judaico de Jesús Cristo, actuando desde el centro de la tierra en todo tiempo y lugar, ha aumentado tremendamente el sueño en que se encontraba desde antaño la “conciencia de sangre” de los viryas. En el campo de batalla de la sangre luchan sin cuartel ahora dos fuerzas esotéricas: el canto de los Siddhas y la tendencia arquetípica judaica de Jesús Cristo. Y el “despertar” se ha tornado, entonces, una lucha terrible y desesperada librada en el interior y en el exterior de cada uno, A MENUDO INCONSCIENTEMENTE.

Es por eso que, luego de Jesús Cristo, ya no será posible calificar ni a pueblos ni a organizaciones, sino que habrá que atender específicamnte al grado de confusión de los hombres. Debe ser así porque en muchos casos organizaciones sinárquicas enteras podrán caer bajo el mando de un hombre súbitamente consciente de algún principio hiperbóreo (producto de la lucha esotérica que se libra en su interior), quien hasta podría “torcer” momentáneamente el rumbo de ésta.

Y viceversa, en otros casos podrá ocurrir que un grupo calificado como “hiperbóreo” sea conducido por personajes más o menos judaizados. En el extremo tendremos hebreos (judíos de sangre) que se rebelan a Jehová e intentan dramáticamente recuperar su herencia hiperbórea, caso que puede ocurrir con más frecuencia de lo que suele imaginarse, así como hallaremos muchas veces personas que “por la Sangre declaran ser perfectos “arios” pero que psicológicamente demuestran ser más judíos que el Talmud. Un ejemplo por demás elocuente lo tendremos observando a la Iglesia Católica en la cual conviven los adoradores de Jesús Cristo y del Demiurgo, junto a curas nacionalistas y patriotas que sirven a la causa de Cristo Lúcifer y de los Siddhas sin saberlo.

Debemos pues ser prudentes al calificar las organizaciones humanas y, aun en aquéllas netamente sinárquicas, detenernos siempre a evaluar el grado de confusión de los hombres con los cuales debemos toparnos. Se considera una muestra de capacidad estratégica la habilidad para ubicar al “hombre justo”, aun dentro de una organización sinárquica como la masonería, a quien se hablará luego tratando de AISLARLO de la organización en la cual milita apelando a la aplicación de la ley del cerco) para poder DIRIGIRSE mediante símbolos apropiados A SU PARTE HIPERBÓREA.

Un ejemplo de cuanto venimos diciendo lo constituye el caso de la herejía soteriológica1 de Pelagio, llamada también “pelagianismo”. A principios del siglo V, este obispo británico comenzó a defender la teoría de que el hombre, por sí mismo, es suficiente para protagonizar su salvación. Ello es posible, según Pelagio, porque “hay en el hombre un principio de perfección espiritual”. Es evidente para nosotros que el  Pelagio predominaba el linaje hiperbóreo. Su sangre pura pronto le permitió advertir que la “salvación” del hombre (su “orientación”) dependía de “un principio espiritual” (o Vril) el cual debería ser “descubierto” y “cultivado” interiormente. Pero donde la posición “herética” de Pelagio resultaba más clara era en lo referente al pecado original: el hombre no ha pecado en absouto y “si Adán pecó, su pecado murió con él; no se transmitió a la descendencia humana”. En definitiva “el hombre es libre” y “nace sin pecado”; de allí a plantear la injusticia del dolor y del sufrimiento, o de cualquier otro castigo impuesto por Jehová-Satanás, había sólo un paso. En consecuencia, la persecución contra Pelagio comenzó enseguida y no acabó hasta su eliminación, en África; fue llevada adelante por las más importantes autoridades eclesiásticas de su época, lo que prueba el temor que producían sus ideas, entre quienes se destacaron los Papas Inocencio I y Zósimo, San Jerónimo y el apóstata gnóstico San Agustín.

(1) Se llama SOTERIOLOGÍA por tratar de la SOTERIA o de los medios de salvación y santificación.

120En el Sínodo de Cartago del año 411, fueron condenadas siete proposiciones, síntesis de su doctrina.

Vale la pena que las recordemos ahora para comprobar que las mismas se derivan de la Sabiduría Hiperbórea.

He aquí las siete proposiciones condenadas:

1 – Adán, mortal por su creación, hubiera muerto con pecado o sin él.

2 – El pecado de Adán le dañó a él solo, no al linaje humano.

3 – Los niños recién nacidos se hallan en aquel estado en que se hallaba Adán antes de su prevarica-

ción (es decir: antes de probar el fruto prohibido del Gral).

4 – Es falso que ni por la muerte ni por la prevaricación de Adán tenga que morir todo el género

humano y que haya de resucitar por la resurrección de Jesús-Cristo.

5 – El hombre puede fácilmente vivir sin pecado.

6 – La vida correcta de cualquier “hombre libre”, conduce al cielo del mismo modo que el Evangelio.

7 – Antes de la venida de Jesús Cristo hubo hombres “impecables”, es decir, que de hecho no pecaron.1

Es hora ya que nos preguntemos: ¿qué ha sido del Gral y de su imitación, las tablas de la Ley, luego de tantos siglos de irreductible enemistad entre hebreos e hiperbóreos? Comenzaremos por responder la segunda parte de la pregunta.

Las Tablas de la Ley contienen el secreto de la Kábala acústica, o sea la descripción de las veintidós voces con que el Demiurgo concretó la creación. Para preservar este secreto de las miradas profanas, las Tablas fueron guardadas en el “arca de la alianza”, mientras que una “interpretación” de la Kábala acústica era cifrada por Moisés en los cuatro primeros libros del Pentateuco. Las veintidos letras hebreas, con que fueron escritas las palabras cifradas, guardan una relación directa con los veintidós sonidos arquetípicos que pronunció el Demiurgo, lo que les otorga un inestimable valor como instrumento mágico. Pero tales letras poseen un significado numérico; de modo que toda palabra hebrea es también una cifra susceptible de ser analizada e interpretada. Ése es el origen de la Kábala numérica judía, la cual no debe confrundirse con la Kábala numérica atlante que se hallaba referida a otro sistema de signos alfabéticos. La interpretación del contenido esotérico de la Escritura es el objeto de la Kábala numérica; pero el conocimiento así obtenido debe considerarse, desde el punto de vista mágico, como muy inferior al dominio de las leyes del Universo que otorga la Kábala acústica.

Pero la Kábla acústica se encontraba “escrita” en las Tablas de la Ley y éstas encerradas en el arca, de donde sólo podían ser quitadas una vez al año para privilegio de los sacerdotes. El arca fue enterrada en una cripta profunda, debajo del Templo, por el rey Salomón, unos mil años antes de Jesús Cristo, y permaneció en el mismo lugar hasta la edad media, es decir por veintiún siglos. Podríamos agregar QUE FUE LA MANERA EN QUE SE LA ENTERRÓ lo que impidió que el arca fuese encontrada antes; pero este comentario no aclarará nada si no se poseen las claves esotéricas.

A la muerte de Salomón el reino de Israel se dividió en dos partes. Las tribus de Judá y Benjamín, que ocupaban el Sur de Palestina, quedaron bajo el mando de Roboam, hijo de Salomón; y el resto del país formado por diez tribus, se quedó bajo el mando de Jeroboam. En el año 719 A.C. el rey Sargón de Asiria destruyó el reino de Israel y las diez tribus fueron transportadas, para servir en la esclavitud, al interior de Asiria. Las dos tribus restantes formaron el reino de Judá del cual descienden, en mayor o menor medida, los judíos actuales.

Las “diez tribus perdidas de Israel” no desaparecieron de la Historia como la propaganda interesada de los judíos pretende hacer creer; dado que se sabe sobre el asunto mucho más de lo que se dice. Por ejemplo, es cierto que hubo hebreos en América y también que gran parte de la población actual de Afganistán desciende de los primitivos miembros de la raza sagrada. Pero lo que a nosotros nos interesa es comentar que hubo una migración de hebreos hacia el norte, los cuales iban guiados por una poderosa casta levita.

Despues de atravesar el Cáucaso, adonde fueron diezmados por tribus hiperbóreas, llegaron a las estepas de Rusia y allí chocaron con los escitas (eran muy inferiores en número y prácticamente no afectaron la identidad étnica de éstos); pero la casta levita no accedió a perder su condición de miembros de la raza sagrada degradando su sangre. Los levitas permanecieron así, dedicados al culto y al estudio de la Kábala numérica, durante muchos años, llegando a realizar grandes progresos en el campo de la hechicería y la magia natural.

Cuando siglos después los escitas se desplazaron hacia el Oeste, una parte de ellos se estableció en los Cárpatos y en las orillas del Mar negro, mientras que otra parte continuaba su avance hacia Europa Central adonde fueron conocidos como CELTAS. Acompañando a los Celtas iban los descendientes de aquellos sacerdotes levitas, conocidos ahora como DRUIDAS, quienes detentaban a un terrible poder obtenido del dominio de la magia negra. Y, ya lo hemos dicho en otra parte, la alianza entre los Druidas y los Celtas no acabaría jamás, prolongándose hasta nuestros días.

¿Cómo llegaron los levitas de la tribu perdida a convertirse en Druidas? Es decir, ¿cómo obtuvieron su  siniestro conocimiento? La explicación debe buscarse en el hecho de que ESTOS LEVITAS, cosa que no ocurrió con otros sacerdotes judíos ni entonces ni más adelante, NO SE CONFORMABAN CON EL SABER QUE PODÍA EXTRAERSE DE LA ESCRITURA. ELLOS DESEABAN ACUDIR A LA AUTÉNTICA FUENTE DE LA KÁBALA ACÚSTICA. Su insistencia y perseverancia por concretar ese propósito, y el hecho de que pertenecían a la “raza sagrada”, movió a los Demonios de Chang Shambalá a confiarles una importantísima misión; una misión que requería su intervención dinámica en la Historia. El cumplimiento de los objetivos propuestos por los Demonios redundaría en beneficio de los levitas pues les permitiría avanzar cada vez más en el conocimiento de la Kábala acústica. ¿Qué clase de misión les habían encomendado los Demonios? Una tarea que tenía directa relación con sus deseos: debían “neutralizar” los instrumentos líticos que miles de años atrás los hombres de cromagnón, supervivientes atlantes, habían construido en todo el mundo. Pero los cromagnón no construyeron solamente monumentos megalíticos, sino que su ciencia incluía otras alteraciones del medio ambiente; y la manera en que los Druidas debían “neutralizarlas” iban desde la destrucción, el grabado de símbolos en las grandes piedras, la modificación de las dimensiones o la construcción análoga de “otros monumentos”.

Con los siglos, los Druidas llegaron a ser grandes maestros en la Kábala acústica y ya vimos en la historia de John Dee cómo las gastaban cuando deseaban “recuperar” alguno de los transductores líticos atlantes. Volveremos a hablar, más adelante, sobre la ciencia perdida de los cromagnón y la maestría esotérica de los Druidas.

Mientras los Druidas marchaban con los Celtas hacia Europa, el reino de Judá en Medio Oriente era destruido por Nabucodonosor y su población llevada en cautiverio a Babilonia en el año 597 A.C. Fueron liberados en el 536 y veinte años después, en el 516, reconstruyeron el Templo de Salomón sin hallar el arca con las Tablas de la Ley. En el siglo IV fueron dominados por los griegos de Alejandro; y en el siglo II se aliaron con los romanos contra los griegos (140 A.C.). Luego de la muerte de Julio César el Senado de Roma otorgó el título de rey de Judea a Herodes I, en el año 37 A.C. y en el primer año de la era cristiana (o en el 4 A.C. si se quiere) nació el Salvador, Jesús de Nazareth el Cristo.

Después de Herodes I los romanos quitaron al pueblo elegido la posibilidad de tener un rey de su linaje y colocaron en el poder a una serie de procuradores que intentaron vanamente dominar la creciente agitación social. La “crucifixión de Jesús Cristo” (que no existió) o la “lucha contra los cristianos” que suelen darse como explicación de la actitud belicosa y suicida de los judíos, no son correctas; siendo la verdadera causa del malestar el hecho, presentido por todos los miembros de la raza sagrada, de que el arquetipo hebreo “sería arrojado a los gentiles”. Era palpable para ellos, en virtud de compartir la sustancia del Demiurgo, la acción judaizante que se realizaría de allí en adelante sobre todo el mundo. Lo que no les aparecía tan claro era: ¿de qué modo, luego de la presencia de Jesús-Cristo, podría cumplirse el antiguo pacto con Jehová-Satanás, la promesa de que el linaje sagrado heredaría el poder sobre las demás naciones? Harían falta varios siglos y el trabajo de eminentes rabinos cabalistas para que los hebreos recuperasen la fe sobre su papel en la Historia. Pero mientras este tiempo llegaba, la paciencia de los romanos se agotó mucho antes; en el año 70 D.C el General Tito destruyó Jerusalén, el Templo de Salomón, y “dispersó” a los judíos por todos los rincones del Imperio Romano. Con la Diáspora del año 70 comienza la historia moderna del pueblo elegido, cuya culminación está por producirse en nuestros días, cuando la Sinarquía transfiera en sus manos la totalidad del poder mundial.

Cuando en el 313 el Emperador Constantino el Grande reconoció al cristianismo como religión oficial del Imperio Romano se inició una época difícil para la raza sagrada. El motivo era que en los pueblos recientemente cristianizados predominaba más el recuerdo de sangre de Cristo Lúcifer que el arquetipo judaico de Jesús-Cristo, hecho que casi siempre desembocaba en un generalizado sentimiento antijudío.

Aunque a la larga terminaría por triunfar la permanente influencia del “rayo geotopocéntrico” de Jesús Cristo por sobre el recuerdo hiperbóreo, y las masas acabarían judaizadas, mientras tanto la raza sagrada correría el peligro de ser exterminada. Pero la “amenaza” pronto sería conjurada.

Si existió realmente un peligro efectivo contra los hebreos es algo que habrá que dudar; pues en el

siglo V San Benito de Nurcia funda la orden en la que ingresarán, en masa, los Druidas “cristianos”, quienes se abocarán desde entonces a la tarea de mediar entre la Iglesia y la Sinagoga. (Sobre la acción mediadora y protectora de los Druidas hacia los hebreos, coincido con la teoría que el Profesor Ramírez, de la Universidad de Salta, expuso a mi neffe Arturo Siegnagel. Sin embargo, la misión de los Druidas iba mucho más lejos, según se verá, que la simple protección de la raza sagrada.)

Dijimos que las Tablas de la Ley quedaron donde las había guardado Salomón y recién fueron halladas en la Edad Media, más precisamente en el siglo XII. No concluye con esta afirmación nuestra respuesta; sino que habremos de volver muy pronto, en el próximo inciso, a continuar con el relato. Mientras tanto tratemos de hallar respuesta a la primera parte de la pregunta, que decía: ¿qué ha sido del Gral...?

Al contrario de la pregunta por las Tablas de la Ley, que obligó a referirse a hechos de la Historia, la cuestión del Gral nos llevará al terreno estrictamente esotérico. Pero en primer lugar conviene aclarar que la pregunta ha sido mal planteada. Ya explicamos que el Gral no debe ser buscado; agreguemos ahora que se trata de un objeto del cual no es posible apropiarse y que, por lo tanto, debe aún estar donde siempre estuvo.

Es un error, pues, tanto “buscar” el Gral como interrogar: ¿qué ha sido de él? Pero, nos preguntaremos, ¿cómo habrá que encarar ese Misterio, entonces, para obtener algún conocimiento adicional, libre de paradojas? La única manera, a nuestro juicio, de avanzar en el conocimiento del Misterio consiste en profundizar las analogías que ligan a la “función orientadora hacia el origen” del Gral, función externa, con las “vías secretas de liberación espiritual” de la Sabiduría Hiperbórea, las que son funciones internas, “orientadoras hacia el origen”.

En este sentido podemos establecer una analogía muy significativa entre la “Piedra Gral” de la Estrategia “O” y los “lapis oppositionis” empleados en la vía de la “oposición estratégica”.

En el capítulo que hemos dedicado a la Estrategia A1 de John Dee se hizo la descripción del ritual secreto que practicaban los berserkir de la S.D.A., basado en la vía de la oposición estratégica y en la técnica arquemónica. Se mostró allí el arquémona que los berserkir habían construido en la cripta soterrada, consistente en una “plaza” o área cercada por un anillo de agua.1 Aplicando la “ley del cerco” al arquémona se logra AISLAR la plaza del Valplads; es decir, se consigue LIBERAR UN ÁREA en el mundo del Demiurgo.

Pero ello no es suficiente; es necesario que los berserkir se desincronicen del tiempo del mundo y generen un tiempo propio, inverso, que les permita DIRIGIRSE HACIA EL ORIGEN. Para ello practican la OPOSICIÓN ESTRATÉGICA CONTRA LOS LAPIS OPPOSITIONIS, QUE SE ENCUENTRAN SITUADOS SOBRE UNA RUNA EN EL VALPLADS, FRENTE A LA FENESTRA INFERNALIS.

Nos toca ahora aproximarnos al mayor secreto, aquél que explica el método empleado por los Siddhas para MANTENER, permanentemente, eternamente si se quiere, el Gral en el mundo. Comencemos por

indagar lo siguiente: ¿cuál es la RESIDENCIA de los Siddhas? Podemos partir de una respuesta conocida,

que nosotros hemos repetido muchas veces: Los Siddhas residen en el Valhala. Tal respuesta es correcta,

pero insuficiente; pues cabría preguntar a su vez ¿qué es el Valhala? ¿dónde se encuentra? Frente a estos

interrogantes pueden adoptarse dos criterios; uno, recurrir a elementos de la mitología nórdica y decir, por

ejemplo, que “en lo alto del Fresno Iggdrasill se encuentra el Valhala, sitio adonde van a residir los guerreros

muertos en combate, regido por Wotan, etc.” Y un segundo criterio, que nos parece más acertado, consis-

tente en despojar a las respuestas de adornos folklóricos y expresarlas con símbolos de la Sabiduría Hiperbórea,

los que podrán ser fácilmente interpretados mediante analogías.

Con este criterio podemos afirmar inmediatamente que el Valhala ES LA PLAZA LIBERADA POR

LOS SIDDHAS (o Ases) EN ALGÚN LUGAR DEL UNIVERSO DEL UNO. Esta plaza, naturalmente,

tiene las dimensiones de un país y se halla fuertemente fortificada. En ella habitan los Señores de Venus y

muchísimos Siddhas y Walkirias, quienes se preparan permanentemente para la lucha mientras aguardan el

fin del Kaly Yuga y el despertar de los espíritus cautivos. Sus incontables Siddhas guerreros, inmortalizados

con sus cuerpos de vraja, forman en las filas del WildesHeer el ejército furioso de Wotan, y vigilan las

murallas del Valhala, aunque el enemigo jamás se atrevería ante tan temible guarnición hiperbórea.

Los Siddhas han liberado la plaza fuerte del Valhala aplicando, con sus Poderosas Voluntades, la ley

del cerco a las murallas de piedra. La conquista del tiempo propio que reina en el Valhala, y que los independiza de cualquier “ciclo” o “ley” del mundo del Demiurgo, procede de una maravillosa operación de oposición estratégica. Pero, ¿cuál habrá sido la piedra, el lapis oppositionis que los Siddhas emplearon en su Estrategia Hiperbórea? Desde que ocurrió el Conflicto de los Orígenes, hace millones de años, los Siddhas practican la oposición estratégica CONTRA UNA PRECIOSA GEMA EXTRATERRESTRE FACILITADA A TAL EFECTO POR EL GALLARDO SEÑOR, CRISTO LÚCIFER. “ESA PIEDRA SE LLAMA GRAL”.

La relación analógica entre arquémona y Valhala se torna más evidente aún si consideramos que éste posee una “PORTA INFERNALIS”, equivalente a la “FENESTRA INFERNALIS” de aquél. La porta infernalis es una abertura en la muralla que se encuentra permanentemente vigilada por atentos centinelas.

Frente a la porta infernalis, pero fuera del Valhala, es decir, en “el mundo”, SE HALLA SITUADO EL GRAL, SOBRE UNA RUNA; contra él, según se ha dicho, los Siddhas practican la oposición estratégica.

Es necesario que profundicemos un poco más en la descripción de esta disposición debido a su extraordinaria importancia para la aproximación al Misterio del Gral.

En la cripta de la S.D.A. las lapis oppositionis se colocaban SOBRE runas de plata ENGASTADAS EN LAS LAJAS DEL PISO. Análogamente el Gral, como una lapis oppositionis, FUE DEPOSITAO EN EL ORIGEN SOBRE UNA RUNA Y AÚN SIGUE ALLI: SOBRE LA RUNA Y EN EL ORIGEN. No se trata  de un juego de palabras sino de una propiedad del Gral que debe ser examinada con detenimiento: el Gral, como reflejo del origen, no puede devenir en el tiempo a semejanza de las “cosas” materiales creadas por el Demiurgo; en otras palabras, el Gral no puede estar en el presente. En verdad, el Gral se halla en el remoto pasado, en aquel tiempo y lugar en que fue colocado, y por eso NO DEBE SER BUSCADO empleando “movimiento” (y tiempo) para conseguirlo, pues tal actitud APUNTA HACIA EL FUTURO, o sea en sentido contrario, tal como ya hemos explicado. Pero si el Gral se encuentra en el pasado, si el tiempo no lo arrastra hacia el presente con su incontenible fluencia como acontece con los objetos materiales, y SIEMPRE HA PERMANECIDO ALLÍ (en el pasado), ¿cómo es que hemos llegado a saber de él? Y lo más importante, ¿cómo puede ACTUAR en el presente, tal como lo exige la Estrategia “O” PRESCINDIENDO DEL TIEMPO? Es decir, ¿en virtud de qué “elemento” se conecta el Gral “desde el pasado” con “el presente”, por ejemplo, con un líder hiperbóreo? La solución a estos problemas ha constituido desde antiguo un peligroso secreto ... que ahora vamos a tratar de revelar. El enigma se resuelve razonando de este modo: si bien el Gral HA PERMANECIDO SIEMPRE EN EL PASADO, propiedad que únicamente posee en el Universo la Gema de Cristo Lúcifer, LO MISMO NO HA ACONTECIDO CON LA RUNA QUE LO SOSTENÍA (y que todavía lo sostiene). He aquí el gran secreto: mientras el Gral, reflejo del origen divino, permanece como tal “SITUADO EN EL ORIGEN”, la runa sobre la cual fue asentado ha atravesado los milenios y ha llegado hasta el presente. Por cierto que la runa “siempre está presente”, lo que significa: “en cualquier circunstancia histórica”. Hablemos un poco de la runa.

Se la conoce como RUNA DEL ORIGEN o RUNA DE ORO, pero debemos aclarar que tales nombres no sólo designan al “símbolo” de la runa sino también a la PIEDRA TERRESTRE que fue asiento primordial del Gral. Por eso, cuando en la Sabiduría Hiperbórea se hace alusión a “la Runa de Oro”, de lo que en realidad se está tratando es de una piedra, muy antigua, color azul violeta, en la que los Siddhas engastaron un signo rúnico de oro. Se hace necesario, pues, conocer la procedencia de la misma y el motivo de su construcción.

Ya mencionamos en otras ocasiones que en un principio los Siddhas ingresaron al Sistema Solar “por la puerta de Venus” y que un grupo de ellos, los “Siddhas Traidores”, se “asoció” al Plan del Demiurgo provocando luego, en combinación con éste, la catástrofe de los espíritus cautivos. Los espíritus hiperbóreos fueron encadenados a la materia por haber caído en una celada cósmica, el Misterio de Amor; pero no hablaremos por ahora de ello. El efecto que se produjo en el mundo evolutivo del Demiurgo al asimilar a los espíritus confusos es lo que hoy llamaríamos : una mutación colectiva. Al mal de la ordenación imitativa de la materia, hecha por el Demiurgo, se sumó luego el mal de la mutación de su Obra y el encadenamiento de los espíritus, es decir, la modificación del Plan realizada por los Siddhas Traidores. Y para “controlar” tan maligna empresa los Siddhas Traidores deciden fundar la Jerarquía Blanca, en la cual se deben organizar las diferentes manifestaciones dévicas del Demiurgo. La “sede central” del Poder, Chang Shambalá, es también la clave de la mutación colectiva de los siete reinos de la naturaleza. En efecto, ¿de qué manera mantenía el Demiurgo LA ESTABILIDAD DE LA FORMA SOBRE LA TIERRA y cómo se aseguraba, antes de la mutación, que los siete reinos evolucionaran de acuerdo a su Plan? Hay dos principios que intervienen en la ejecución del Plan, uno estático y el otro dinámico. El Plan se apoya ESTÁTICAMENTE en los arquetipos y DINÁMICAMENTE en el Aliento del Logos Solar. Es decir, que era UNA FUERZA PROCEDENTE DEL SOL (vehiculo físico del Logos Solar) la que mantenía el impulso evolutivo en los siete reinos de la naturaleza terrestre. Bien: para provocar cualquier alteración permanente en el Plan del Demiurgo ES IMPRESCINDIBLE INTERCEPTAR LA CORRIENTE ENERGÉTICA PROCEDENTE DEL SOL QUE, ATRAVESANDO EL OCÉANO DE PRANA, CONVERGE SOBRE LA TIERRA. Para cumplir con esta condición, los Siddhas Traidores se instalaron desde un principio ENTRE EL SOL Y LA TIERRA, en una posición FIJA que jamás deja pasar ni un rayo de luz (es decir ni un fotón) sin que antes haya sido interceptado. Esta afirmación puede parecer fantástica, y en verdad lo es; pero más fantástica e insensata ha sido la construcción de Chang Shambalá, ya que ha que hemos descripto es la función “técnica” de la sede del Poder de los Siddhas Traidores.

He aquí otro “secreto” que ya no es tal, la “ubicación” de Chang Shambalá se podrá ahora determinar a partir de este dato: siempre se encuentra entre la tierra y el Sol. En realidad Chang Shambalá está muy cerca de la tierra, lo que dará una idea de su enorme tamaño. Sin embargo aquí no se trata de un capricho, sino que debió construirse así por exigencias de su función MODULADORA del plasma genético solar.

Por supuesto, no faltará quien diga neciamente que todo esto es un disparate dado que “las tradiciones del Tibet y de la India” afirman que Chang Shambalá “es un reino situado en el Asia, entre las montañas Altai, el Desierto de Gobi y los Himalayas”. Sin dudas un comentario de este tipo constituirá un disparate mayor que nuestras afirmaciones. En principio, las mentadas “tradiciones del Tibet y de la India” son producto de la desinformación estratégica que durante siglos ha desplegado la Jerarquía para que se ignore la verdad. Y en segundo lugar, digamos que los datos más serios de la Tradición (ya que hay algunos datos dignos de crédito) siempre mencionan LA UBICACIÓN DE LA PUERTA DE CHANG SHAMBALÁ y jamás al reino en sí. Esta sutil distinción es sumamente sugestiva, pues el hecho de que en un determinado lugar geográfico exista una puerta NO IMPLICA QUE EL REINO ESTÉ INMEDIATAMENTE DETRÁS!

Podría entenderlo así una mente primitiva, condicionada por la creencia de que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, y de hecho tal cosa ocurre frecuentemente. Pero aquí estamos manejando la información en otro nivel y por eso repetiremos cuatro versos del Canto de la Princesa Isa, que a tuvimos oportunidad de conocer cuando esetudiamos la historia de Nimrod El Derrotado:

“Pero aunque Dejung está lejos,

sus puertas están en todas partes.

Siete puertas tiene Dejung,

y siete muros la circundan”.

A esas “puertas inducidas” se refieren las leyendas orientales, las cuales “están en todas partes” y conducen al reino que, evidentemente, no ocupa un simple lugar geográfico.

Nuestra referencia a sucesos tan remotos (la perversa asociación entre los Siddhas Traidores y el Demiurgo) tenía como finalidad servir de introducción para un hecho que vamos a destacar enseguida:

cuando el Demiurgo conviene con los Siddhas Traidores ceder a éstos el control de la Jerarquía, les entrega EL SIGNO TIPHERETH, que representa a uno de los diez sephiroth y permite un control total sobre los aspectos FORMALES de la creación. El signo tiphereth es la expresión simbólica de la “manifestación material de los arquetipos divinos”, aspecto que suele sintetizarse como “BELLEZA DEL DEMIURGO”.

Por si no se ha comprendido bien, conviene repetir que los Demonios de Chang Shambalá quedaron en posesión de un signo que representa TODO el aspecto tiphereth del Demiurgo, permitiendo acceder a él y compartir su poder. Naturalmente que el signo tiphereth es la clave de Maya, la ilusión de lo real, y por lo tanto la más terrible herramienta de la hechicería. Quien observe el signo tiphereth, el cual es bastante complejo, “desde el mundo”, es decir encarnado kármicamente, corre el riesgo de abismarse inmediatamente perdiendo todo punto de referencia y por consiguiente la razón. Por tal motivo, la Sabiduría Hiperbórera recomienda aplicar la ley del cerco al signo tiphereth para poder observarlo sin peligro. No está de más señalar que en toda ofensiva hiperbórea contra los Demonios de Chang Shambalá, tarde o temprano se produce una confrontación con el signo tiphereth dado que se confía en su nefasta influencia para vencer a los viryas.

Luego que los Siddhas Traidores recibieron el signo tiphereth y construyeron Chang Shambalá, ya no fue posible para los Siddhas Hiperbóreos permanecer sobre la superficie terrestre. Pero tampoco deseaban abandonar el Sistema Solar dejando tras de sí a miles de millones de espíritus cautivos. Y entonces planificaron la Estrategia “O”. Pero antes ¿qué cuadro presentaba un espíritu cautivo?: básicamente la pérdida del Vril y la inconsciencia consiguiente, es decir, la pérdida del tiempo propio. En encadenamiento a la materia parte fundamentalmente del encadenamiento al “inmanente fluir de la conciencia del Demiurgo”, o sea de la sincronización al Tiempo del Mundo. Los espíritus cautivos, ligados al Tiempo, iban a tardar millones de años en recuperar su conciencia, si es que algún día lo lograban. En esas circunstancias los Siddhas, en una maravillosa exhibición de valor e intrepidez, dan comienzo a la Estrategia “O”.

El primer problema que debían afrontar era mantenerse “independientes” del Tiempo, pero no “fuera de él”, ya que tendrían que seguir de cerca las desventuras de los espíritus cautivos para ayudarlos a evitar la confusión estratégica y, eventualmente, rescatarlos. Por otra parte, la independencia del tiempo era necesaria para que los Siddhas pudieran conservar su propio tiempo, su conciencia del origen, pues de otro modo correrían el riesgo de caer también en el Gran Engaño. Pero en tanto se sucedieran los eones, los Siddhas deberían disponer de un sitio agradable, apto para ser ocupado y defendido por una guarnición de terribles guerreros estelares. Estos eran los problemas principales; había otros, pero los pasaremos por alto en homenaje a la brevedad.

El procedimiento a seguir fue el siguiente. Los Siddhas buscaron un sitio de la Tierra conveniente para sus propósitos. Como tal sitio IBA A DESAPARECER luego de la oposición estratégica, no lo escogieron DENTRO DE UN CONTINENTE pues ello habría ocasionado quizá un cataclismo (que retrasaría aún más el destino de los espíritus cautivos). En cambio buscaron entre las islas y eligieron una de ellas, situada en lo que hoy sería el extremo septentrión, pero que en aquellos días era una zona tropical, procediendo enseguida a CERCARLA. Siendo una isla enorme, el trabajo a realizar para construir una ciclópea muralla de piedra en todo su perímetro parecería hoy una tarea imposible. Pero la Sabiduría Hiperbórea que disponían los Siddhas les dio las soluciones para acabar rápidamente con tal trabajo y en poco tiempo un colosal muro transformaba a la paradisíaca isla en inexpugnable fortaleza. No es posible describir la arquitectura extraterrestre de los muros, pues nos perderíamos en explicaciones y no adelantaríamos mucho; sólo diremos que, en algunos tramos, la construcción era semejante a la fortaleza preincaica de SACSAHUAMAN (cerca del Cuzco, en Perú), pero tal semejanza, debemos decirlo también, era muy aproximada ya que Sacsahuaman es aún DEMASIADO HUMANA.

En la muralla practicaron una sola abertura, cosa que sorprenderá a quienes no conozcan los principios estratégicos de la Sabiduría Hiperbórea. Y fuera de esta abertura, que ya hemos nombrado con una denominación moderna: PORTA INFERNALIS, se colocó la RUNA DE ORO. Llegó el momento pues de volver sobre el mayor Misterio.

El Gran Jefe, Cristo Lúcifer, audazmente instalado en un lugar impensable, atrás de Venus, como Sol Negro o expresión del Origen, decidió responder a la vil conspiración de los Siddhas Traidores con un acto de guerra. Para cumplir con Su Voluntad fue que los Siddhas Hiperbóreos ocuparon la isla y la amurallaron iniciando la Estrategia “O”. Pero la Estrategia “O” tenía por objeto “despertar” y “orientar” a los viryas, individual o racialmente, ya lo hemos dicho; entonces, ¿en qué consistía el “acto de guerra” con que respondía Cristo Lúcifer a la traición de los Siddhas de Chang Shambalá? Concretamente: el golpe de guerra estaba dado por el Gral.

La gema hiperbórea, quitada de la frente del Gallardo Señor y asentada en el mundo del Demiurgo, impediría a los Demonios negar el origen divino del espíritu, ya que su inempañable brillo despediría en todo momento los reflejos de la Patria Primordial. El Gral, al divinizar los linajes hiperbóreos, contituía el desafío mayor; pues amenazaba con enviar al fracaso los planes infernales. El conflicto sería, desde entonces, eternamente planteado por todo aquél que lograse despertar, cualquiera fuese el infierno en que se encontrase, ya que el Gral sería asentado en el plano físico, es decir, en la más baja de las regiones infernales, y SU BRILLO SERÍA VISTO DESDE TODOS LOS RINCONES DEL MUNDO, incluído el plano astral y todos aquellos “purgatorios” que los Demonios preparan allí para engañar a los espíritus; aun en aquellos planos tan sutiles de las mónadas emanadas por el Demiurgo, donde también hay espíritus hiperbóreos completamente idiotizados, a quienes se ha hecho creer que “deben permanecer allí mientras sus ‘otros cuerpos’ más densos evolucionan”. Por último el Gral era, si se nos permite la metáfora, un guante arrojado a la cara de los Demonios, para un desafío al cual éstos, por su cobardía, no serían capaces de responder.

Pero no era tan sencillo lograr que el Gral, una vez ingresado en el plano físico, permaneciese simplemente ubicado en un lugar, por ejemplo en un altar. Por su carácter atemporal, como reflejo del Origen, el Gral, cual verdadero diluyente universal, lo atravesaría todo y se perdería de vista ... especialmente si para quien le mirase TRANSCURRIESE EL TIEMPO DEL MUNDO. El Gral no puede ser asentado sobre ninguna sustancia que fluya a impulso del Aliento del Logos, es decir, que fluya temporalmente, pues SE PERDERÍA EN EL PASADO, YA QUE SU ESENCIA ESTÁ SIEMPRE EN EL ORIGEN. ¿Qué hacer?

Hay que “preparar” un asiento material de manera tal que lo soporte (al Gral) AUNQUE ÉSTE PERMANEZCA EN EL PASADO Y AUNQUE EL TIEMPO DEL MUNDO TRANSCURRA EFECTIVAMENTE PARA DICHO ASIENTO. ¿Puede construirse algo así? Solamente si entre la sustancia del asiento y el Gral se intercala un signo QUE NEUTRALICE LA TEMPORALIDAD. Esto significa que el signo debe representar EL MOVIMIENTO INVERSO al empleado por el Demiurgo para construir el Sistema Solar.

1 Un signo así, que es el colmo de los símbolos heréticos, fue empleado por los Siddhas para construir el asiento del Gral, al cual nosotros hemos llamado RUNA DE ORO.

Atención a esto porque lo diremos una sola vez: DE LA RUNA DE ORO, que es un signo muy

complejo y de tremendo poder mágico, SE DERIVA, PREVIA MUTILACIÓN Y DEFORMACIÓN, LA RUNA SWÁSTIKA, de la cual se han escrito tantos disparates.

Para construir el asiento del Gral se optó por una piedra cristalina de color azul violeta, semejante a un ágata. En su parte superior, en una zona ligeramente cóncava, se engastó una runa de oro hábilmente cincelada por los Siddhas. Y una vez concluido el asiento se lo depositó fuera de las murallas de la isla, en dirección a la porta infernalis, pero a muchas millas de allí, en una región continental.

Será difícil que alguien pueda imaginar el maravilloso espectáculo del Gral descendiendo en los siete

infiernos. Tal vez si se piensa en un rayo verde, de brillo cegador e influencia gnóstica sobre el vidente, ante quien los Demonios giran sus fieros rostros helados de espanto; un rayo que, cual hoja cegadora de invencible espada, va rasgando los cuatrocientos mil mundos del Engaño buscando el corazón del enemigo; una verde serpiente voladora que porta entre sus dientes el fruto de la Verdad, hasta entonces negada y ocultada; si se piensa en el rayo, en la espada, en el fruto, en la serpiente, tal vez así sea posible intuir lo que ocurrió en aquel momento crucial cuando la verdad fue puesta al alcance de los espíritus cautivos. Sí, porque desde que el Gral se asentó sobre la Runa de Oro, el Árbol de la Ciencia quedó plantado al alcance de aquéllos que, completamente confusos, vivían en el infierno creyendo habitar un paraíso. ¡De ahora en adelante podrían comer de su fruto y sus ojos serían abiertos!


¡Aleluya por Cristo Lúcifer, la Serpiente del Paraíso! ¡Aleluya por aquéllos que comieron del fruto

prohibido: los viryas despiertos y transmutados!

¿Cuál fue el siguiente paso de los Siddhas? Previamente a la caída del Gral, pero cuando este fenóme-

no ya estaba ocurriendo en otros planos, aplicaron la ley del cerco a las murallas de la isla AISLANDO EL ÁREA INTERIOR DE LA EXTERIOR. Para comprender el efecto que tal acción estratégica produjo hay que tener presente que ÉSA ERA LA PRIMERA VEZ QUE SE LIBERABA UNA PLAZA en el Sistema Solar. Cuando un anillo de fuego pareció brotar de las imponentes murallas y ya no se vio más hacia el interior de la isla, envuelta en una extraña nube vibratoria y flamígera, el Demiurgo comenzó a sentir amputada su sustancia. La Estrategia de los Siddhas apuntaba a ganarle, no solamente el área plana de la isla sino también su relieve, sus montes y valles, sus lagos y bosques, sus vegetales y animales; la isla, país vasto, era también una gigantesca arca de Noé que debería recibir durante milenios a los viryas que lograsen despertar y huir de las cadenas materiales y también a aquéllos que se hubiesen transmutado luchando a muerte en las batallas.

Todo un país sustraído al control inmanente del Demiurgo era una experiencia nueva, pero, como quiera que esto hubiese sido posible, lo cierto es que la isla continuaba allí: oculta por una barrera de fuego pero en el mismo lugar. Es por eso que la reacción del Demiurgo hizo temblar la Tierra, buscando afectar de algún modo aquel fenómeno incomprensible y recuperar el dominio de la “plaza”. Terribles maremotos agitaron los mares adyacentes y vientos nunca vistos soplaron inútilmente contra las titánicas murallas; el cielo se oscureció por las nubes de ceniza de volcanes súbitamente despiertos y el fondo del océano amenazaba con partirse e intentar tragar a la isla “liberada”.

El mundo parecía haber enloquecido, mostrando el espectáculo terrorífico de todas las fuerzas de la naturaleza “descontroladas” cuando, “como si fuese el colmo de las abominaciones”, el Gral descendió sobre la Tierra.1

 ¿Qué podríamos agregar para dar una idea de lo que sucedió allí? Ya dijimos que es muy difícil describir (y hasta mencionar) un suceso que generó una irritación perpetua en los Demonios. Tal vez este comentario le diga algo a alguien, cosa que dudamos: “al caer el Gral sobre la Tierra, más allá de los trescientos setenta veces diez mil mundos, el Gran Rostro del Anciano lanzó un aullido de horror que AÚN SE OYE REVERBERAR en los confines del cosmos”.

No bien el Gral se hubo asentado sobre la Runa de Oro, los Siddhas practicaron la oposición estratégica logrando, ahora sí, que la isla amurallada se tornase invisible, desapareciendo para siempre de la superficie terrestre. De allí en adelante los hombres dormidos hablarían del Valhala, la morada de los Dioses, y también de Hiperbórea, la “isla tragada por el mar”, pues el mito original, transmitido carismáticamente por los Siddhas, ha sufrido distintas caídas en el exoterismo debido a la impureza sanguínea de los viryas.

La pregunta que inició el precedente comentario esotérico, recordémoslo, decía: ¿qué ha sido del Gral...? Como respuesta obtuvimos que es erróneo indagar sobre el Gral ya que éste es virtualmente EL ORIGEN, y jamás se ha movido de allí. Su asiento en cambio, la Runa de Oro, posee las dimensiones de un objeto material y es dado suponer que, en gran medida, éste sí resulta afectado por las leyes físicas. Podemos entonces replantear el problema: ¿Qué ha sido de la Runa de Oro? ¿Continúa aún sosteniendo la gema de Cristo Lúcifer? En este último caso la respuesta es afirmativa: la Runa de Oro ha sido desde entonces el asiento del Gral, situación que no ha variado en absoluto en los tiempos modernos. En cuanto a la primera pregunta, debemos comprender que sería una tarea imposible resumir aquí el itinerario completo seguido por la Runa de Oro hasta nuestros días; ello nos obligaría a mencionar civilizaciones desaparecidas y, muchas de ellas, completamente desconocidas para la cultura oficial. Nos remitiremos entonces a los tiempos historicos, comenzando por establecer algunas pautas que permitirán encarar el problema de manera correcta, evitando así muchas supersticiones o desinformaciones.

1o - La Runa de Oro ha sido muchas veces confundida con el Gral. En efecto, ya hemos explicado por qué el Gral no debe buscarse. Sin embargo, en algunas ocasiones realmente HA HABIDO TRANSPORTE y se ha pensado, con razón, que se trataba del Gral. Pero el Gral NO ES UN OBJETO DEL CUAL PUEDA UNO APROPIARSE, Y MENOS AÚN MANIPULAR O TRANSPORTAR. Con toda verosimilitud, lo que ha sido transportado es la Runa de Oro, en el marco de una Estrategia racial. En este caso no podemos achacar la confusión únicamente a la acción estratégica enemiga porque, en la degradación de los antiguos mitos hiperbóreos, la mayor responsabilidad recae sobre la impureza sanguínea de los viryas.

2o - La presencia de la Runa de Oro entre los miembros de una comunidad de linaje hiperbóreo tiene la virtud de favorecer la vinculación carismática y de legalizar la conducción de sus líderes.

(1) Según la Sabiduría Hiperbórea, “dos Siddhas ALADOS, lugartenientes de Cristo-Lúcifer, acompañaron al Gral en su

descenso”.

1273o - La presencia de la Runa de Oro es la presencia del Gral; y el pueblo a quien los Siddhas hayan confiado su custodia es SIN DUDAS, en ese momento, el linaje hiperbóreo más puro de la Tierra.

4o - Para certificar si un determinado pueblo ha estado en posesión de la Runa de Oro, hay que estudiar

su arquitectura hiperbórea de guerra: LA POSESIÓN DE LA RUNA DE ORO EXIGE LA CONSTRUCCIÓN DE ESTRUCTURAS DE PIEDRA CON PECULIARES PROPIEDADES TOPOLÓGICAS. Dichas construcciones pueden NO PARECER hechas para la guerra, pero tal apariencia obedece exclusivamente a la ignorancia que existe sobre la Estrategia Hiperbórea. Un ejemplo lo constituye el “castillo” de Montségur, sobre el monte Thabor, en el Languedoc francés. Esta construcción, que no es una fortaleza ni mucho menos, se levantó para permitir que la secta hiperbórea de los Cátaros pudiese RECIBIR Y CONSERVAR la Runa de Oro. Los principios que allí predominan son los de la “ley del cerco” y de la “oposición estratégica”, siendo tarea inútil pretender hacer de Montségur un observatorio astronómico o un templo solar. Pero como la arquitectura de Montségur ha sido proyectada EN FUNCIÓN de la Runa de Oro, quien no atienda a esta clave jamás llegará a resultado positivo alguno.

5 – Hay que distinguir entre el asiento del Gral, al que llamamos Runa de Oro, y el Signo del Origen,

que la Runa de Oro representa. Dijimos que en la piedra azul violeta los Siddhas engastaron una figura de

oro y denominamos al conjunto (piedra y figura) Runa de Oro. Pero el Signo del Origen, que fue cincelado

en oro y engastado, posee por sí mismo el particular poder de presentar “afinidad” con el Gral. Por eso

muchos linajes hiperbóreos, que no alcanzaron el alto honor de custodiar la Runa de Oro, recibieron en

cambio el Signo del Origen como premio a su pureza de sangre y reconocimiento del esfuerzo empeñado en

su Estrategia. Es así como el Signo del Origen tuvo, con el correr de la Historia, una particular proliferación entre ciertos linajes que orgullosamente lo incorporaron a sus estandartes. Naturalmente, los líderes trataron en un principio de velar en parte su contenido simbólico simplificando la figura, es decir, quitando algunos elementos sugestivos; pero, luego de la caída en el exoterismo y la vulgarización, EL VERDADERO ASPECTO del Signo de Origen fue olvidado; ya dijimos, por ejemplo, que la Swástika procede por mutilación y deformación de aquel signo primordial.

Sin embargo en muchos casos, debido a la extraordinaria pureza sanguínea de algún linaje, el Signo del Origen fue exhibido completo, permitiendo a los líderes emplear su enorme poder para proyectar la luz del Gral sobre la masa del pueblo. Podríamos dar varios ejemplos de comunidades asiáticas portadoras del Signo, pero tenemos a mano el caso de los SAJONES que habían grabado el Signo del Origen en un tronco de árbol al que consideraban columna del mundo (UNIVERSALIS COLUMNA). El fin de tan audaz determinación merece también un comentario.

Cuando en 772 Carlomagno conquistó Erbury, procedió rápidamente a destruir el tronco IRMINSUL y a ejecutar a cinco mil miembros de la nobleza sajona. No conforme con esto, luego de tres décadas de heroica resistencia, la raza sajona, de purísimo linaje hiperbóreo, fue totalmente “cristianizada” (previa ejecución de sus más puros retoños). Hemos sabido que muchos alemanes cultos consideran “afortunada” esta espantosa campaña carolingia. Así el profesor Haller opina sin rubor que “sin la sumisión de los sajones hoy no existiría una nación alemana”1; pues “para el devenir histórico de la nación alemana, tal cual hoy es, la incorporación de los sajones al Imperio de Carlomagno era una condición previa imprescindible”2. Esta opinión generalizada se basa en el análisis “a posteriori” de los hechos históricos y por eso, considerando que la extinción de la dinastía carolingia posibilitó que doscientos años más tarde la sangre sajona llegara con OTÓN I a ponerse al frente del mundo occidental, se da por sentado que la dominación y “conversión” de los sajones fue “necesaria” y positiva. He aquí NUESTRA opinión: La judeocristianización de los sajones representa el más duro golpe que los Poderes Infernales asestaron a los linajes hiperbóreos en la era cristiana, mayor aun que la conversión de los vikingos, de los celtas o la destrucción de los cátaros, sólo comparable al aniquilamiento de los reinos godos. Y la destrucción del árbol IRMINSUL, con la pérdida para Occidente del Signo del Origen, es una catástrofe muy difícil de evaluar.

6o - No es imprescindible, ni siquiera necesario, que la Runa de Oro se encuentre en el seno de un pueblo para que la influencia del Gral actúe sobre éste. El Gral actúa sobre los viryas DESDE EL ORIGEN, propiedad que no puede ser afectada por ninguna variable física, se encuentre donde se encuentre la Runa de Oro. Por eso es hasta cierto punto absurdo que se atribuya a tal o cual pueblo el haber alcanzado “un alto grado de civilización” porque “se encontraba en posesión del Gral”; dado que el Gral no puede estar en posesión de nadie pues es, por disposición del Gallardo Señor, prueba de la divinidad DE TODOS los  espíritus cautivos. Lo que un pueblo puede tener EN CUSTODIA es la Runa de Oro, pero sólo como premio y reconocimiento a una pureza racial obtenida PREVIAMENTE. Es decir que el hecho de tener en custodia la Runa de Oro no es la causa de la grandeza de un pueblo sino que, inversamente, la pureza de su linaje lo hizo acreedor al alto honor de ser depositario del asiento del Gral. Pero, si bien la Runa de Oro SÓLO ES ENTREGADA A QUIENES MERECEN TENERLA, es cierto que su cercana presencia afecta el medio ambiente creando un microclima mutante. Es por eso que los Siddhas suelen depositar la Runa de Oro, durante las épocas oscuras, en sitios apropiados para influenciar a los linajes menos confusos.

7o - De todo lo expuesto hasta aquí se desprende la importancia capital que tendría para una comunidad

de linaje hiperbóreo conseguir la custodia de la Runa de Oro. Se impone pues tratar con detenimiento sobre

esta posibilidad, cosa que haremos en el próximo capítulo al tratar sobre la Estrategia A2 de los Siddhas. Sin embargo, antes de considerar la Estrategia A2, debemos tener en claro un concepto fundamental, que se desprende fácilmente de las conclusiones precedentes. El problema puede resumirse en la pregunta: ¿para qué necesita “el rey” (o quienquiera que detente la función regia) encontrar el Gral (o sea la Runa de Oro)?

A continuación invitaremos a una breve reflexión sobre la actitud que se debe adoptar al tomar conocimiento de los hechos protagonizados por los Siddhas; y luego daremos respuesta al problema profundizando un poco más en la simbología del Gral.

Se requiere una profunda meditación en los símbolos que vamos presentando para captar su contenido último, el cual debe ser percibido siempre como dramático y trágico, pletórico de urgencias espirituales.

Nadie que haya tomado conciencia del increíble sacrificio realizado por los Siddhas al mantener el Gral en el mundo durante millones de años mediante la oposición estratégica, es decir, por un constante y continuo acto de Voluntad; nadie que lo haya comprendido, repetimos, podrá permanecer impasible, en medio de la confusión, sin experimentar urgencia por liberarse de las cadenas del Demiurgo y partir, tratando de aliviar, de algún modo, la tarea de los Siddhas. Nadie que compruebe con su sangre la verdad de estos símbolos podrá evitar que el honor, única moral del virya, lo apremie con insistencia para “abandonarlo todo” y partir.

Pero esa partida será “con las armas en la mano”, como Nimrod y Wildejäger, dispuesto a dar batalla sin cuartel a los Demonios y sintiendo que la sangre se ha encendido por el “furor berserkir”, por la “hostilidad original” hacia la Obra del Demiurgo, transmutando la débil sustancia orgánica del cuerpo fisico en vraja, la materia incorruptible. Es lo menos que el virya puede hacer para responder en alguna medida al auxilio que los Siddhas han prestado a los linajes hiperbóreos, posibilitando con su Estrategia Hiperbórea que el Gral DÉ PRUEBA DEL ORIGEN DIVINO.

Vayamos ahora a la pregunta pendiente.

La Piedra-Gral, la gema de Cristo-Lúcifer, ES SOSTENIDA EN EL MUNDO POR LA OPOSICIÓN DE LOS SIDDHAS, donde cumple su función de reflejar el Origen y divinizar los linajes hiperbóreos; pero, por ESTAR RELACIONADA TEMPORALMENTE CON EL VALHALA, señala también a todo virya liberado un camino hacia la morada de los Inmortales. Ese camino es el que siguen los guerreros caídos en batalla, los héroes, los campeones, guiados por las mujeres hiperbóreas, aquéllas que les fueron prometidas al comienzo de los tiempos y que durante miles de años, por el TEMOR que les emponzoñaba la sangre, habían olvidado. Si el valor demostrado en la hazaña ha sido suficiente purga, indefectiblemente Ella estará allí, junto al guerrero caído, para curar sus heridas con el amor helado de Hiperbórea y guiarlo en el camino inverso que conduce al Valhala. Y ESE CAMINO SE INICIA EN EL GRAL.

Pero no debe pensarse por esto que la luz del Gral apunta a la salvación individual de los viryas perdidos; para ello se dispone del “canto de los Siddhas” y de las siete vías secretas de liberación espiritual.

Por el contrario, dentro de la Estrategia “O” el Gral debe cumplir el rol fundamental de RESTAURAR LA FUNCIÓN REGIA; o sea, debe servir a un propósito racial o social. Por eso el Gral será requerido en todos los casos en que se intente instaurar el Imperio Universal o cualquier otro sistema de gobierno basado en la aplicación social de la ley del cerco (monarquía, fascismo, nacionalsocialismo, aristocracia del espíritu, etc.).

Los hechos históricos que conducen a la “búsqueda del Gral”, siempre semejantes, pueden resumirse simbólicamente como sigue. En principio el reino es “terra gasta” o el “rey está enfermo” o simplemente el trono ha quedado acéfalo, etc. (Pueden haber muchas interpretaciones, pero esencialmente el símbolo se refiere a un agotamiento o decadencia en el liderazgo carismático y a un vacío de poder, sea que el gobierno lo ejerza un rey, casta o élite). Los mejores caballeros parten a “buscar el Gral”, en un intento por poner fin a los males que aquejan el reino y lograr que retorne el antiguo esplendor. Sólo uno consigue “encontrar” el Gral y devolver el bienestar al reino, ya sea “curando al rey” o “coronándose a sí mismo”. Curiosamente el caballero triunfante siempre es presentado como “tonto”, “loco puro”, “ingenuo”, pero especialmente como “plebeyo”.

Los “mejores caballeros” equivalen aquí a cualquiera de las múltiples fuerzas sociales que se aprestan a lanzarse sobre la función regia cuando existe acefalía o vacío de poder. Finalmente “uno de ellos” triunfa y restablece el orden en el reino; “era el plebeyo y ahora es rey, con la aprobación y el consentimiento del pueblo”. En nuestra interpretación esto significa, evidentemente, que una “fuerza social” ha predominado sobre las restantes (los “otros caballeros”) y HA REEMPLAZADO EL ORDEN EXISTENTE (que estaba entredicho) POR UN NUEVO ORDEN, unánimemente aceptado POR EL PUEBLO. Pero si el problema se reduce a una mera lucha por el poder, ¿para qué necesita el nuevo rey (o nueva élite, aristocracia, casta, etc.)

encontrar el Gral?: PORQUE EL GRAL CONFIRMA A LA FUNCIÓN REGIA.

Cuando en tiempos de crisis una nueva élite o un líder carismático detenta el Poder, con intenciones de restauración regia, debe apresurarse a LEGALIZAR su situación; pues sino otra élite o líder vendrá a cuestionar sus títulos e intentará también ocupar el lugar vacante, sucediéndose así una interminable serie de batallas (políticas o militares). Pero si hay lucha por el Poder, NADIE TIENE SU CONTROL; y puede ocurrir que al final el reino acabe dividido entre varias facciones. Es necesario dirimir la cuestión, consultar a un juez infalible, a una autoridad indiscutida y trascendente. Aquí es donde se plantea la necesidad de recurrir al Gral. ¿Por qué al Gral? Porque el Gral es también la TABULA REGIA, la “lista de reyes”; ÉL DICE QUIEN DEBE GOBERNAR, A QUIÉN LE CORRESPONDE REGIR, PORQUE ÉL REVELA QUIÉN TIENE LA SANGRE MÁS PURA. Pero esta revelación no es simplemente oracular y arcana, sino que por mediación del Gral la pureza del líder, su derecho a la conducción, será conocida por todos y reconocida por todos, carismáticamente. De allí que el loco puro, de linaje hiperbóreo pero de estirpe plebeya, luego de encontrar el “Gral” sea “reconocido por el pueblo” como rey indiscutido.

Cuando un linaje hiperbóreo confía en la luz del Gral para la elección de sus líderes, puede decirse con propiedad que se sucederá una dinastía de “Reyes del Gral”. Durante el reinado de uno de éstos puede pasar que el linaje alcance un grado tan elevado de pureza que se haga digno de obtener la custodia de la Runa de Oro. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en el siglo XIII en el condado francés de Toulouse, cuando la Runa de Oro fue confiada a los Perfectos Cátaros. (Se alegará contra esta afirmación que los Cátaros eran maniqueos, es decir, herederos de una tradición gnóstica, y que ése es el motivo por el cual fueron aniquilados, existiendo sólo una relación circunstancial entre ellos, los condes de Toulouse y la población occitana. Tal argmento, de origen Druida-moderno, intenta desviar la atención del hecho más importante de la epopeya cátara: su relación con el Gral. El hecho de que fuesen gnósticos, cosa que nadie discute, y de que enseñasen una de las siete vías secretas de liberación basada en la Canción de Amor de los Siddhas, origen de la cultura de los trovadores, cosa que pocos conocen, no explica para nada su relación con el Gral. El Gral, en el marco de la Estrategia “O”, tiene un sentido puramente racial. Si la Runa de Oro fue confiada a los Cátaros es porque éstos participaban activamente en técnicas de transmutación colectiva, LAS QUE NO PUEDEN EXCLUIR A LA FUNCIÓN REGIA, y no simplemente “porque eran de filiación gnóstica”.)

Un tema conectado con la propiedad que posee el Gral de ser Tabula Regia es el del Mesías Imperial y su imitación, el Mesías Judío. En principio digamos que se es Rey del Gral por la pureza de sangre, atributo absolutamente individual que no depende de la raza, ni de la estirpe, ni de ningún patrimonio material. Un Rey del Gral exhibe virtudes puramente personales tales como el valor, la intrepidez o el honor, y jamás fundamenta su prestigio en las posesiones materiales o en el valor del oro. La autoridad de un Rey del Gral, por estas razones, proviene exclusivamente de su carisma personal, el que se extiende al resto del pueblo merced a la “vinculación” que se establece entre el Rey y CADA UNO DE ELLOS, en su sangre, POR MEDIACIÓN DEL GRAL: es el principio de la Mística psicosocial. Por eso un Rey del Gral, EN SU COMUNIDAD, es reconocido por el pueblo. Naturalmente que TODOS LOS PUEBLOS tendrían su Rey del Gral si la acción de la Sinarquía y de la raza hebrea, con su “Democracia”, Socialismo, Comunismo, etc., no hubiesen usurpado la función regia. De todos modos cabe preguntar: ¿habría a nivel universal para los linajes hiperbóreos la posiblidad de que un Rey del Gral fuese reconocido por todos? Se trataría aquí de un personaje de innegable pureza, cuya majestad resultaría evidente para todos los linajes de la Tierra, los que podrían aceptar o no su potestad, pero a quien no podrían negar el derecho de regir. Bien, es fácil responder entonces que el único Señor que acredita, para todos los linajes hiperbóreos, tal derecho, es Cristo-Lúcifer.

Si Él se presentase ante los linajes hiperbóreos, su derecho A REGIR POR LA SANGRE1, basado en su innegable pureza, podrá ser aceptado o no, pero jamás negado.

Pero la idea del Mesías Imperial no proviene de una mera especulación. Fue en los días negros de la Atlántida cuando, en respuesta al clamor de los Siddhas, surgió la posibilidad de que la excelsa Presencia de Cristo-Lúcifer se manifestase a la vista de los hombres. En esos días la confusión de los espíritus cautivos era tan completa que ya nadie respondía al canto de los Siddhas ni era capaz de percibir la luz del Gral. Por eso se anunció durante siglos la venida del Mesías Imperial, el Rey de los Reyes del Gral, quien iba a restaurar la función regia para restablecer la aristocracia espiritual de los lugares hiperbóreos y destruir la Jerarquía sinárquica que imponían los Demonios. La profecía finalmente se cumplió con la llegada de  Lúcifer, el Cristo de la Atlántida; pero Su Divina Presencia fue resistida cobardemente por los Demonios de Chang Shambalá quienes recurrieron al empleo de la magia negra y abrieron una brecha entre las regiones infernales del plano astral y el plano físico. A partir de allí se generalizó una terible contienda que sólo concluyó cuando el continente de la Atlántida “se hubo hundido en las aguas del Océano”. No viene al caso relatar aquí sucesos que hoy nadie recuerda y que, tal vez, no convenga recordar. Sólo agregaremos que cuando el Demiurgo, según ya explicamos, concibe la siniestra idea de copiar la Presencia del Cristo de la Atlántida, decide “anunciar” también la llegada de un “Mesías” imitando a su manera la figura del Mesías Imperial. Pero las diferencias son enormes. He aquí algunas:

1o - El Mesías Imperial viene a restaurar la función regia; el Mesías hebreo viene a usurpar la función

sacerdotal.

2o - El Mesías Imperial acredita su derecho POR LA SANGRE; el Mesías hebreo acredita su derecho

POR EL CORAZÓN.

3o - Por eso el Mesías Imperial será reconocido por el pueblo POR LA SANGRE (carismáticamente);

por eso el Mesías Hebreo será reconocido por el pueblo (judaizado) POR EL CORAZÓN (emocionalmente).

Planteamos una pregunta: ¿qué ha sido del Gral y de su imitación, las Tablas de la Ley?, y aportamos varios elementos que contribuyen a su respuesta. En resumen, hemos dicho que el Gral, desde el origen, reposa aún en la Runa de Oro, y mencionamos que esta última fue dada en custodia, en el siglo XIII, a los cátaros del Languedoc francés. ¿Qué fue de la Runa de Oro desde entonces? Es lo que trataremos de responder en los próximos incisos al exponer la Estrategia A2 de los Siddhas. Y sobre las Tablas de la Ley dijimos que permanecieron por veintiún siglos sepultadas bajo las ruinas del Templo de Salomón, en Jerusalén, adonde fueron halladas en el siglo XII. Sobre este descubrimiento y posterior destino hablaremos también en los próximos incisos.

La Estrategia “O” es una “estrategia general” o totalizadora; las Estrategias A1 y A2 son “estrategias parciales” o de campo. La Estrategia A1, que en un principio atribuimos a John Dee y Wilhelm von Rosemberg,

y que en verdad fue diseñada por ellos tal como hemos visto en el capítulo anterior, quedó finalmente conectada con otra estrategia de campo, muy anterior, merced al Rollo de Gengis Khan. Esa otra estrategia, a la que hemos denominado “A2” para simplificar, es llevada adelante EN LA HISTORIA hasta mediados del siglo XIII. A partir de ese momento pierde vigencia (por haber fracasado en conseguir su objetivo) y recién en el siglo XVII, con la Estrategia A1, EMERGEN EN LA SUPERFICIE DE LA HISTORIA ALGUNAS DE SUS PAUTAS. Debemos hacer notar muy claramente que la Estrategia General “O”, que es esotérica y trascendente, se diferencia fundamentalmente de las Estrategias Parciales A1 y A2 en que éstas se dirigen dinámicamente a INCIDIR EN LA HISTORIA. En otras palabras, las A1 y A2 son estrategias que inentan desviar las variables sociales “a largo plazo” para forzar la restauración de la función regia; se apoyan para ello en la acción de líderes hiperbóreos que guíen carismáticamente a sus pueblos contra los planes sinárquicos, empleando la guerra si es preciso. Estas estrategias, entonces, están relacionadas con aquella parte “racial y colectiva” de la Estrategia “O”, es decir, con las funciones del Gral. La Estrategia A”, especialmente, ha tenido que ver con el último destino histórico de la Runa de Oro, según veremos enseguida.

Para interpretar sin equívocos el papel que la Estrategia A2 ha jugado en la Historia, que ahora vamos a desarrollar, hemos sintetizado los argumentos principales en algunos gráficos. La figura 1 muestra cómo deberían haber sucedido los hechos si hubiese triunfado la Estrategia A2; la figura 2 expresa, en cambio, la situación estratégica real en el año 1250. Nos dedicaremos por el momento a comentar la Estrategia A2 refiriéndonos a tales figuras; y más adelante, cuando le llegue el turno a la Estrategia A1, emplearemos otros gráficos igualmente sintéticos.


-(1) Declinación de ARQUÉMONA, palabra compuesta por dos vocablos griegos : arch = PRINCIPIO y monaz = UNIDAD.

La iniciación por la TÉCNICA ARQUEMÓNICA permite arribar a un PRINCIPIO ÚNICO de la psique, es decir, a la individuación y al VRIL.

(2) El Detector funciona en base a un principio A-CAUSAL que se estudia en el libro 4o.-

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(1) En la S.D.A., cuyo nombre interno era EINHERJAR, o sea “élite de Wotan”, los inciados pasaban a llamarse BERSERKIR, esto es, “guerrros selectos de Wotan”. El vocablo BERSERKIR significa literalmente “semejante al oso”. Por otra parte, el término KAMERAD recién se emplea a fines del siglo XIX en la S.D.A., aunque luego, en la Germanenorden y en la Thulegesellschaft, pasaría a ser la denominación común de sus miembros, aun en los círculos más internos. Sólo la S.S. de Himmler retomó el concepto de BERSERKIR, como se verá más adelante, y trató de lograr en los monjes-guerreros de la Orden Negra el “FUROR BERSERKIR”.

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(1) La teoría sobre el tiempo que sostiene la Sabiduría Hiperbórea será expuesta en el libro 4.

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(1) Nos referimos aquí a un fenómeno de “primer grado”. Enseguida se definirá este concepto.

(2) La teoría de los “cuantos psicofísicos de energía “U.E.V.A.C.” se expone en el libro 4. Aquí adelantamos lo necesario para esbozar el concepto de “control panteísta”.

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(1) Por “motivos estratégicos” se entiende lo siguiente: cuando el virya despierto emprende el regreso al origen en el marco de una Estrategia Hiperbórea, emplea técnicas secretas que permiten oponerse efectivamente al Plan. En estas circunstancias el Demiurgo, ANORMALMENTE, interviene con todo Su Poder para castigar al intrépido.

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(1) En la EDDA WildesHeer es el “ejército furioso” de Wotan. Según la Thulegesellschaft, los Siddhas han anunciado la vuelta del WildesHeer, junto a quienes formarán el “ultimo batallón” de la SS eterna, al final del Kaly Yuga.

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(1) Existen varios grados de CONFUSIÓN. La “confusión estratégica” que ya hemos mencionado en otra parte, se origina en la impureza sanguínea. La “CONFUSIÓN” que tratamos aquí es la expresión psicológica de la confusión estratégica.

(2) La cultura es un hecho social, colectivo. El hombre, en cuanto miembro de esa sociedad, participa y se nutre internamente (se “estructura”) con ella. Pero “la cultura” no es un hecho espontáneo; posee “variables de control” hábilmente manipuladas por la Sinarquía, que la “dirige” en el sentido de sus planes.

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(1) El CENTÍMETRO equivale a la centésima parte de un metro y éste a la diezmillonésima parte de un cuarto de meridiano terrestre.

(2) En el libro 4 se comprobará que la “ley del cerco” es una ley de la Estrategia Psicosocial.

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(1) PIEDRA DE OPOSICIÓN

(2) VENTANA INFERNAL

(3) De “HALLSTATT”, cultura que pertenece a la primera edad de hierro europea para la antropología y la arqueología (1200-700 a.de C.). Según la Sbiduría Hiperbórea hay aquí vestigios de una herencia mucho más antigua, que se remonta al hombre de Cromagnón.

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(1) WILDE JÄGER = cazador salvaje.

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(1) Al evaluar las “ofrendas de sangre” no debe confundirse jamás la figura del “pastor” con la del “cazador”. El pastor es el que degüella a su víctima PREVIAMENTE DOMESTICADA. El cazador en cambio, como el guerrero, obtienen su presa luego de luchar con ella y vencerla.

(2) En la Tercera Disertación, “El increíble secreto de H.Himmler” se volverá sobre esta relación.

(3) Según la Kábala Malkhouth, la realeza, se transofrma en SHEQUINAH “después del pecado de Adán” y así permanecerá, como aspecto femenino de Jehová-Satanás, “hasta la venida del Mesías”. Para no complicar el comentario, emplearemos solamente el concepto de Malkhouth.

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(1) La reversión de esta apatía social requiere del empleode una Mística Hiperbórea, cuestión que se tratará ampliamente en el libro 4.

(2) La palabra Sinarquía significa etimológicamente Concentración de Poder, de SYN = concentración y ARKHIA = poder.

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(1) En la Tercera Disertación se describen los tres métodos de Partenogénesis.

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1) Tomados de B.LLORCA Manual de Historia Eclesiástica – Pág. 180, Ed. Labor, España.

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(1) Hay que descartar los movimientos físicos: e = dv . Aquí nos referiremos a «otra clase de movimientos».

(1) Nunca está de más repetir que nos referimos a OTRA SANGRE distinta de la física. Mientras no se posea una explicación mejor, es conveniente que el lector tome esta “sangre” en sentido simbólico.


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